Aguas rojas

                                                       Aguas rojas.

En un día tranquilo y con un clima agradable, tanto adultos como niños se apiñaban para escuchar las palabras de un anciano narrador quien se hacía llamar Owen, solo Owen. Aunque todos estaban cansados, ya que habían viajado varias horas sin descanso alguno desde la mañana del día del presente por lo que el sol de aguas rojas estaba siendo implacable, pero los cuentos del anciano Owen quien era la persona con más edad de las aguas rojas eran un placer raro poder escucharlas. Así que las personas se apretaban los mantos sobre los hombros contra el frío de la noche y se inclinaban para escuchar.

“Hace mucho tiempo en esta ciudad no había la paz que ahora están viviendo, debido a que esta ciudad estaba llena de piratas, esto hizo que la gran ciudad portuaria fuera su guarida. La gente en esos tiempos vivían con miedo por lo que acataban las órdenes de los aterradores piratas, pero después de tanto sufrimiento por fin hubo alguien quien cambió la precaria situación de la ciudad, el cual su nombre era Escanor" Decía Owen con su característico tono de voz.

“Escanor Bandad era su nombre completo, un capitán famoso por su aspecto ya que le faltaba un brazo y estaba lleno de cicatrices, pero también era temido por su crueldad, ya que pinta una figura severa entre los criminales endurecidos de la ciudad portuaria. De niño, fue testigo del asesinato de su familia por parte del rey pirata cuyo nombre era Malcob, para después ser torturado y abandonado en los muelles de la ciudad portuaria perdiendo su brazo y quedando lleno de cicatrices, pero por la tortura y humillación que recibió juró venganza”.

“Sus padres eran los más grandes comerciantes de aguas rojas y en un intento por evadir las duras exigencias del rey pirata, acabaron en las profundidades del gran oceano junto con las bestias marinas. Escanor desarrolló un odio gigantesco hacia los piratas, entrenó por años su dominio con la espada y armas de fuego logrando convertirse en un caza recompensas e hizo una tripulación para acabar con todos los piratas de las aguas rojas”.

“Aquel hombre poco a poco fue acabando con todos los piratas de la ciudad, hasta que su nombre se hizo de temer hasta por el mismo rey de los piratas, pero estos jamás entregarían su mina de oro el cual era el control de la ciudad”.

“Entonces Malcob preparó a toda su tripulación quedando listo para atacar a Escanor y a su gran barco que consiguió robándoselo a un pirata, el cual era casi tan poderoso como el mismo rey y cuando el sol empezó a salir por el horizonte mientras que ambos, Escanor y Malcob, estaban a una distancia considerable empezaba la gran batalla”.

“Todo era un caos enorme, el cielo se teñía de balas de cañón mientras que Escanor decidía que lo mejor que podía hacer en ese momento era abordar el barco del rey pirata, por lo que Escanor acababa con todos excepto con el rey de los piratas el cual estaba desenvainando su espada para luego estar listo para la lucha”.

“Fue una batalla tan intensa pero gracias al cielo el vencedor fue Escanor porque le arrebató un brazo a Malcob devolviéndole el favor que le hizo el rey pirata hace tiempo. Cuando Escanor se decidió acabar con el rey, una bala de cañón impacto donde estaba toda la pólvora provocando la explosión del barco y la desaparición de sus 2 capitanes”.

“Después de esto gracias a la desaparición del rey de las aguas rojas, solo quedaron piratas de poca monta quienes fueron expulsados rápidamente de la ciudad y por fin después de muchos años la ciudad estaba libre de piratas, logrando conseguir paz y todos los ciudadanos pudieron vivir sin miedo gracias a Escanor Bandad”.

“¡Oiga señor Owen, ¿pero él sigue vivo verdad?!" Gritaba uno de los niños después de haber un momento de silencio.

“Obviamente que no, ya que habría aparecido en la ciudad en ese mismo momento" Dijo otro de los niños que estaban escuchando la historia del anciano.

“Bueno niños, muchas gracias por quedarse a oír esta historia, pero soy viejo y tenemos todos que hacer un viaje lejos mañana. Por lo que ya es hora de que me vaya a la cama" Decía el anciano Owen.

Su audiencia comenzaba a disiparse, felices mientras que hablaban en voz baja de lo entretenida que era la historia,, pero una niña no se movió del lugar. De hecho aquella chica miraba a Owen sin pestañear ni un segundo.

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