Arnold Johannes Wilhelm Sommerfeld

Arnold Johannes Wilhelm Sommerfeld (5 de diciembre de 1868 - 26 de abril de 1951) fue un físico alemán que introdujo la constante de la estructura fina en 1919.

Arnold Sommerfeld nació en Königsber, donde estudió matemáticas. Tras recibir el doctorado en 1891 se cambió a la universidad de Gotinga, donde recibió la cátedra en 1896. Desde 1897 ejerció como profesor de la universidad Clausthal-Zellerfeld, y en 1900 como profesor de ingeniería técnica en la universidad de Aquisgrán, donde desarrolló su teoría de la lubricación hidrodinámica.

El primer trabajo de Sommerfeld bajo la supervisión de Klein fue un impresionante trabajo sobre la teoría matemática de la difracción. Otros trabajos importantes versaron sobre el estudio de la propagación de las ondas electromagnéticas en cables y sobre el estudio del campo producido por un electrón en movimiento.

En 1906 trabajó en el espectro atómico, estudió la hipótesis de que los rayos X fueran ondas y lo demostró utilizando cristales como rendijas de difracción de tres dimensiones.

El trabajo de Sommerfeld hizo cambiar las órbitas circulares del átomo de Niels Bohr por órbitas elípticas, también introdujo el número cuántico magnético, y en 1916, el número cuántico interno.

En 1924, por mediación de Sommerfeld, Miguel A. Catalán consigue una beca del International Education Board (Fundación Rockefeller) de Estados Unidos, a través de la JAE, para trabajar en la Universidad de Múnich el curso 1924-1925. Sommerfeld ha comprendido el potencial de Catalán y desea estar rápidamente informado de sus nuevos hallazgos. En colaboración con Karl Bechert, ayudante de Sommerfeld, Catalán analizó otros espectros, además del de manganeso. El propio Catalán recordaba así esta invitación: El año 1924 este mismo profesor (Sommerfeld) me invitó a pasar un curso en Múnich para exponer mis métodos de trabajo y los resultados obtenidos. Este viaje fue costeado por la Institución Rockefeller. En aquellas fechas ya empezaban a venir trabajos sobre los multipletes realizados en diversos países: Estados Unidos, Francia, India, Holanda, Argentina, Alemania, etc. El tema era tan sugestivo y tan fructífero que los trabajos se sucedían rápidamente. Para evitar duplicidad hubimos de repartirnos los temas de trabajo y mantener una relación activa entre los diversos laboratorios. ¡Que año de actividad tan fecunda! Aquellos espectros que habían desafiado a todos tanto tiempo, iban siendo conocidos rápidamente y con ellos la disposición y estructura de sus capas electrónicas. En la parte teórica las cosas avanzaban también muy deprisa; allí mismo, en Múnich se encontraban a nuestro lado jóvenes científicos como Heisemberg y Hund que habían de hacerse enseguida famosos por aquellos trabajos. La interpretación de los espectros llevó a los físicos teóricos a construir el más famoso monumento científico de nuestro siglo:

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