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ccccj23510 de Febrero de 2015
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La película Amor por contrato muestra un ejemplo del uso efectivo de lamercadotecnia alimentando el consumismo a través del manejo de emocionesy la creación de necesidades en los clientes.Me parece que fue muy adecuada la estrategia de venta usada por estaseudofamilia pues en primera instancia, se observa que tienen conocimientoprofundo del mercado al cual se están dirigiendo, sus ingresos, gustos,instalaciones, estilo de vida, nivel socioeconómico, de manera que adoptan elpapel idóneo para crear la familia perfecta y llegar de la manera mas adecuada,a la satisfacción de las necesidades de sus próximos clientes.Ellos crean sus personajes ³perfectos´ según el sector de la población que losrodea, de manera que ellos deseen absolutamente todo lo que tienen, ya quese vuelven un vivo ejemplo (actuado) de la satisfacción que genera lo queposeen (sus productos).Creo que utilizan una estrategia muy poderosa de venta al mostrarse elloscomo consumidores y no como vendedores, generando el efecto de boca aboca, pues la gente duda un poco de lo que la publicidad o los medios lesofrecen, en cambio, si un cercano o conocido recomienda los productos, esmas viable que el consumidor adquiera dichos productos. Además losmiembros de esta familia se muestran como la familia perfecta, feliz y llena delujos, situación que todo mundo desea, predicando aquí con su ejemplo elconsumismo en su máxima expresión.Bueno, eso es así como que lo que se me ocurrió pues recuerdo poco de lapelícula, y no se si desees agregar una opinión personal, que es interesante elénfasis que se le da a la población homosexual, al mercado rosa, pues aunque
La película amor por contrato, se enfoca principalmente a una familia que llega a un nuevo vecindario, en un
Los Jones son los nuevos vecinos, recién han llegado y ya son la sensación del vecindario. Kate (Demi Moore) y Steve (David Duchovny) forman un matrimonio atractivo y jovial, visten ropa y accesorios de marca, conducen automóviles de lujo último modelo, ella pasa el tiempo en tiendas, salones y restaurantes y él jugando al golf. La armonía entre ellos es envidiable. Por otro lado, la popularidad de sus hijos Jenn y Mick (Amber Heard y Ben Hollingsworth) es deslumbrante; Mick presume a sus amigos lo último en electrónicos y videojuegos y Jenn se exhibe con ropa juvenil y atrevida mientras comparte con sus compañeras sus preferencias en cuanto a cosméticos y perfumes.
Lo que la comunidad ignora es que los Jones son en realidad un equipo profesional de ventas que utiliza la imagen de “familia perfecta” para inducir el consumo de los artículos que exhiben. Todo en ellos es apariencia, desde los productos que usan hasta el “afecto” que se demuestran. El objetivo es vender a pesar de los efectos perniciosos que ello puede causar en algunas familias.
Utilizando eficazmente la ironía, el director Derrick Borte hace una crítica a la sociedad de consumo poniendo énfasis en la vacuidad de un estilo de vida fundamentado en la capacidad de compra y la ostentación. Pone en la picota la voracidad de las empresas y la falta de escrúpulos de los ejecutivos de la mercadotecnia. Es curioso sin embargo el tratamiento que da a las desviaciones de los “hijos” de los Jones: Jenn siente una atracción enfermiza por hombres mayores y Mick es homosexual. A la chica se le hace ver su error pero al muchacho se le alienta, lo que nos hace ver que también los directores son vulnerables a la mercadotecnia, en este caso a la de la agenda homosexual de Hollywood. (Cinesíntesis).
La pelicula amor por contrato
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