Bibiana Y Su Mundo

Fracaso Escolar en Chile.

En los últimos años ha surgido una nueva preocupación en el sistema educacional Chileno, el fracaso escolar, un problema determinado por múltiples factores como el contexto social, la familia, el funcionamiento del sistema educativo, el trabajo de cada profesor y la disposición del propio alumno, en el cual el educando presenta dificultades para abordar algunos temas escolares y de adaptación.

Primero que todo hay que identificar las causas del fracaso escolar, y para entender el problema, es necesario definir la expresión a la que llamamos fracaso escolar. Es decir que se entiende por fracaso escolar el diccionario dice: “Cuando se habla de fracaso escolar, se supone una cierta cantidad de metas a las que no se ha llegado satisfactoriamente.” También se puede decir que es un, “desajuste negativo entre capacidad real de un alumno y su rendimiento escolar valorado académicamente.” Por lo tanto el fracaso escolar se produce cuando algo falla.

Las personas se desarrollan a través del aprendizaje donde la motivación y los estímulos son primordiales en la vida de un ser humano para que desarrolle sus capacidades cognitivas.

El desarrollo cognitivo es un proceso evolutivo de habilidades y destrezas, que va de acuerda a las distintas etapas de crecimiento y desarrollo del niño.

Cuando hablamos de fracaso escolar en nuestro país no podemos dejar de mencionar las grandes diferencias que existen en educación en los distintos sectores socioeconómicos y culturales, ya que muchos de los factores más fuertes del fracaso escolar se dan precisamente en los sectores con menores recursos y con mayor riesgo de delincuencia, violencia, drogadicción y alcoholismo.

En Chile hay una gran cantidad de colegios municipales con índices de vulnerabilidad (IVE) sobre el 60% y es precisamente en estas escuelas donde encontramos el mayor número de fracasos escolares anualmente e históricamente. En este contexto la falta de recursos materiales, físicos y humanos hacen que el proceso de enseñanza aprendizaje sea aún más complejo, si a esto le sumamos la falta de interés de los alumnos y alumnas, la temprana iniciación en la vida laboral y en ocasiones delictual de estos niños y niñas tenemos un panorama aún más complejo.

“En todo el país, aproximadamente sólo el 50% de los niños que se matriculan en primer año de enseñanza básica logran terminar el octavo año y la más alta tasa de repitencia y abandono escolar se observa hacia fines del primer año básico” . Esta abrumadora realidad sólo puede mejorarse con un trabajo acucioso entre la familia y la escuela, el apoyo y guía de estas dos entidades son fundamentales para la motivación e interés del niño por aprender y pertenecer al sistema educativo.

Por otra parte el docente que trabaja en un contexto educativo vulnerable tiene mayor probabilidad de sufrir problemas de stress

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