ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Blackie


Enviado por   •  10 de Marzo de 2020  •  Ensayos  •  713 Palabras (3 Páginas)  •  106 Visitas

Página 1 de 3

Blackie

Tiene un lugar especial en nuestro corazón. Me lo regaló mi esposo para congraciarse conmigo por su mal comportamiento. Acepté. Era un perrito negro con marrón muy pequeño, un cachorrito. Movido y gracioso. Dormía en una cajita junto a mí, al alcance de mi mano por si lloraba en la noche, creció rápido. Nome di ni cuenta y ya estaba grande. Se volvió el compañero de juegos de mis hijos y de toda la pandilla de la cuadra en la que vivíamos.

Saltaba como perro de circo, dando una voltereta en el aire. Dominaba la pelota. LA hacía rebotar contra la pared y luego conseguía que de grandes botes que aprovechaba para cabecear, pero con su nariz cual foca de circo Era muy hábil ágil.

N que se diga de su apetito. No perdía oportunidad para robar algo de lo que estaba cocinando. Una vez fue un pedazo grande de asado recién preparado. No quedó ni una partícula. Se o pasó de un solo trancazo.

Nunca recibía reprimendas Simplemente nos resignábamos. Era feliz en esa casa porque teníamos una pequeña huerta que era cómoda para que se quede mientras salíamos a trabajar y estudiar.

AL regreso veía televisión con todos echado en el piso de la sala. Salía solo a hacer sus necesidades y rascaba la puerta cuando regresaba. Preferentemente la golpeaba con su cola. Parecía gente cuando tocaba la puerta.

Afuera era uno más del grupo de niños que jugaban kiwi de agua o de chapas, corría junto con el equipo de Andrea o de José. Sabía pertenecer a un equipo.

Una vez, cuando yo regresaba del trabajo lo encontré a una cuadra de la casa parado en la esquina pegado a la pared. Atisbaba y se escondía. LA operación la repetía y la repetía mientras me iba acercando. Cuando por fin llegué hasta donde Blackie caí en la cuenta de que estaba jugando a cachacos y ladrones. Estaba escondido para que no lo encuentren. No lo delaté. Él tampoco se delató, no me hizo ningún gesto de bienvenida.

Luego vino la mudanza y nos fuimos a otro barrio. Estaba bien. Había un patio interior, un jardín pequeñito en la parte del frente y una pandilla de niños que jugaban en la calle y de la cual mis hijos y Blackie se hicieron parte.

Bakie vivía en el jardín de afuera. Hacía su vida solo. Una vez enfermó con un problema de piel y mi tía Luna lo curó con petróleo blanco. Pobre perrito. Pero sanó y recobró su pelaje negro y brillante, Parecía la piel de una nutria.

Por las mañanas acompañaba a las señoras a mercado, por las tardes a la panadería y eso que tenía que cruzar una gran avenida perolo hacía muy bien. Yo no me preocupaba porque no sabía que lo hacía.

Cierta vez me tocó la puerta una vecina para reclamar que Blake se había ennoviado con su perrita y efectivamente los sorprendimos en amores con la mascota de la vecina. No dijimos nada, pero al cabo de un corto tiempo vino nuevamente la señora y me dijo “Comadre, ya tenemos cachorros ¿con cuál se va a quedar? “Quedé perpleja. No supe responder, me deshice en excusas diciendo que no tenía tiempo para cuidarlas, que trabajaba que no me alcanzaba para mantener una boca más. La señora comprendió y se fue.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (4 Kb)   pdf (25.6 Kb)   docx (8.2 Kb)  
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com