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Cenicienta


Enviado por   •  21 de Abril de 2013  •  629 Palabras (3 Páginas)  •  358 Visitas

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LA HISTORIA DE LA CENCIENTA, CONTADA POR SU MADRASTRA.

Todos ustedes conocen la historia de la hija de mi esposo, le dicen Cenicienta. Una joven muy bonita, claro más bonita que mis hijas, pero eso nunca me preocupó y a mis hijas tampoco porque todos sabemos que la belleza esta por dentro.

Cuando la conocí, le prometí a mi esposo que cuidaría de ella y la querría como a mis hijas, pero ella se portó muy mal, me dijo que nunca me haría caso porque no soy su mamá.

Como es natural, repartimos los deberes de la casa y todos cooperábamos, mi esposo mantenía la casa, mis hijas y yo nos encargábamos de la casa, pero Cenicienta no hacía nada, se pasaba las horas frente al espejo probándose los vestidos de su mama, que aunque eran bellos, no eran propios para la edad de Cenicienta, escotes, transparencias, ceñidos al cuerpo, etc. Mi esposo no le daba permiso de usarlos hasta que fuera más grande, ella se conformaba con usarlos en casa.

Lo mismo ocurría con los cosméticos que había usado su madre, se la pasaba maquillándose, peinándose, probándose una y otra vez distintas combinaciones, mis hijas claro que se enojaban y a veces tenían fuertes discusiones donde yo intervenía para evitar que las cosas se complicaran mas para mi esposo ya que no sabía cómo hacer que Cenicienta cambiara su actitud.

Así paso el tiempo. Un día llego una invitación. En ella se anunciaba que habría un baile en donde el Príncipe escogería a su prometida de entre todas las jóvenes que asistieran al baile. Se aclaraba, que no se casarían enseguida, pero si habría un noviazgo formal en donde estarían comprometidos para contraer matrimonio cuando fueran más grandes. Todo mundo se puso feliz.

Como ya lo dije antes, Cenicienta acostumbraba no hacer nada y si lo hacía, eran con muchos esfuerzo y mil discusiones y así lo continúo haciéndolo un día y otro día, hasta que mi esposo le dijo que si no cooperaba con los demás miembros de la casa, no la llevaría al Gran Baile. Cenicienta no le creyó y cuando llego el gran día mi esposo, para mi sorpresa no la quiso llevar al baile, yo le insistí que la lleváramos, que era un castigo demasiado severo, pero el no quiso escucharme, diciendo que se lo había advertido a Cenicienta mil veces y que si no lo hacia así, la chica no aprendería nunca. Así que devolvió el hermoso vestido que le habíamos comprado para la ocasión y con el cual yo estaba segura que el Príncipe se fijaría en ella… y se quedó en casa.

Pero Cenicienta no se conformó, siempre se salía con la suya, consiguió que sus amigas la ayudaran y esa noche se escapó al Gran Baile. Yo me di cuenta que estaba ahí, pero no quise decirle a mi esposo para que no se enojara y gozáramos de un hermoso baile.

Cuando la vio el Príncipe, bailo con ella y todos nos dimos cuenta que se había prendado de su belleza, mi esposo la reconoció

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