La Cenicienta

LA CENICIENTA

Hada Madrina: Había una vez una dulce y hermosa joven llamada Cenicienta que vivía con su amado padre, su madre había fallecido al momento en que Cenicienta nació. Un día su padre le cuenta que ha contraído matrimonio con otra mujer y que esta se iría a vivir con ellos junto con su hija, quienes se transformarían en su peor pesadilla…

Madrastra: (Detrás del biombo) Cenicienta! Ven aquí!

Cenicienta: ¡Ya voy!… ¿Se le ofrece algo?

Madrastra: Si, necesito que vayas de compras a la ciudad.

Hermanastra: (Susurrando a la madre) ¡Mamá! Puedo acompañar a esta estúpida niña, necesito comprar zapatos nuevos.

Madrastra: (Sarcásticamente) Si claro, acompaña a esta linda chica.

Cenicienta: Esta bien, enseguida volvemos.

Hada Madrina: Mientras las chicas iban de compras, la madrastra aprovecha el momento para cometer su crimen

Madrastra: Oh amado esposo… ¡este es tu fin!

Padre: ¡¡Oh no por favor no!! ¡¿Qué estás haciendo querida?!

Madrastra: (Apuñala al padre) Muajaja!!!

Se saca el biombo. Madrastra y hermanastra se sientan en la mesa a tomar el té.

Madrastra: ¡Cenicienta! (Cenicienta se demora) ¡¡Cenicienta!! (gritando)

Cenicienta: (Corriendo) Si, perdón! Estaba ordenando su habitación. ¿Qué desea señora?

Madrastra: Por favor sírvenos más té y luego limpia la chimenea. ¡Date prisa!

Cenicienta: ¡Sí señora! (Hablando consigo misma) ¡Oh! ¡Qué desgraciada es mi vida! ¡Extraño tanto a mi padre!

Hermanastra: ¡Oye tú! ¡Sucia Cenicienta, ven enseguida a peinarme el cabello!

Cenicienta: Esta bien, en seguida voy.

Hermanastra: (Se queja) ¡Ayy me duele! ¡Mamá mira lo que está haciendo esta estúpida niña!

Madrastra: ¡Ten más cuidado! Si no te irás a dormir con los cerdos.

Cenicienta: ¡Perdón! No quise hacerte daño.

Llega el paje real…

Paje Real: (Golpea la puerta) Buenos días señorita, aquí le traigo esta carta del rey.

Cenicienta: Muchas gracias, que tenga buen día. (Cierra la puerta) ¡Una carta

de palacio!

Hermanastra: (Le quita la carta) ¡Yo la abro!

Madrastra: (Le arranca la carta a su hija) Yo la leeré querida (abre la carta y la lee) “Su majestad se complace en invitar a todas las muchachas de esta casa a un baile que se celebrará en honor de su hijo el príncipe... ¡esta misma noche!”

Hermanastra: ¿Una fiesta? ¡Genial! (Se dirige a Cenicienta) ¡Oye tu! Lava y arregla todos mis vestidos, ¡estoy segura de que el príncipe se fijará en mí!

Cenicienta: Pero… eso quiere decir que me ha invitado también.

Madrastra: (Se ríe) Por supuesto que si querida…

Cenicienta: ¡Oh muchas gracias!

Madrastra: Pero… primero debes terminar de limpiar toda la casa, incluida la chimenea. Además no creo que te dejen entrar en palacio con esa ropa. Anda, no digas tonterías y sigue limpiando.

Cenicienta: Mmm...... no importa, limpiaré todo, confeccionaré algún vestido y estaré lista para el baile.

Madrastra: Ok, te deseo suerte.

Hada Madrina: Cenicienta comienza a limpiar y a ordenar todo lo más rápido posible, luego confecciona su vestido. Logra estar lista a tiempo, pero la madrastra y la hermanastra al verla sienten envidia y rompen su vestido.

Hermanastra: ¡Esto es mío ladrona!

Madrastra: Sácate esto, te ves espantosa. Vámonos al baile.

Cenicienta: (Llorando) ¿Por qué mi vida es tan desgraciada? ¡Ya no soporto más!

Hada Madrina: No te preocupes, no

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