Control De Lectura De Ana Frank

CONTROL DE LECTURA: “Mundo del Fin del Mundo”

NOMBRE: _______________________________FECHA:_______CURSO:________NOTA______

PROF. Tío Cristian González Retamal PTJE.Total: PTJE.OBT.:

El alumno es capaz de:

L

E / L

N / L

1. Reconocer elementos esenciales del argumento de la obra.

2. Interpretar el mundo creado, valorando su enseñanza.

I. SELECCIÓN MÚLTIPLE ( 1 punto c/u)

1. El libro que marcó al protagonista fue

a. “Los Tigres de la Malasia” de Salagri. b. “La vuelta al mundo en 80 días” de Verne.

c. “Moby Dick” de Melville. d. “El Caleuche” de Petit.

2. ¿Cuál de las siguientes tareas no desarrolló el protagonista en sus viajes?

a. Ayudante de cocina b. Radioescucha

c. Científico d. Periodista

3. ¿En cuál de los siguientes lugares no estuvo el protagonista?

a. El Estrecho de Magallanes b. Valparaíso

c. Punta Arenas d. Puerto Montt

II. TÉRMINOS PAREADOS

Relacione cada una de las embarcaciones de la Columna “A” con uno de los nombres de la Columna “B”. Hay dos nombres que sobran ( 1 punto c/u)

Columna “A” Columna “B”

1. Cacafuego (....) Ahab

2. El Evangelista (....) El Vasco

3. Estrella del Sur (....) Félix Brito

4. Finisterre (....) Miroslav Brandovic

5. Nishin Maru (....) Nilssen

(....) O”Barrey

(....) Tanifuji

III. COMPRENSIÓN DE LECTURA ( 1 punto c/u)

Lee el siguiente fragmento del libro y luego responde las preguntas .

Llamadme Ismael..., llamadme Ismael..., repetí varias veces mientras esperaba en el aeropuerto de Hamburgo y sentía que una fuerza extraña otorgaba cada vez mayor peso al delgado cuadernillo del pasaje, peso que aumentaba conforme se acercaba la hora de salida.

Había atravesado el primer control y me paseaba por la sala de embarque aferrado al bolso de mano. No llevaba demasiadas cosas en él: una cámara fotográfica, una libreta de apuntes y un libro de Bruce Chatwin, En la Patagonia. Siempre he aborrecido a los que hacen rayas o anotaciones en los libros, pero aquel estaba lleno de subrayados y signos de exclamación que fueron en aumento luego de tres lecturas.

Y pensaba leerlo por cuarta vez durante el vuelo hasta Santiago de Chile.

Siempre quise regresar a Chile. Tuve ganas, pero a la hora de la determinación pesó más el miedo, y los deseos de reencontrarme con mi hermano y los amigos que allá tengo se transformaron en una promesa en la que, de tan repetida, creí cada vez menos.

Llevaba demasiados años vagando sin rumbo fijo, y los deseos de detenerme a veces me aconsejaban un pequeño pueblo de pescadores en Creta, Ierépatras, o una apacible ciudad asturiana, Villaviciosa. Pero algún día cayó en mis manos el libro de Chatwin para devolverme a un mundo que creí olvidado y que me estaba esperando: el mundo del fin del mundo.

Luego de leer por primera vez el libro de Chatwin me entró la desesperación por volver, pero La Patagonia está más allá de las simples intenciones del viajero, y la distancia se nos muestra en su real envergadura cuando los recuerdos emergen como boyas en el agitado mar de los años más intensos.

Aeropuerto de Hamburgo. Los demás viajeros entraban y salían de la tienda libre de impuestos, ocupaban el bar, algunos se mostraban nerviosos, consultaban sus relojes como dudando de la puntualidad repetida en docenas de aparatos electrónicos. Se acercaba el momento en que abrirían las puertas de salida, y tras revisar las tarjetas de embarque seríamos conducidos en un bus

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