“Corea, ‘comunismo monárquico’”
kelevr_11228 de Febrero de 2012
834 Palabras (4 Páginas)565 Visitas
“Corea, ‘comunismo monárquico’”
Gustavo Specchia
Corea del Norte es, en más de un sentido, un país a contramano de estos tiempo y espacio históricos. Mientras el vector de la globalización política y económica achica la “aldea global”, el sector Norte de la península coreana se retrae en sí mismo y se cierra herméticamente a casi ningún contacto.
Cuando la revolución de las comunicaciones y de la información pone en tiempo real y a disposición de prácticamente cualquier usuario los detalles mínimos de la locación más remota, el régimen norcoreano cierra a cal y canto el acceso o la salida de cualquier tipo de información, desde las cifras demográficas hasta los indicadores más básicos para conocer la estructura y el desarrollo interno del país; de una manera tan obtusa que las únicas fotografías que circulan por la prensa internacional son las obtenidas por teleobjetivos potentes desde largas distancias (o desde el borde sur de la frontera que la separa del resto de la península), o los escuetos partes noticiosos gubernamentales redactados —en un léxico rimbombante y acartonado— que sólo dejan lugar a conjeturas, como las de estos días, según las cuales, por una serie de indicios y sospechas, se deduce que el régimen prepara una sucesión dinástica del poder, retenido por la familia Kim desde hace más de medio siglo.
Corea del Norte, así, termina por plantear la difícil paradoja de ser el último Estado de ortodoxia comunista estalinista y, al mismo tiempo, una monarquía absoluta que reserva el ejercicio del poder a los miembros de una única familia, que lo trasmite de generación en generación por vía sanguínea.
El actual mandatario recibió el poder de manos de su padre, Kim Il-sung, el jefe comunista que encabezó la revolución coreana tras la independencia de la península del dominio japonés, en 1945, y fundó el actual Estado, formalmente denominado República Popular Democrática de Corea. Kim Il-sung sigue siendo hoy presidente, aunque murió en 1994; la Constitución y las leyes lo designan como “Presidente Eterno”.
La enfermedad de su hijo —que desde la desaparición física del “Presidente Eterno” ejerce autocráticamente el mando— ha llevado al régimen a presentar a su posible sucesor. La elección ha recaído en Kim Jong-un, el tercero de los hijos del mandatario, un joven (se estima que puede tener entre 25 y 27 años) que ha sido designado en pocos días como general de cuatro estrellas y colocado en los puestos clave para ocupar el lugar de su padre en cualquier momento.
La anomalía coreana arraiga en la lógica bipolar surgida de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. El ejército japonés abandonó la vecina península coreana, a la que había ocupado en 1910, como a la Manchuria china, en su avance expansionista hacia el Oeste. Retirados los japoneses, las tropas aliadas se encontraron frente a frente, en una situación similar a la de Berlín, a un lado y al otro del paralelo de 38º de latitud Norte; y ninguno de los dos se movió un palmo hacia atrás.
La invasión del Norte generó la Guerra de Corea, en 1950, que en Occidente se conoció y se popularizó a través de la serie televisiva MASH, con Alan Alda en el protagónico.
Las Naciones Unidas lograron imponer un armisticio en 1953, que consagró al paralelo 38 como la frontera entre ambos Estados y disparó el proceso de clausura del régimen del Norte sobre sí mismo y el aislamiento internacional.
Mientras el Sur caminaba a pasos largos para convertirse en la expresión ideal de un país capitalista, desarrollado y democrático (que los Juegos Olímpicos de 1988, y el campeonato mundial de fútbol de 2002 mostraron como un gran escaparate al mundo), el Norte se cerraba, refugiándose en la filosofía
...