ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Cuantos Y Biografia De Francisco Rodríguez Criado


Enviado por   •  3 de Marzo de 2015  •  1.691 Palabras (7 Páginas)  •  205 Visitas

Página 1 de 7

UNA CHICA MUY FEA

Ligué una vez con una chica muy fea. No sé cómo ocurrió… Bueno, sí lo sé… recuerdo que vino hasta mí y me dijo: «Llevo un tiempo observándote, creo que me gustas. Soy fea, y algo intelectual, por eso no gusto a los hombres, supongo. Aun así, me atrevo a pedirte que pases la noche conmigo… Podríamos pasear y hablar de libros. “Salimos de aquella agobiante discoteca de ninfas presumidas y nos dirigimos hacia el paseo marítimo, su brazo aferrado al mío. Habló con entusiasmo del realismo mágico de García Márquez, del mundo absurdo de Beckett, del monólogo interior de Ulises, del existencialismo ateo de Heidegger. Yo le conté que me gustaban las tostadas con mermelada de fresa, los cómics eróticos y las carreras de caballos. Después de mirar a todos lados y comprobar que nadie nos espiaba, le chivé la receta de la tarta de manzana; e hice un truco de magia con un pañuelo. Sonrió y aplaudió. Continuó hablando: de la teoría de la relatividad, del psicoanálisis de Freud, de la revolución de las telecomunicaciones, algo también sobre la lucha de sexos. Para que no molestara el ruido de las olas, paramos el tiempo; y, mirándome a los ojos, me besó. Fue un beso sencillo, con sabor a mar: el beso de una chica muy fea.

Cogidos de la mano nos echamos a andar de nuevo, ahora callados.

En un pequeño hotel alquilamos una habitación con una ventana que daba a la vida. Nos duchamos juntos y, borrachos de caricias, nos fuimos a la cama. Como hacía algo de frío, nos arropamos con el calor del deseo. Su cuerpo, escurridizo como la verdadera felicidad, se derritió entre mis manos.

El cálido ulular de una sirena lejana llegaba hasta nosotros en un susurro cansino.

¿Le importaría si fumaba? Me dijo que lo hiciese, no había problema.

—¿Es la primera vez que estás con un marinero?

—Es la primera vez que estoy con un hombre— respondió.

Reíamos si alguien contaba algo gracioso, nos echábamos a llorar si era algo triste.

Atenazándome con sus brazos, me oprimió contra su pecho, con vigor: puros músculos de soledad.

—No vuelvas a decir que eres fea: eres la mujer más hermosa del mundo, ¿me oyes?

—¡Calla!— se rió irónicamente, y me dio un beso en la frente.

Nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente me desperté temprano, ella ya se había ido.

Errabundo, paseé por el centro: mi barco no zarpaba hasta bien avanzada la tarde.

Jamás he visto una chica tan fea… fea, fea de verdad. Pero, aunque hace años de aquello y no he vuelto a pisar la ciudad, sigo esperándola: he aprendido algunos trucos de magia que quisiera enseñarle...

OTRA HISTORIA DE AMOR

La primera vez que te vi salías de bailar, vestías con un chándal y unas zapatillas de deporte, el pelo alborotado y despeinado, la verdad es que no me gustaste mucho. Además esa cara tan morena y tu forma de hablar me hacían desconfiar de ti, pues lo hacías de una forma vulgar y casi barriobajera, pero no fue eso lo que me impidió besarte, es que me daba mucha vergüenza, pues soy un chico tímido, no obstante, en el fondo, sentía curiosidad por conocerte. Lo que me llamó la atención de ti, de tu cara, fueron tus ojos color gualda, y ante todo tu boca, podría jurar que tienes la boca más bonita del mundo, tus labios son finos y delicados, aunque alargados, con un tacto aterciopelado, muy suaves. Mi amigo me animó a besarte, y tu amiga te animó a que te dejaras besar, y tu te dejaste. La segunda vez, habíamos quedado para ir a una discoteca, no me gustan, pero mi amigo me dijo que tu vendrías, y que querías que os acompañara.

Ese día tampoco me gustó tu vestimenta, esas dos coletas te daban un aspecto infantil, y esos pantalones y esa camiseta eran excesivamente cortos, te hacían muy delgada. Tú comías un helado, y yo temía que me manchases la tapicería del fiat stilo que acababa de comprar y que tan solo tenía cuatro días. Te molestaste cuando te repetí infinitas veces eso de "ten cuidado". Ya en la discoteca, mi amigo y tu amiga se despistaron, nos quedamos solos yo no sabía cómo te llamabas-¡después de dos días y aún no te había preguntado cómo te llamabas!- te enfadaste, y aun así me lo dijiste, nos besamos.

Esa noche no tenías donde dormir, pues para poder venir tuviste que engañar a tus padres diciéndoles que dormirías en casa de tu amiga, así que tuviste que dormir en casa de mi amigo, yo no pensaba quedarme, pero mi amigo me convenció, yo tan solo quería echar un polvo, y descubrí que no lo conseguiría cuando te escuché preguntarle a mi amigo si su madre utilizaba compresas. Así que esa noche dormí contigo, tu tenías sueño, te dormiste pronto, no deshicimos la cama, como hacía frío tu empezaste a tiritar, yo no quise despertarte y te puse mi chaqueta por encima, creo que fue en ese momento cuando empecé a enamorarme de ti. A la mañana siguiente jugamos.

Por la tarde fuimos al pantano, y tuviste

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (10 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com