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Cuento De Niño


Enviado por   •  17 de Mayo de 2012  •  503 Palabras (3 Páginas)  •  478 Visitas

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Había una ves un pequeña ranita llama Lulú; a ella todo le daba pena, cuando alguien llegaba a su casa, le daba vergüenza saludar y siempre salía corriendo a esconderse a su cuarto y de allí no salía asta que la visita se fuera.

Ella estudiaba en la escuela “EL TINTAL” muy cerca del colegio “MANATÍ”, Lulú siempre escogía sentarse en la última fila muy cerca de los charcos. Ella pensaba “así no me verán y no tendré que hablar con nadie”.

Sus papas se preocupaban por que su pequeña Lulú siempre andaba sola.

-¿Por qué no te ases amiga de tus compañeros?-pregunto su mama; la rana candita.

-Me da miedo, es muy difícil-contesto Lulú.

-Has el intento. En realidad es más sencillo de lo que piensas-dijo su papa; el sapo José Manuel.

Lulú se quedo callada.

Un día cuando el maestro granado pregunto a quien le gustaría escribir su nombre en el pizarrón, nadie levanto la mano. Lulú quería hacerlo, pero le dio tanto miedo que decidió no moverse.

“Mejor mañana” pensó.

A la siguiente clase le tocaba con el maestro cocodrilo palma y pidió que alguien pasara al pizarrón pues preguntaría todos los elementos de la tabla periódica.

Lulú levanto la mano, pero tan poquito que el maestro palma no la vio y escogió a otro alumno.

Cuando todos salían al recreo se iban a cicart, se formaban pequeños grupos de amigos algunos para platicar en la cafetería “la central” y otros para jugar en el elevador.

Pero la pequeña Lulú se apartaba de todos y comía solita en la otra cafetería llamada “la cancha” y pensaba: “así es mejor. Nadie me necesita”.

Cierta vez, Lulú sintió muchas ganas de platicar con alguien y se acercó la tortuga Martita.

-¡hola! Le dijo pero en voz tan baja que la tortuga no pudo escucharla.

-¡hola! Repitió Lulú, pero su volumen de voz fue tan bajo y débil y la tortuga martita siguió su camino sin voltear. Lulú se sintió tan triste por no haber hablado más fuerte.

A la mañana siguiente, decidió saludar con más fuerza-¡Hola!- le grito a la iguana Rosa Martha.

La pobre iguana brinco asustada por el grito y dejo caer sus libros. Lulú le pidió una disculpa y pensó que nunca intentaría hacer amiga de nadie.

Un día el maestro Granado pregunto:

-¿Quién sabe escribir “DACBIOL”?

Varios alumnos pasaron al pizarrón, pero ninguno pudo escribir la palabra.

De pronto Lulú se levanto y dijo:

-¡yo

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