Cuento inteligencia artificial

Erase una vez una persona llamada Alicia que vivía sola en un departamento al lado de la Torre Eifel en París, Francia.

No tenía familia, pues la misma había muerto en una accidente de carretera hace unos años… lo cuál la dejó al cuidado de una tía que posteriormente falleció debido a la edad.

Su rutina era de lo más usual, se despertaba, se bañana, hacía su cama, almorzaba para posteriormente salir a la calle a su trabajo de medio tiempo ya que por la tarde-noche se dedicaba a estudiar en una universidad en algo que se denominaba al Departamento de Nanotecnología, pues ella quería crear robots y hacer una especie de conciencia artificial… soñaba con ser una científica pues pensaba que al serlo ayudaría a crear componentes que permitieran al hombre tener menos accidentes.

Y así era, se enfrascaba todos los días en la misma rutina; tanto que no se daba cuenta de la soledad que la atrapaba salvo aquel día que la invitaron a una cena y al acudir se dio cuenta que todos tenían una pareja. Ella vío que no contaba con algó así y anheló tenerlo.

Fue la primera vez que sintió que su vida no tenía sentido porque no tenía a un alguien que la animara, que le alentara. Cuando regresó al laboratorio, uno de los experimentos que realizó de una conciencia artificial funcionó; lo programó en su computadora y realmente el programa le hablaba.

Al parecer tenía una propia ciencia tanto que cuando fue el momento de proporcionar sus resultados, decidió esconderlo y seguir trabajando en ello. Los años pasaron y ella pudo conseguir un trabajo en una empresa robótica en donde conoció a un magnate al cuál la chica le contó sobre sus hallazgos (pues habían sido años de estar mejorando a la conciencia artificial) y le propuso si dicha conciencia fuera puesta en un cuerpo armado, quizás podrían lograr crear un humanoide capaz de superar al ser humano.

El magante aceptó y financió el proyecto, misma que ella terminó. Creó una especie de robot humano, muy parecido al hombre que al momento de observarlo pareciera que no fuera como tal; ella había sido muy feliz.

Y fue feliz porque pudo tocar en carne y hueso a la conciencia de la cual tanto había estado trabajando, a la cuál fueron años de compañía, quien era su sustento y alegría. Lo mismo fue para la conciencia pues al desarrollar ondas cerebrales comprendia los sentimientos.

El experimiento fue un éxito, ella ya no estaba sola y el magnate se propuso a crear copias para venderlas al mercado como: Futuro robot que hace lo que tu quieras.

Esta propuesta le generó ganancias fortuitas a la empresa del magante. Millones y millones de robots “humanos” fueron vendidos. Las personas lo utilizaban como sirvientes, acompañantes, el reemplazo de un hijo perdido, esposa, etc.

Al pasar del los años, la chica científica se dio cuenta mediante estudios y notas televisivas los pros y contras de su creación pues mientras en algunas partes del mundo daba comodidas en otras se utilizan para conflictos bélicos/guerras así como para la delincuencia.

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