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El Flechador Del Sol


Enviado por   •  11 de Octubre de 2013  •  488 Palabras (2 Páginas)  •  464 Visitas

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EL FLECHADOR DEL SOL

Fue en la legendaria ciudad de Achiutla donde nació un hombre llamado Yacoñooy, también conocido como mixtecatl.

Cuando Mixtecatl creció, se convirtió en un valeroso y audaz guerrero que cierto dia, armado con su arco,Su saeta y su escudo , decidió salir a conquistar las tierras.

Por mucho tiempo camino sin rumbo fijo .Por días y días no0o descanso un instante , aunque se sentía cansado y abrumado por el calor; mas aun, impulsado por una fuerza misteriosa , proseguía su camino hasta que llego a una vasta y desabilirada extensión, en donde hallo nada que estorbara su paso. Solo es sol brillaba esplondoroso como dueño y señor de aquellas tierras; tierras que Yacoñooy cocidio para el como hermosas. Y como no encontró guerrero con quien medir sus armas y juzgando que el astro del dia era el dueño de esas tierras , preparo su arco y dirigiéndose al cielo exclamo:

-¡Eh,tu , señor de la Tierra! Mide tus fuerzas conmigo y dispara tu arco que alguien aquí tiene que morir; porque he decidido que solo uno de nosotros puede ser el dueño y señor de estas tierras Tan hermosas.

Y luego, en son de reto, se dispuso a lanzar sus dardos, no sin tratar de dar tiempo a su enemigo a prepararse para el duelo , como si en verdad el señor Sol fuera a dar batalla.

Era la hora del crepúsculo vespertino y el cielo se fue matizando de rojo.

Yacoñooy, Impasible , contemplo a el Sol que se hundía tras las montañas, y como las nubes en ese instante se tiñeran mas intensamente de rojo, Exclamo dando gritos de triunfo:

-Te he vencido ,te he vencido! La fuerza de mi brazo te ha causado la muerte.

Tras esos cerros estas herido, no volveras a ser el dueño de estas tierras.

Lastima que no pueda contemplarte revolcándote en tu propia sangre.

¡Que daría por verte morir a mis pies!

El valiente mixteca espero en silencio latiéndole apresuradamente el corazón. Tal vez la última flecha de su enemigo podría ser disparada a traición, mas como el tiempo pasara y el señor sol no daba señales de vida, entendió que su enemigo había dejado de existir:

¡Eh dado muerte al sol, señor de esta tierras¡ y por derecho de conquista ahora solo yo soy su dueño. Yo eh matado al sol mi rival, mis flecas traspasaron su corazón. ¡El señor sol esta muerto, muerto¡ y son mías, solo mías estas tierras, y con la vida pagara aquel que me las quiera disputar.

Y seguro de su victoria señorío con su triunfo todo cuando alzaba su mirada.

Poco tiempo después en las tierras que fueron del señor sol los hermanos de raza yaconooy fundaron tilantongo.

Y

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