El Maquillaje

EL MAQUILLAJE

El maquillaje es la práctica de decorar la piel y otras partes visibles del cuerpo para obtener un buen aspecto. También se define como maquillaje todo producto usado para decorar o arreglar rasgos faciales o corporales de una persona; este se compone de diversos elementos con funciones determinadas para cada parte recibe este nombre en honor a Venus, la diosa romana del amor.

La gente se maquilla desde la antigüedad, de diferentes maneras y con diferentes artilugios, pero en el fondo siempre surge la misma idea, estar más atractivos mejorando nuestro aspecto externo.

Hoy, el maquillaje se utiliza como arma de seducción, es indudable que es más atractivo un rostro bien maquillado porque con ello se pueden realzar los rasgos más bonitos y esconder los menos agraciados.

Quizás será más fácil hacer un viaje en el tiempo y por antiguas civilizaciones para observar cómo ellos hicieron uso de los cosméticos y de qué forma los obtenían.

El origen del maquillaje se remota desde la antigüedad, donde el pueblo egipcio consideraba este medio artístico como un culto. Las mujeres egipcias resaltaban sobre todo los ojos que maquillaban con colores fuertes, los párpados los pintaban con colores vivos que obtenían a base de mezclar tierra, cenizas y tinta, fueron también las egipcias las que iniciaron la moda de pintarse los labios, lo que hacían con un tinte hecho de ocre rojo y óxido de hierro natural que extendían con un cepillo o un palito.

También en Grecia y Roma las mujeres daban una atención especial y cuidadosa a sus manos y rostro, intentando blanquear su piel con una mezcla hecha a base de yeso, harina de habas, tiza y albayalde (carbonato clásico de plomo) y las pestañas se las ennegrecían utilizando una mezcla de huevos de hormigas y moscas machacadas. Años más tarde, en la época del Renacimiento, con el arte nació la preocupación por la exaltación del rostro y el cuerpo voluminoso en las mujeres, tomando este como un canon importante de belleza. Luego el Siglo XVIII será reconocido por los lunares marcados y el labial rojizo, mientras que en el Romanticismo la tendencia es una tez blanca y pálida. Un siglo más tarde comienza a crecer entre las mujeres el temor por el envejecimiento del rostro, colocando al maquillaje como una tendencia latente. Ahora en el siglo XXI este accesorio se ha convertido en una tendencia clave para las generaciones presentes y muy probablemente para las futuras, ya que lo vemos en todos los medios de comunicación y mucho más en nuestras vidas diarias, ya que se ha convertido para muchas personas en una prenda más de su uso diario.

En las artes se emplea también para corregir las distorsiones producidas por la iluminación, o para caracterizarse como un determinado personaje teatral, para ocultar algunas heridas u otros problemas en la piel que puedan afectar en la persona pero, sobre

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