El Principito
mayby30 de Octubre de 2013
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El narrador del libro es un aviador cuyo aeroplano se desplomó en medio del desierto y mientras trata de repararlo, se le aparece un singular personaje llamado el Principito pidiéndole que le dibuje un corderito. Después de muchos intentos fallidos, el narrador termina dibujando una caja y le dice que el corderito se encuentra adentro. Así, al paso del tiempo inicia la conversación con el niño mientras continúa tratando de reparar el avión. El Principito le va relatando como era el asteroide donde él vivía, lo que el poseía y en especial le describe a una flor soberbia que le gustaba cuidar. Después le cuenta que ha recorrido el espacio visitando planetas, seis para ser exacto, donde ha encontrado un solo habitante en cada uno, con singulares características: un rey soberbio, un vanidoso, un bebedor, un hombre de negocios, un hombre con un farol y un geógrafo. También le cuenta cómo fue su llegada a la tierra, su encuentro con una flor sola en el desierto que solo una vez vio a los seres humanos, que domesticó un zorro y que vio un lugar donde había muchas rosas iguales a la que el tenia. Un día, ambos personajes encuentran un pozo, sacian su sed y el Principito se queda junto al pozo en un paredón cercano a pasar la noche. Al día siguiente, el aviador lo encuentra hablando con una serpiente y al final, le dice que ya se tiene que marchar de regreso a su planeta.
La fluidez del libro es agradable, pues trata temas muy concretos con la naturalidad y sencillez de un niño. Los elementos representativos son bien claros, por ejemplo; los seis personajes de los planetas reflejan tendencias de los seres humanos, así el rey representa la arrogancia, el vanidoso la superficialidad y la necesidad de atención, el bebedor denota el consumismo y la adicción a ciertas cosas materiales, el hombre de negocios denota avaricia, el farolero acentúa el acostumbrarse a rutinas inútiles y el geógrafo recuerda a las personas que en la necesidad de acumular conocimiento, dejan de vivir su vida.
A lo largo del texto, siempre se recurren a exclamaciones tales como: “Decididamente, las personas mayores son muy extrañas” y esto es para recordarnos que sea cual sea la edad que tengamos, siempre debemos darnos un tiempo para razonar que un día fuimos niños y dentro de nosotros, siempre habrá una parte que aun lo es. El objetivo es hacernos pensar que si somos como las personas que estaban en los planetas, “personas serias”, siempre estaremos solos, sumidos en esa banalidad y materialidad que nos aleja de las cosas que realmente tienen importancia en esta vida. Y es que ¿Para qué vivir esta vida sin un sentido? ¿Para qué vivir en la monotonía sin comprender que hay cosas de más valor? ¿Por qué no podemos ser como el Principito y vivir con sencillez y fe, pero siempre con ese sentido analítico y reflexivo?
La amistad también es descrita y analizada con frases tales como “si vamos a morir, me alegra haber tenido un amigo.” Siempre nos damos tiempo para nosotros, para estar cómodos y en muchas ocasiones para darnos esa falsa felicidad que produce acumular dinero y cosas materiales. Pero el Principito nos invita a algo más, a cultivar amistades puras, sin ningún tipo de interés o afán de beneficio propio; nos invita a compartir el amor y los valores con alguien más. Recordemos, como lo citaba al principio, que las cosas que realmente importan, no se ven con los ojos.
El tercer aspecto que desde mi punto de vista destaca en esta lectura es el tema de la muerte. Representar ese término con un animal con veneno puede ser engañoso; no se trata de ver a la muerte como un tabú, sino tratarla como un proceso natural pero que no debemos apresurar cuando no es el tiempo, sino que debemos evitar “que nos muerda” sin haber realizado antes lo que nos corresponde en “este viaje”, en esta vida.
Para finalizar, la historia nos deja con un hueco en el estomago, el
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