Principito
jazmin216925 de Julio de 2013
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etc.) Otros se relacionan más directamente con el individuo. Sobre estos últimos, consideramos que tienen un peso importante directo en el desempeño laboral; Ricardo Matamala los denomina los siete pecados prevalecentes en la gerencia de hoy y como se advertirá afectan en el rendimiento laboral. Esto son:
1. TEMOR:
Cuando nuestra mente se va al futuro, el temor a lo incierto y al fracaso , o cuando la mente se al pasado y tememos perder algo que tenemos y que nos gusta, no hay remedio , estamos condenados al continuismo y al estancamiento.
A la mente temerosa le cuesta mucho esfuerzo innovar, cambiar, diferenciarse, explorar, avanzar, etc., por esto el temor, que es algo natural del ser humano, puede ser nuestro peor aliado.
En este orden de ideas, el temor de la alta gerencia puede convertirse en el mayor costo para las organizaciones y en la principal explicación del estancamiento, de la violencia y, en general, de los otros seis pecados, capitales de los líderes.
2. EGOÍSMO
Se dice fácilmente que se requiere el compromiso de los colaboradores para el , éxito de la organización, pero rara vez nos preguntamos, qué hace que una persona se compromete con algo?, Se les pide a los colaboradores que se comprometan con una visión y unos valores, que o bien no participaron en su definición o que no conocen, sin ninguna expectativa clara de beneficiarse de los resultados de la organización.
4. Arrogancia:
Quien cree que ya aprendió se encuentra en condiciones de vivir en un mundo que ya no existe, quien se cree más que los demás vive en un paraíso de tontos y quien no reconoce los errores sacrifica la mejor fuente de aprendizaje y desarrollo.
La arrogancia es una enfermedad mortal para líderes y organizaciones. Por el contrario la humildad, que a veces la entendemos con un sentido peyorativo, es una gran virtud. Los verdaderos líderes no abusan o imponen su poder, por el contrario, liberan y potencializan el talento de sus colaboradores.
5. Incomunicación:
En la era de la información, no deja de ser paradójico encontrar líderes que siguen creyendo que la información da poder, o que la inversión en sistemas de información y comunicación es simplemente un gasto.
Pero si bien la poca transmisión de información es una dificultad, lo es más la incapacidad de escuchar. Cuando creemos tener la razón, cuando el protagonismo nos impide buscar entender al otro, cuando escuchamos dependiendo de quien hable, o cuando solamente escuchamos palabras y no la comunicación no verbal, el corazón no escucha y la mente se cierra, desperdiciando un gran número de opciones útiles.
El trabajo en equipo se vuelve difícil cuando prima un diálogo de sordos y el “empowerment” y el uso de la imaginación quedan bloqueados ante la incapacidad de comunicarnos, entonces es cuando es difícil entender porque al proceso de escuchar, vital para la comunicación, no se le preste atención del proceso educativo.
6. Individualismo
Comenzando por una educación individualista e individualizante, hasta llegar al mundo fragmentado de las empresas, seguimos abandonando las opciones colectivas generando una permanente y desgastadora competencia.
No es fácil lograr sinergias cuando no nos comprometemos colectivamente con una visión, una misión y unos valores, cuando en vez de ser competitivos frente al mercado, nos mantenemos en una competencia interna donde inevitablemente hay ganadores y perdedores.
- Dos síntomas de mediocridad son buscar sobresalir a costa de los demás o seguir creyendo en el viejo concepto de “divide y vencerás”. Si valoramos al ser humano y respetamos las diferencias, es fácil entender que un equipo es más que la simple agrupación de unos individuos.
7. Racionalismo
Si la mitad de nuestro cerebro, el hemisferio
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