El Zarco.

l Zarco es una novela del escritor, periodista y maestro mexicano Ignacio Manuel Altamirano escrita entre 1885 y 1888 y publicada en el año de 1901, considerada una joya de la literatura mexicana.

El libro fue escrito durante la Guerra de Reforma, lo que se manifiesta en la obra con las apariciones de Benito Juárez y porque se nombra la guerra durante el transcurso de la acción. Altamirano participó directamente en la política del país, lo que determina el ambiente general en el que nace esta obra.

La acción se desarrolla en Yautepec, Morelos, en el Valle de Yautepec, donde se ubicaban las haciendas de Cocoyoc, Atlihuayán y San Carlos, todas ellas dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, y Xochimancas ("lugar de los cuidadores y sembradores de flores" como bien apunta Altamirano).

Los pobladores, todos mestizos, eran gente buena, hospitalaria, tranquila, franca, sencilla y trabajadora, cuya única riqueza la constituían el río y los árboles frutales. Sin embargo, la vida en Yautepec, estaba marcada por los delitos, robos y asesinatos, por las correrías de bandas y tropas. La banda de El Zarco, en efecto, tenía su cuartel en Xochimancas, hacienda antigua y arruinada, no lejos de Yautepec. Allá vivían también Doña Antonia con su hija Manuela y su ahijada Pilar.

Doña Antonia vivía desesperada, pues temía que su hija Manuela fuese raptada por la banda de El Zarco, debido a su belleza, por lo que su deseo era que Manuela se casara con Nicolás, a quien ella no amaba, o bien irese ambas a Ciudad de México con su hermano, quien, sin embargo por todo los problemas que había en la zona, no iba por ellas. Nicolás les preparó su salida a la capital con las tropas del gobierno, sin sospechar que con esto perdería a su amada.

Manuela había engañado a su mamá, ya que ella, todas las noches vivía momentos apasionados con El Zarco. Juntos planearon su fuga, para así, evitar su separación. El Zarco conoció a Manuela en Cuernavaca, cuando el delincuente desfiló a caballo frente a la ventana de la joven. Él era uno de los jefes más renombrados de la banda "Los plateados", tristemente célebre por sus infames proezas y horribles venganzas en las haciendas en que había servido, por su crueldad y valor temerario. Ella se dejó deslumbrar por su gallardía, su riqueza en el vestir y la fama que le precedía.

Al descubrir Doña Antonia la fuga de su hija, buscó la ayuda de las autoridades del pueblo, pero debido al miedo, nadie salió en su búsqueda. Sin embargo el pobre Nicolás fue puesto preso, acusado del rapto de Manuela, pero por el amor que Pilar sentía por él, hizo que lo liberaran y así logró que Nicolás se fijase y enamorase de ella. Dona Antonia no pudo superar el dolor y murió mientras Manuela vivía una pesadilla en el campamento de los ladrones descubriendo que en realidad no amaba al Zarco, sino que era solo pasión.

Conforme pasaban

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