El deseo de hacer amigos- cuento corto

 Alumna: Julissa Paola Murcia Cantarero     comunicación oral y escrita [pic 2]

                            El deseo de tener amigos

Sarah Castro, una estudiante que por primera vez ingresa al mundo universitario, claro para los de primer ingreso entrar a la universidad es un reto y una responsabilidad muy grande, pero es el primer día de clases “— ¿Qué podría pasar? —” dije en mi mente, después de mi primer clase del día, me acerque a la cafetería de la Universidad donde todos los estudiantes se juntaban a desayunar y a conversar acerca de cualquier cosa, mientras entraba observé que en cada mesa habían diferentes tipos de estudiantes los nuevos sentados en un extremo y los de reingreso sentados en el otro extremo todo era tan complicado el hecho que no se relacionaban entre ellos.

Alcancé a ver una mesa que se encontraba en la parte del centro junto con ella había dos chicas y un chico me dirigí hacia ellos con esperanza de me aceptaran en su pequeño grupo y me senté, “— ¡Hola! —” dije al cabo de unos minutos esperando a no ser tan rara, ellos alzaron la cabeza y me saludaron con una media sonrisa, “— ¿Qué tal su primer día? —”, “pregunte”, Bien respondieron sin problema, les pregunte sus nombres y el chico me contesto “mi nombre es Adam”  respondió  “— ¡Hola mi nombre es Sarah! —”,  “respondí con una sonrisa”, “mi nombre es Marisol”, dijo la chica que estaba frente a mí, “mi nombre es Alexandra”, dijo la que estaba a mi lado “— Mucho gusto —”, “respondí”, empezamos a hablar de cómo  había sido la primera clase y como eran los maestros, note que cuando más hablábamos más cosas teníamos en común.

Nos retiramos de la mesa juntos riéndonos salimos de la cafetería, al pasar los pasillos con ellos bromeando y empujándonos, de repente accidentalmente choque con un chico alto, “— ¡Lo siento mucho, disculpa! —”, “Le dije toda apenada”, “— está bien —”,  respondió con su rostro serio, “— Soy Sarah —”, “respondí con pena”, “—Soy Jabí —”, respondió, al momentos de unos segundos “— Sarah —” dijo Marisol interrumpiendo nuestro accidental encuentro él se despidió, mientras lo observaba marcharse, Adam me toco el hombro y dijo “— Estas bien  —”,  “— Si estoy bien —”respondí dudando,  Marisol y Alexandra solo me miraron , seguimos nuestro camino me despedí de mis nuevos amigo y me marche a casa tomando el autobús.

Al llegar a casa almorcé y realice todas las tareas pendientes, era el primer día no habían dejado mucha tarea al no tener nada más que hacer decidí leer uno de mis libros favoritos, mientras lo leía recordé al chico del pasillo cuando me sostuvo note que su mirada era triste como si estuviera deprimido, de repente mi celular me saco de mis pensamientos había recibido un mensaje de Marisol que decía “nos vemos mañana” mire la hora y después de cenar me prepare y me fui a descansar.

Pasaron los meses ya terminando el tercer periodo, había hecho muchos amigos tanto en mis clases y fuera de lo salones conocí más personas que los consideraba mis amigos, la pasábamos muy bien, pero de nuevo volví a ver a jabí solo con la mirada perdida y metido en sus pensamientos, lo único que me preguntaba era, ¿qué le pasaba? ¿porque siempre estaba solo? ¿Dónde estaban sus amigos? Las preguntas inundaban mi cabeza como un rio, pero aun así no me anima a poder hablarle, pasaron los días al finalizar nuestro periodo nos retiramos por dos semanas para las nuevas matrículas, los días pasaban ya se acercaban las nuevas matrículas del siguiente periodo. Muy emocionada me contacte con mis amigos para matricular las clases juntos todo está bien, o eso pensé hasta que llego el primer día de clases, pues los primeros días transcurrieron de lo más normal y todo marchaba bien.

Al día siguiente me prepare para ir a clase ya eran las 9:30 am y mi clase iniciaba a las 10:00 am así que salí y me dirigí hacia la universidad, llegando vi que Adam, Marisol y Alexandra ya estaban en el salón así que me senté junto a ellos, mientras conversábamos medí cuenta que Jabí ya estaba en el salón también lo mire, el lucia mal, pensativo sobre todo se veía triste así que agarre valor y me acerque a él, me detuve unos segundos entonces dije “— hola, ¿estás bien?”, al verlo,  levanto la mirada “— hola, sí, estoy bien —”,  este… “— estas seguro, es que te veo y parece que no estuvieras bien, luces triste —”,   dije dudando de la respuesta que me había dado, se quedó callado antes de contestar lo que le había preguntado, el maestro de la clase entro interrumpiendo nuestra conversación, de tal modo que me levante de la silla y dije “— hablamos cuando termine clase, ¿está bien? —”  “— si —” respondió.

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