Formación Ciudadana

Formación Ciudadana

El rápido crecimiento demográfico de la ciudad de Santa Cruz, tiene efectos tanto sobre la población originaria, como sobre los migrantes. Por un lado, la exposición de la sociedad cruceña a tal variedad, cantidad e intensidad de estímulos, obliga a una readecuación de sus costumbres, pautas de convivencia y modos de relacionarse. Sin embargo, el ritmo acelerado de los cambios no da tiempo para una readecuación positiva, lo que ha provocado más bien un retraimiento de los cruceños, una pérdida paulatina de su sentido de pertenencia y de apego hacia su ciudad y una fuerte crisis de identidad.

Por otro lado, la migración de origen rural, ya sea del mismo departamento o del interior del país, no posee las destrezas urbanas para vivir en una ciudad, por lo que se le torna agresiva y exigente. Como consecuencia, dicha población, preocupada de su supervivencia, no desarrolla un sentido de pertenencia con su nuevo espacio, ni logra una identificación con el lugar, percibiéndolo como ajeno. Además, es más vulnerable a abusos y manipulaciones.

Como resultado, tenemos que cada cual (cruceños y migrantes) empieza a velar por lo suyo, a mirar con desconfianza a quienes son distintos y a vivir la “cultura del atajo”, donde prima una racionalidad utilitarista basada en la lógica de la oportunidad. El control social se hace escaso, pues nadie cuida ni protege lo que no considera suyo.

La sumatoria de desconocimiento en torno a las herramientas básicas para manejarse en la ciudad, ignorancia en torno a los derechos y deberes ciudadanos, pérdida del sentido de pertenencia, crea una ciudad como la nuestra de hoy en día: con malas condiciones de salubridad, sin respeto por las normas de tránsito, con grandes poblaciones cuyos derechos son vulnerados, con descuido y agresión a las áreas verdes y al mobiliario urbano, sin respeto por el medio ambiente, sin control social. Estos efectos no son atribuibles a un solo sector de la sociedad, sino más bien a todos.

El Plan de Desarrollo Urbano de 1993, así como el I, III y IV Foros Urbanos, además del trabajo de consultoría financiado por la Universidad de Toronto en convenio con CEDURE, han recogido esta preocupación. En base a trabajos coordinados de la sociedad civil, se ha ido delineando una estrategia para abordar este tema a partir de un Programa Permanente de Formación Ciudadana, que pretende involucrar a instituciones y actores sociales interesados en el desarrollo de la ciudad y de sus habitantes. La meta final del Programa es contar con una población que conozca y ejerza sus derechos y deberes, que posea las herramientas indispensables para satisfacer sus necesidades básicas en la vida urbana, que conviva de manera respetuosa y armónica con los demás, con su ciudad y con el medio ambiente, y que desarrolle un sentido de pertenencia hacia la ciudad.

...