Historia Y Comunicacion
scastillova10 de Mayo de 2014
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FICHA BIOGRÁFICA
Ricardo Jiménez Oreamuno
Primera Administración
Mandato
8 de mayo, 1910 – 8 de mayo, 1914
Precedido por Cleto González Víquez
Sucedido por Alfredo González Flores
Segunda Administración
Mandato
8 de mayo, 1924 – 8 de mayo, 1928
Precedido por Julio Acosta García
Sucedido por Cleto González Víquez
Tercera Administración
Mandato
8 de mayo, 1932 – 8 de mayo, 1936
Precedido por Cleto González Víquez
Sucedido por León Cortés Castro
Nacimiento 6 de febrero, 1859
Cartago, Cartago, Costa Rica
Fallecimiento 4 de enero, 1945
San José, Costa Rica
BREVE BIOGRAFÍA
Ya no soy el caudillo por cuya suerte de se interesan sus partidarios, dejen eso los costarricenses para sus hombres ilustres; yo apenas he cumplido con mi deber” (La prensa Libre: “Benemeritazgos en Costa Rica” 15 de mayo, 1945, p. 3)
Siendo presidente corro la suerte de casi todos los que lo han sido, se que lo bueno se olvida, aún siendo mucho, y lo malo se recuerda aún siendo poco. En mi caso, nada excepcional; tengo buenos deseos y apegos principios de libertad, democracia y justicia, esto fue tras lo que quise ir siempre.
Ricardo Jiménez.
Don Ricardo Jiménez nació en Cartago, el 6 de febrero de 1859, hijo de Don Jesús Jiménez Zamora (Ex presidente de la República) y de Doña Esmeralda Oreamuno Gutiérrez.
Descendía de una familia llegada al país a principio de la conquista española. Su remoto antecesor y fundador de la rama Jiménez en nuestro país fue Domingo Jiménez, conocido como “El Coplero”, de quién se conserva el primer monumento literario de este país. Todos sus antecesores fueron labradores en las tierras de Cartago o de Barba de Heredia, varios de ellos reconocidos miembros de la vida política de nuestro país, entre ellos, su padre Don Jesús Jiménez, Benemérito de la Patria, y su abuelo materno Don Francisco María Oreamuno, quién también fue Presidente de la República en los días de la Campaña Nacional en 1856 en sustitución por la ausencia de Juan Rafael Mora.
Sus primeros estudios fueron realizados en la ciudad de Cartago en una escuela privada, prosiguiendo sus estudios en el colegio de dicha ciudad.
En 1884 se graduó de abogado en la Universidad de Santo Tomás, para esa época era bastante conocido en todos los círculos intelectuales, debido primordialmente porque había publicado en periódicos y revistas numerosos artículos sobre temas de literatura, sociología, derecho, entre otros. Es importante destacar, que un discurso de su tesis en la Universidad de Santo Tomás mereció elogios y fue publicado en el periódico “El Costarricense”.
Al terminar sus estudios universitarios inició don Ricardo la escala ascendente en el campo del servicio público, donde desempeñó cargos modestos como la alcaldía judicial hasta llevar a las más codiciadas cumbres de los poderes nacionales.
Ya en 1885, y contando con 26 años de edad, era todo un caballero capaz de concebir profundos estudios a cualquier problema de índole nacional e internacional.
Con motivo de la declaración de jefe supremo de Centroamérica del presidente Barrios de Guatemala, se designó al Lic. Jiménez para que representara a Costa Rica, El Salvador y Nicaragua ante el gobierno de México, con el propósito de que expusiera las razones de oposición de los tres países a unirse al bloque de Guatemala y Honduras, por supuesto, que don Ricardo Jiménez logró que México diera apoyo al proyecto de unificación planteado por el presidente Barrios.
Para 1886, colaboró en el gobierno de don Bernardo Soto, asimismo ejerció cargos de influencia política en la administración de Carlos Durán en 1889. Simultáneamente, fue miembro de la Universidad de Santo Tomás en 1887 y 1888, y en este último año por muerte del rector, se vio obligado a ponerse al frente de la institución universitaria en calidad de segundo director.
Sin embargo, el Poder Ejecutivo presentó a la Asamblea Constituyente un proyecto de ley de supresión de la Universidad de Santo Tomás, lo cual motivó su clausura del centro de enseñanza, acto que estuvo de acuerdo don Ricardo Jiménez, quién realizó la siguiente observación:
Un día será restablecida pero si la veo y puedo, haré cuanto de mi dependa para que jamás caiga al alcance de sus gobernantes y ministros. La Universidad para ser lo que debe ser, para llenar su papel en la sociedad y en la Nación reclama autonomía y perfecta libertad de cátedra. Esta sirve para hacer curiosos a los hombres e investigadores. Ni las artes, ni las letras, ni las ciencias pueden ser obstáculos que atajen la curiosidad de los estudiantes.
Yo me acongojo cuando voy a ciertas oficinas públicas y veo en todas las puertas Prohibida la entrada, para sus investigaciones y sus deseos de saber más, no habría tal Universidad, sino prisión para el pensamiento y escarnio de la cultura.
En mayo de 1890, fue electo por el Congreso Institucional presidente de la Corte Suprema de Justicia, y se desempeñó en dicho cargo hasta el 1° de setiembre de 1892, debido que el Presidente don José Joaquín Rodríguez disolvió el Congreso con el apoyo de sus ministros. Esta decisión hirió profundamente a don Ricardo Jiménez, quién al darse cuenta de tal acontecimiento, de inmediato dejó el cargo que se le había otorgado, indicando lo siguiente:
Supremo Tribunal de Justicia:
No sé como lo juzguen mis colegas pero a mi ver, el decreto que publica La Gaceta de ayer sobre disolución del Congreso, es un ataque moral a la Constitución.
Mi autoridad deriva de ella, y se ha extinguido al extinguirse su fuente. A fin de que mis compañeros conozcan el motivo que me aleja del lugar que entre ellos ocupé, les dirijo la presente comunicación, con la seguridad de mi respeto y aprecio.
Ricardo Jiménez
Después de su salida del Congreso, don Ricardo se retiró de la política nacional para laborar en su profesión de abogado, actuando durante diez años como abogado de diferentes firmas nacionales.
A partir del año 1902 fue electo diputado y posteriormente fue elegido como Vicepresidente del Congreso, y al año siguiente fue nombrado Presidente del Congreso.
Con 51 años de edad, ocupó el poder más alto de la República, su primera administración, la cual se llevó a cabo a partir de 1910 hasta 1914, nuevamente fue nombrado Presidente de la República de 1924 hasta 1928, y su última administración fue ejercida desde 1932 hasta 1936.
Sobre su vida personal, don Ricardo Jiménez contrajo matrimonio en dos oportunidades: en 1928 con doña Beatriz Zamora, unión marital en la que no hubo hijos, debido que doña Beatriz murió en 1933. Asimismo, con motivo de su estado de viudez, don Ricardo se casó en segundas nupcias con doña María E. Calvo, relación de la cual hubo solamente una descendiente.
En 1936, al dejar la Presidencia, manifestó categóricamente que su carrera política había terminado.
Debido a su gran distinción dentro de la vida nacional y sus múltiples aportes al desarrollo costarricense, el Congreso Constitucional lo declaró BENEMERITO DE LA PATRIA en julio de 1942. Don Ricardo Jiménez murió en la ciudad de San José el 4 de enero de 1945.
SUS PRINCIPALES LOGROS
A pesar de todas las oposiciones y críticas a su gobierno, la obra administrativa de don Ricardo Jiménez fue de gran provecho para el país en todos los campos; desarrolló grandes ideas y proyectos que marcaron el camino que debía seguir nuestro país, lo cual fortaleció la enseñanza. Por lo anterior, en este capítulo se dará a conocer algunos de sus grandes logros:
Don Ricardo Jiménez, consolidó el ambiente democrático que había de dar forma a nuestra propia patria. Preparó el campo para que creciera la técnica y el progreso, logró que sus ciudadanos apreciaran y practicaran la democracia como forma de vida política.
Las administraciones del Lic. Jiménez fueron orientadas a la organización y orientación de las instituciones fundamentales, tales como las del sector salud, educación, obras y transporte, etc.
Debido que en la primera administración fue asumida por él, el 8 de mayo de 1910, es decir, cuatro días después del gran terremoto de Cartago, su primera labor fue realizar la reconstrucción de esta ciudad, y también la reparación de estructuras en San José, entre las obras a las que dio prioridad para su pronta reparación se encontraban: el Liceo de Costa Rica, el Colegio Superior de Señoritas, Palacio de Justicia Penitenciaria y Archivos Nacionales.
Debido al gran terremoto de Cartago, dicha ciudad quedó en ruinas, por lo que Don Ricardo Jiménez, mediante un trabajo tesonero, se propuso levantar la ciudad a partir de sus escombros -ya que Cartago era su provincia natal-, labor que vio concluida dos años después.
Por esta época se construyeron puentes sobre los ríos Ciruelas, Parrita, Tiribí, La Cruz, Quebrada Honda, Los Anonos, María Aguilar, Palomo, Reventazón, Taras, y Liberia, además, se reforzaron los puentes sobre los ríos Jesús María y Boca de Barranca.
Se construyó el muelle metálico de Limón, región que tenía un alto tráfico de comercio, debido principalmente al embarque de
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