Intermitencias De Una Muerte Anunciada

Al día siguiente no murió nadie, así empieza este gran libro de José Saramago, que mediante todo su relato nos muestra muchos cuestionamientos reales acerca de lo que de verdad pasaría si la muerte al querer darnos una lección dejara de hacer su trabajo a lo largo de 7 meses, todos son felices por causa de la inmortalidad, pero esta felicidad no es que dure mucho, ya que personas y ancianos estando en vida, pero ya queriendo descansar en paz por causa de enfermedades u otra cosa, deben de partir. “Intermitencias” quiere decir interrupción, dificultad para continuar... De ahí es posible derivar, que en el texto nos mostrarán como la vida de enfermos, familiares, o personas del común, son interrumpidas cuando en un tiempo en su país; no muere nadie.

Su estructura, su manera de escribir, lo hace aún más único. Se sabe que Saramago es una persona muy clara al escribir (demasiado diría yo), por eso, en el libro no hay nada que no se pueda entender, su realismo mágico y su estructura en prosa, lo hace con un lenguaje no tan romántico, pero tampoco tan coloquial. Para mí, es muy completo el libro, se muestra claramente de una manera u otra, la forma fantástica en cómo maneja un tema tan real como lo es la muerte.

La principal intención de Saramago es dar una crítica en muchos aspectos de nuestra sociedad (político, social, religioso, familiar y económico) ; en sus páginas podemos observar cómo la inmortalidad no es algo tan bonito cono lo imaginamos sino todo lo contrario, uno de esos muchos aspectos que critica Saramago, podría ser el familiar, ya que uno es el que se tiene que poner en los zapatos de la familia y analizar ¿que era mejor? ver sufriendo al anciano del libro o dejarlo morir a gusto con la esperanza de que en verdad existe un mundo maravilloso después de la muerte. Y es donde uno analiza y se pregunta ¿por qué la muerte es así de cruel? Qué ironía.

El libro supera expectativas, porque como este tema no es tan del común, creo que atrapa al lector desde su inicio. El libro cierra de la mejor manera con el amor, el amor a la vida, el amor a los demás, el amor es tan grande que hasta la muerte siente sueño y regresa con el amor de su vida; el violonchelista. Recomendaría este libro para darnos cuenta de tantas cosas que se nos pasa por la cabeza al pensar sobre la inmortalidad, y que Saramago nos muestra en lo que “realidad” es, meterse a un mundo dónde lo principal es la muerte, ha sido excelente, y así como empieza termina, al día siguiente no murió nadie.

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