Muerte Anunciada

Ensayo de:

Crónica de una muerte anunciada

Comprensión y Producción de Textos I

Crónica de una muerte anunciada

Esta es una crónica que nos habla de un joven de 21 años llamado Santiago Nassar al cual ya le habían escrito el destino dos hermanos gemelos que tenían por nombre Pablo y Pedro Vicario. Estos lo querían matar porque Santiago Nassar había deshonrado a su hermana menor, Ángela Vicario. Se dijó que Santiago Nassar le quito la virginidad a Ángela Vicario antes de que se cazará con un hombre que pasaba los 30 años pero no los aparentaba y tenía mucho dinero solo que nadie lo conocía muy bien, su nombre es Bayardo San Román.

Esta crónica está un poco compleja puesto que no lleva un orden sino que se cuenta la versión de cada uno de los personajes desde el más importante hasta el más insignificante ya que se quiere rescatar todos y cada uno de los datos que se puedan para poder dar una buena crónica.

El día que lo matarían Santiago Nassar se levanto a las 5:30 da la madrugada puesto iba a esperar el buque del obispo que pasaría por allí. Esa noche había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, por un rato fue feliz pero al despertar se sintió por completo salpicado por cagada de pájaro. Siempre soñaba con arboles dijó Plácida Linero su madre quien tenía fama por ver la certeza de los sueños siempre y cuando se los contaran en ayuno.”Una semana antes de su muerte Santiago Nassar tuvo un sueño que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin parar por entre los almendros”. Dijo. Pero ese sueño tenía un mensaje oculto que su madre no logró descifrar, lo malo que el mensaje le avisaba de su muerte.

Tampoco Santiago Nassar lo miro venir. Pues había dormido muy poco y mal, sin quitarse la ropa pues el día anterior asistió a la boda Ángela Vicario con Bayardo San Román y llego en la madruga, solo durmió una hora porque cuando llego le dijo a Divina Flor que lo despertará una hora más tarde y así fue. Pero no lo despertó Divina Flor sino Victoria Guzmán, la madre de Divina Flor.

Santiago Nassar dejó la escuela después de que su padre falleció y se tuvo que encargar de la hacienda que heredó, El Divino Rostro, una hacienda de ganado que administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. En el monte llevaba al cinto una 357 magnum, cuyas balas blindadas, según a su contar podían atravesar un caballo por la cintura. En el armario de su cuarto tenia además un arsenal, tenía un rifle 30.06 Mannlicher-Schönauer, un rifle 300 Holland Magnum, un 22 Hornet con mira telescópica de dos poderes y una Winchester de repetición. Siempre dormía como su padre con una pistola en la funda de la almohada, pero con la pistola descargada. Siempre lo hacía así guardaba las pistolas en un lugar y las municiones en otro lugar para que si las llegaban a agarrar no pudieran utilizarlas. Era una costumbre sabia impuesto por su padre desde una mañana que una sirvienta sacudió la almohada para quitarle la funda y la pistola se cayó y l chocar con el suelo se disparó, la bala desbarato el armario del cuarto, pasó por la sala de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño natural en el altar mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. Santiago Nassar era muy niño cuando pasó eso pero lo olvido.

La última imagen que tenia de el era la imagen fugaz por su dormitorio. Le había despertado cuando andaba buscando a tientas en el botiquín unas aspirinas para el dolor de cabeza puesto que no durmió casi nada por andar de parranda.

Apenas se despertó se puso una ropa parecida a la que tria puesta el día de la boda porque quería estar presentable cuando llegará el obispo. Después de cambiarse bajo a la cocina, se sentó en la mesa de ella y se empezó a tomar un café que le había preparado Victoria Guzmán. Cuando él se tomaba el café Victoria Guzmán estaba destazando unos conejos y las viseras se las daba a los perros y a Santiago Nassar le desagrado eso. Cuando Divina Flor le dio el café con un poco de alcohol de caña Santiago Nassar la tomó de la muñeca y su madre le enseño el cuchillo ensangrentado y le dijo que la soltará.

Al tiempo Santiago Nassar se iba a ir, siempre salía por la puerta de atrás pero esta vez iba a salir por la puerta principal y le dijo a Divina flor que lo acompañara para que cierre la puerta con la tranca. “Cuando llegamos a la puerta Santiago Nassar me agarró la panocha, dijo Divina Flor, siempre lo hacía cuando estábamos solos y tenía la oportunidad”.

Al escuchar el buque del obispo Santiago Nassar se fue al muelle en donde todo el pueblo esperaba al obispo excepto Placida Linero porque ella decía que el obispo no pisaría el suelo del pueblo que solo pasaría por el pueblo en el buque pero que no se bajaría.

En el muelle los habitantes del pueblo habían dejado leña, gallinas y otros animales para que el obispo se los llevara, pero como dijo la madre de Santiago Nassar, el obispo no toco el suelo del pueblo, solo lo santiguo desde el buque haciendo una cruz en el aire hasta que se perdió de vista a lo lejos.

En el otro lado del muelle algunos habitantes habían deja las mejores gallinas porque saben que le gusta el caldo de gallina y había más leña, montones de leña pero ni siquiera se bajó por ella.

Cuando venía de regreso Santiago Nassar mi hermana Margot lo invitó a desayunar en nuestra casa el acepto eran las 6.25. Santiago Nassar tomó del brazo a Cristo Bedoya y se lo llevó a la plaza.

-Dentro de un cuarto de hora estaré en tu casa-le dijo a mi hermana

Ella insistió en que se fueran de inmediato porque el desayuno ya estaba servido pero el dijo que tenia que ir a su casa a cambiarse porque andaba vestido para recibir al obispo y no quería seguir con esa ropa, así que se fue a cambiar a su casa.

Muchas de las personas que estaban en la plaza sabían que a Santiago Nassar lo iban a matar pero mi hermana Margot era de las pocas personas que no lo sabían. Si lo hubiera sabido lo mete a la casa hasta en contra de su voluntad tal vez lo hubiera metido amarrado. Pero ella no sabía así que no hizo nada.

Bayardo San Román era una hombre muy bien parecido, que tenía un poco más de 30 años pero no los aparentaba se miraba más joven, me decía mi madre, porque yo solo iba al pueblo en las vacaciones de navidad. Bayardo San Román solo tenía seis meses en el pueblo no se sabía nada de él solo lo que supieron de él a partir de que llegó al pueblo.

El llegó un día a una feria del pueblo en donde Ángela Vicario

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