LA ADOLESCENCIA

ENSAYO: LA ADOLESCENCIA

Morelia, ciudad hermosa, de estructura única y gente cálida. Lugar donde puedes disfrutar tus tardes al máximo, puedes reír, jugar, bailar, cantar, ir de paseo por el centro y simplemente sentarte a deleitar un rico café en las famosas “Rosas”, lugar conocido y distinguido por su olor agradable que se puede disfrutar al caer la tarde y que hace honor al nombre.

En esta ciudad hermosa, que hasta hace algunos años era de lo más tranquila. Si, aquí tuve la dicha de vivir mi adolescencia. Recuerdo muy bien que en esa época, no se temía por la integridad, aún podíamos darnos el lujo de salir y caminar por las noches sin preocupación alguna.

No olvidaré ese cambio tan drástico que se vive al entrar a la secundaría, uno, por los cambios propios de la adolescencia y dos, por el cambio de un maestro de primaria con atención personalizada a tener varios y en módulos de 50 minutos.

La escuela grande, nuevos compañeros, nuevos maestros. Todo tan diferente, emocionante y sobre todo que se disfruta sin tener responsabilidad alguna en una mezcla entre inocencia y maldad. Esos momentos que aún llevo en la mente: juegos, maldades, explorar, inflar condones y aventarlos como si fueran globos por simple gracia, aprender a fumar por quedar bien, el primer beso, esa sensación de cariño que se empieza a despertar por el otro, los llamados amigos con derechos, las famosas fugas de clase!!!.

Una mañana como cualquier otra, llegué a la escuela y cuál fue mi sorpresa. Mi hermana estaba afuera y no me dejo entrar, pues ya tenían planeado salársela e ir a nadar. Fue una experiencia muy padre pero a la vez llena de miedo por pensar que en cualquier momento nos cacharían en la casa y el miedo al peligro. Recuerdo que ahí me obligaron a dar mi primer beso, me daba miedo pero al final lo disfruté, solo recuerdo los gritos, me aventaban y me decían tu sólo hazlo y se me caía la cara de vergüenza al decir “no se besar”.---jajajaja, -- las carcajadas se hicieron presentes y de pronto solo me dejé llevar…

Momentos de riesgo, agradables, de loqueras que me atrevo a de decir que un adolescente repite lo que hace un niño. Explora sin miedo a descomponer por el hecho de no ser conscientes de la consecuencia. Sin embargo, no me arrepiento de nada. Que viva la bendita adolescencia!!!

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