LA CEGUERA
lauratorres011418 de Mayo de 2014
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El tema de la tolerancia determinado en ciertas circunstancias, siempre se manifiesta de manera tan clara como cuando se trata de ser bondadosos unos a otros. Sin embargo esto hace que cada persona trabaje por sus propios beneficios y no viendo con claridad los múltiples frutos que en comunidad se puede lograr. Por consiguiente la necesidad de algunas personas en diferentes tiempos genera acontecimientos que por el simple hecho de aceptación, este valor humano se pierde puesto que aferrarse a una idea y no escuchar otras o estar convencidos que no hay solución a alguna dificultad puede desesperar a la persona más calmada y esto lo podemos encontrar en aquel refrán que dice: “cuando el diablo no tiene que hacer, con el rabo mata las moscas”
Vale la pena decir que la tolerancia es uno de los valores humanos que debería ser respetados porque se relaciona con la aceptación de aquellas personas, situaciones o cosas que se alejan de lo que cada sujeto posee o considera dentro de sus creencias. Aunque, ¿qué sucede con ser bondadosos a la hora de las dificultades presentes en medio de diferentes personalidades y actitudes que se reúnen en medio de un lugar y en sociedad? Esto es uno de los contratiempos que se presentan en la extraña enfermedad de ceguera que empieza a invadir un país completo asemejándose a la realidad dejando a su suerte el hecho de vivir en un mundo egoísta, arrogante y ambicioso.
Con respecto a estos tres sentimientos de valoración, son manifestados en primer lugar al amotinamiento que se le hace a los enfermos de ceguera, llevándolos a un manicomio para pasar su cuarentena, ejecutándolos por una simple sospecha o negarles peticiones de los cuales los medicamentos eran necesarios. Las autoridades también delegan responsabilidades para organizar aun sabiendo que nadie puede ver y esto llevara a un caos, acusar a los propios internos de ser los causantes de todas las cosas negativas que sucedieran; además a quedar desnudos a causa de solo contar con unas cuantas prendas de vestir y tenían que lavarlas, a no tener la ayuda suficiente en el caso de cualquier eventualidad de emergencia que se necesitara a las autoridades, a ser tratados como basura una vez muriera, puesto que no les permitían hacerles entierros decentes, tener total prohibición de contacto con gente fuera de aquel establecimiento y prácticamente ser comparados con animales enjaulados. Todo esto es una leve descripción de lo que vivieron estas personas y sabemos que Jose Saramago es conocido por sus ideas políticas, siempre amparando al débil, al que menos tiene, al oprimido, la justicia, la democracia, entre otras, defendiendo los valores ahora tergiversados y que él defendía con la palabra, con el intelecto de los cuáles él quería limpiar el verdadero significado, puro y sin interpretaciones mediante artículos claros, desgarradores y abrumadores por la cantidad de verdad y evidencias.
A juicios del experto Renny Yagosesky refiere en una de sus tantas frases que: “toda conducta intolerante es una manifestación de desamor y forma de ceguera”. Este psicoterapeuta venezolano nos demuestra la falta de bondad de gobierno y autoridades mostrándose invidentes ante el problema y dejando que los ciegos sobrevivieran como pudieran, es más sin fijarse que ellos podrían estar en el lugar de los enfermos, tal como lo explica Dalaí Lama Tanzin Gyatso, jefe espiritual en la expresión: “la tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que la mera intolerancia”, recordándonos que ellos no hicieron nada para encontrar una solución sobrepasando por aquellas personas que necesitaban una gran ayuda, ¿crees eso justo?. Saramago es un escritor que refleja la condición humana sin tapujos, sin adornos, no de forma cruel, sino realista. Refleja a la perfección el miedo, la soledad a la que se enfrenta el ser humano necesariamente en algún momento de su vida, el desamparo ante
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