¿LIBERTAD DE ELEGIR?

¿LIBERTAD DE ELEGIR?

La austeridad fiscal, la privatización y la liberalización de los mercados fueron y son los pilares fundamentales que el conceso de Washington recomienda y sugiere implantar en países que de una forma u otra recurren a instituciones como el FMI o el BM en busca de ayuda financiera para sus economías. Es por eso que cabe el interrogante de ¿qué libertad tienen los países de elegir las políticas que aplican en sus economías?

Ciertas recomendaciones quizás tengan mucho sentido siempre y cuando se realicen en los términos y con las previsiones correctas, lo que suele suceder es “que muchas de esas políticas se transformaron en fines en sí mismas, más que en medios para un crecimiento equitativo y sostenible. Así, las políticas fueron llevadas demasiado lejos y demasiado rápido, y excluyeron otras políticas que eran necesarias. Los resultados han sido diferentes a los buscados. La austeridad fiscal exagerada, bajo circunstancias inadecuadas, puede inducir recesiones, los altos tipos de interés ahogar a los empresarios incipientes. El FMI propicio energéticamente la privatización y la liberalización, a un ritmo que a menudo impuso costes apreciables sobre países que no estaban en condiciones de afrontarlos” .

En el caso de la privatización se argumenta que las empresas del sector privado realizan mejor y más eficazmente sus funciones que las empresas públicas, sin embargo “existen importantes precondiciones que deben ser satisfechas antes de que la privatización pueda contribuir al crecimiento económico. Y el modo en el

La austeridad fiscal, la privatización y la liberalización de los mercados fueron y son los pilares fundamentales que el conceso de Washington recomienda y sugiere implantar en países que de una forma u otra recurren a instituciones como el FMI o el BM en busca de ayuda financiera para sus economías. Es por eso que cabe el interrogante de ¿qué libertad tienen los países de elegir las políticas que aplican en sus economías?

Ciertas recomendaciones quizás tengan mucho sentido siempre y cuando se realicen en los términos y con las previsiones correctas, lo que suele suceder es “que muchas de esas políticas se transformaron en fines en sí mismas, más que en medios para un crecimiento equitativo y sostenible. Así, las políticas fueron llevadas demasiado lejos y demasiado rápido, y excluyeron otras políticas que eran necesarias. Los resultados han sido diferentes a los buscados. La austeridad fiscal exagerada, bajo circunstancias inadecuadas, puede inducir recesiones, los altos tipos de interés ahogar a los empresarios incipientes. El FMI propicio energéticamente la privatización y la liberalización, a un ritmo que a menudo impuso costes apreciables sobre países que no estaban en condiciones de afrontarlos” .

En el caso de la privatización se argumenta que las empresas del sector privado realizan mejor y más eficazmente sus funciones que las empresas públicas, sin embargo “existen importantes precondiciones que deben ser satisfechas antes de que la privatización pueda contribuir al crecimiento económico. Y el modo en el que se privatice cuenta mucho. Por desgracia, el FMI y el BM han abordado los problemas con una perspectiva estrechamente ideológica: la privatización debía ser concretada rápidamente.” Pueda que la recomendación de privatizar empresas tenga un fin de más competitividad el problema radica en que muchas veces no se le da la oportunidad a los países de tomar previsiones y se les imponen condiciones de tiempo y lugar lo que conlleva a que en muchas ocasiones en vez de un bien se genere es un mal peor.

La liberalización tanto comercial como de mercado de capitales es otra de la sugerencias que regularmente se les exige a los países pero actualmente “hasta el propio FMI admitió que insistió en

...