La Basura Y Sus Riesgos
visoso7813 de Abril de 2015
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HISTORIA DE LA DANZA DEL CORTES
Atoyac de Álvarez ha sido bautizada como la capital de la Costa Grande y, como todos los pueblos, tiene sus festividades religiosas donde se dan a conocer tradiciones autóctonas y coloniales como las danzas y pastorelas. Entre todas ellas, Atoyac cuenta con las danzas del El Macho, El Tigre, El Chango, El Mapache, La Pastorela de la Tarraya, Los Moros y muchos más. Queremos referirnos ahora a la Danza del Cortés, la cual se ha convertido en parte de las tradiciones de Atoyac, aunque no se sabe a ciencia cierta su origen exacto.
Don Rosalío Flores Téllez, nacido en Atoyac el 30 de agosto de 1895 (sobreviviente de la Revolución de 1910), soldado del Ciruelo, nos cuenta lo siguiente: "Como danza es de las pocas que quedan en Atoyac, su origen se remonta a la época de la Conquista de la Nueva España, es una parodia de la batalla de españoles y aztecas". Narra la danza el impacto psicológico del caballo en la mentalidad de los aztecas, quienes pensaban que caballo y jinete eran una sola criatura. Por eso en la danza se representa lo invencible del jinete y lo vencible del toreador, quien con su machete y su sarape debe quitarse los golpes del Cortés, (caballo y jinete) y este es el lado chusco de la danza ya que a unos toreadores los aporrea el Cortés y a otros no.
Cuenta Don Rosalío que en 1908, cuando comenzó a torear el Cortés, le preguntó a dos Aurelio (mucho mayor que él) qué haría para que el Cortés no lo golpeara. Don Aurelio le dijo que debería quitarse los golpes que le tiraran, viendo siempre a la espada o machete del Cortés y no sus movimientos. También le contaron sus antepasados a don Aurelio que esta danza es tradicional en Atoyac de Álvarez y que el siglo XIX había un maestro que tenía su escuela de defensa personal; enseñaba a los alumnos con una cuchilla de palo cómo quitarse los golpes, dando pasos hacia adelante y hacia atrás. Solía ponerse también en medio de los alumnos para que le tiraran golpes con las cuchillas de palo, mismos que él esquivaba con gran habilidad.
Fue famoso este maestro llamado Tadeo Gómez, por el arte de manejar el machete, única arma del pueblo. Cuando don Tadeo Gómez representaba al Cortés en la danza, durante su juventud apaleaba a cuantos se le acercaban, excepto a dos señores, Bonifacio Fiel y Leonardo Barrientos, cuyos cuerpos eran intocables para las cuchillas de don Tadeo Gómez, porque sus cuchillas se deshacían de tantos golpes. En ese mismo tiempo, había otros no menos hábiles toreadores del Córtes, como Crispín Mateos, Gabino Martínez, Tranquilino Benítez, Benito Benítez, Nieve Fierro, y Felipe Fierro (padre de don Emilio Fierro).
Cuenta don Jesús que Silvestre platicaba que la danza del Cortés era para conmemorar la pelea de Moctezuma y Cortés por La Malinche. Por los años 30 el Cortés se danzaba muy bonito, porque había gente que lo animaba, bailándolo, como Felipe Castillo alias El Cohetero, Clemente Santiago, Narciso Mesino, Justino Vázquez, Daniel Castro alias El Chumbún. El danzante del Cortés se pone un aro de bejucos (estos bejucos se llaman también Cortés) para simular el caballo, con sus ancas hacia atrás; por delante hay unos tirantes para sujetar la cabeza del caballo a los hombros del danzante. A la cabeza del caballo de madera se le colocan orejas y crines, se le pintan los ojos y se le ponen riendas, campanitas, cascabeles que suenen al bailar.
El danzante del Cortés lleva en el cuello un cotón de manta, un calzón cruzado de la misma tela con cinta para fajarse la cintura, huaraches de cuero cruzado de tres agujeros, la cabeza del danzante cubierta con paliacate rojo o sombrero y la cara cubierta con una máscara. El toreador lleva una cuchilla de palo y sarape para quitarse los golpes.
Hay un tamborero que marca la danza, y con su ritmo lento o rápido llama a todos los toreadores a formación
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