La Celestina
ZooeylaAnnie4 de Abril de 2013
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COMENTARIO LITERARIO DE LA TRAGICOMEDIA DE CALISTO Y MELIBEA, Y LA VIEJA CELESTINA.
2.- LOCALIZACIÓN DEL TEXTO.-
a) Obra.
La Celestina es una obra tomada del personaje del mismo nombre que, en su baja y plebeya vulgaridad, personifica el genio del mal. Es el libro español que, después del Quijote, más se ha difundido y celebrado, y es a su vez, como composición dramática (“acción en prosa”), la obra más significativa y profunda de los orígenes del teatro moderno.
La primera edición apareció en Burgos, en 1499; constaba de 16 actos, y no aparecía por ningún lado el nombre del autor. La segunda edición surge en Sevilla, en 1501, y en ella aparece camuflado el nombre del escritor en versos acrósticos; la obra tenía como título Comedia de Calisto y Melibea, y de la puta vieja Celestina. Vuelve a editarse la obra otra vez en Sevilla, año de 1502, con 21 actos (que serán ya definitivos) y con el título Tragicomedia de Calisto y Melibea, y de la vieja Celestina, obra conocida mundialmente con el sobrenombre de La Celestina.
b) Autor de la obra.
La obra no tiene una firma concreta, aunque la crítica está de acuerdo en atribuir la autoría a Fernando de Rojas, cuyo nombre aparece en unos versos acrósticos que forman parte de la “Carta del autor a un su amigo”: ELBACHJL / ERFERNAN / DODEROIA / SACABOLA / COMEDIAD / ECALYSTO / YMELYVEA / EFVENASC / JDOENLAP / UEVLADEM / ONTALVAN (El Bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calisto y Melibea, y fue nacido en La Puebla de Montalbán).
Fernando de Rojas, judío convertido al cristianismo (judío converso), nació en La Puebla de Montalbán, provincia de Toledo, y no se conoce la fecha exacta de su nacimiento. Fue Bachiller en Leyes (actual abogado); en 1518 estaba ya viviendo en Talavera de la Reina (Toledo), donde ejerció como suplente el cargo político de Alcalde Mayor. Estuvo casado con Leonor Álvarez, hija del “sospechoso judío Montalbán” (recuérdese en este punto que los judíos fueron expulsados de España por los Reyes Católicos en 1492). Otorgó testamento en Talavera el 3 de abril de 1541, muriendo antes del 8 del mismo mes, fecha en que su mujer hace inventario de todos sus bienes. Por ella se sabe que nuestro Bachiller Rojas poseía una biblioteca muy buena.
c) Motivos personales y sociales que llevan al autor a escribir la obra.
La obra, comenzada a título de diversión como representación directa de la realidad de la época, se va transformando poco a poco en una trama de intriga y pasiones que se resuelven fatalmente en la lucha y en la tragedia. En su introducción a la Comedia..., Rojas dice que su relato servirá para curar a los enfermos de amor; en los versos que añade en la Tragicomedia..., comenta que si el oyente atiende a la historia, no cometerá el mismo error que los enamorados. Esta sería la hipótesis más razonable, pero los críticos insisten en buscar una razón mucho más firme:
Nuestro autor, el judío convertido a la religión cristiana, puede sentirse rechazado en una sociedad hostil que ha cometido un acto de racismo indiscutible: la expulsión de sus correligionarios y compatriotas, los judíos, de tierras hispanas. Se puede observar claramente esta afirmación de rechazo a la realidad social en el llanto de Pleberio (el padre de Melibea), que se lamenta del mísero mundo en que le ha tocado vivir (preconiza a su vez una idea que ha de ser muy usada en el Renacimiento Artístico).
d) Época en la que fue escrito el texto.
La Celestina aparece dentro de ese período de transición del siglo XV al XVI, de la Edad Media al Renacimiento, que es el reinado de los Reyes Católicos, en el que se inicia una etapa brillante en la historia y cultura españolas.
En el espacio cultural, la época de los Reyes Católicos supone un paso decisivo hacia las nuevas formas renacentistas que, en lucha con las medievales, van perfilándose a lo largo del siglo XV, y alcanzan su más alta afirmación en el reinado de Carlos l (siglo XVI).
Es una etapa de consolidación del humanismo (el hombre es el centro del universo): se intensifican los estudios de latín y griego, ya que para los humanistas sólo los textos antiguos guardaban los verdaderos valores del ser humano; y se produce una auténtica renovación en el campo de la educación humana.
Comienza, pues, una nueva concepción de la vida (distinta de la medieval), en la que el hombre es el centro y medida de todas las cosas. Una visión diferente que se hará manifiesta en La Celestina, por ejemplo, cuando Calisto rompe los cánones del amador cortés (prudencia, paciencia y amor sublimado en la persona de una mujer-dios), y se convierte en un amante que quiere lograr con rapidez el goce físico, más que anímico, de Melibea (mujer-mujer). O cuando Melibea cede ante la presión de Celestina y Calisto, lamentándose de que ya no podrá gozar de su amante, que yace muerto por un infortunio. O cuando se mezclan en la obra personajes nobles con personajes plebeyos, de la más baja ralea, y todos conviven juntos para sacar el mayor provecho unos de otros ( los criados Sempronio y Pármeno, de Calisto, y viceversa; Lucrecia, de su ama Melibea, y recíprocamente; y Celestina, de todos ellos). O, por último, cuando Pleberio, padre de Melibea, demuestra con su llanto la visión pesimista de la existencia humana (la amante se suicida al ver rotos sus sueños de mujer amada por Calisto).
La Celestina es la obra más lograda de esta época (siglo XV), en la que se producen las poesías del Ubi Sunt? de Jorge Manrique, las novelas sentimentales y los libros de caballerías, cuya figura central es el caballero, prototipo de leal amador y ejemplo de valientes. Observamos entonces que Jorge Manrique y el autor de La Celestina, Fernando de Rojas, sobrepasan este tipo de literatura, para fundirse con las nuevas ideas estéticas que se desarrollarán en el siglo XVI: las Renacentistas.
e) Sinopsis argumental de La Celestina (tomada del mismo autor, Fernando de Rojas).
“Calisto fue de noble linaje, de claro ingenio, de gentil disposición, de linda crianza, dotado de muchas gracias, de estado mediano. Fue preso en el amor de Melibea, mujer moza, muy generosa, de alta y serenísima sangre, sublimada en próspero estado, una sola heredera a su padre Pleberio, y de su madre Alisa muy amada. Por solicitud del pungido Calisto, vencido el casto propósito de ella (entreveniendo Celestina, mala y astuta mujer, con dos sirvientes del vencido Calisto, engañados y por esta tornados desleales, presa su fidelidad con anzuelo de codicia y de deleite), vinieron los amantes y los que les ministraron en amargo y desastrado fin. Para comienzo de lo cual dispuso la adversa fortuna lugar oportuno, donde a la presencia de Calisto se presentó la deseada Melibea”.
Fernando de Rojas.
f) Situación espacial y temporal de la obra:
El autor de La Celestina se adelanta a su tiempo: el teatro que se representaba era escaso, se preferían los géneros narrativos (épica, novelas y cuentos varios) o líricos (poesía). Se supone que el hombre medieval apenas disponía de tiempo de ocio, y sólo los cortesanos gozaban de espectáculos varios. Por otro lado, representar una escena lleva consigo la comunicación directa con el público, y podría acarrear problemas de crítica social contra el sistema feudal, lo que no gustaría a las clases privilegiadas.
De ahí que un posible judío convertido a la religión cristiana fuese el primero en dar la talla teatral necesaria, en unos tiempos que avecinaban el cambio de mentalidad medieval a la moderna. Pero tan grande fue el salto literario en el género dramático dado por Fernando de Rojas, que la obra estuvo cientos de años sin poder ser representada, debido en parte a la escasez de recursos escénicos y tecnológicos, por un lado, y al miedo que producía a un director de escena retomar el caos de tiempo y de espacio que recogen las páginas de esta grandiosa obra. Aún hoy existen controversias en considerar La Celestina como una obra dramática o una obra novelada. Durante muchos años fue una “lectura dramatizada”, como llega a afirmar incluso el propio autor en un alarde de falsa modestia.
EL TIEMPO EN LA CELESTINA:
Entre la escena-prólogo (Calisto va en pos de un halcón al jardín de Melibea), en la que nace un amor, y la siguiente, en la que aparece Calisto hablando con Sempronio, transcurre un lapso de tiempo indeterminado - varios días, incluso varios meses- , durante los cuales fermenta la pasión de Calisto. Este transcurso indefinido del tiempo justifica la intervención de Celestina, inverosímil si Calisto la llama al poco rato de haber visto por vez primera a Melibea, pero perfectamente natural si se produce después de largo tiempo de amor atormentado. Y podría servir también para hacer verosímil la entrega de Melibea, tras ese tiempo implícito en el que se produciría una evolución psicológica de la dama.
Tras ese tiempo implícito siguen en la Comedia... tres días de acción ininterrumpida, en los cuales se consuman casi todos los acontecimientos: desde la intervención de Celestina hasta la muerte de los criados de Calisto.
Una nueva interrupción del tiempo en la obra, posiblemente de un mes, consigue que los amantes se den en cuerpo y alma en casa de Melibea, hasta que reaparece el tiempo explícito otra vez: la cuarta noche representada, en la que mueren Calisto y Melibea, y se apena dolorosamente Pleberio por la crueldad de su destino.
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