Leyenda de las Guacamayas

Leyenda de las Guacamayas

Maricela En tiempos antiguos las tierras de lo que hoy son las provincias de Azuay y Cañar estaban pobladas.

Cuentan los abuelos que un tremendo diluvio inundó la tierra de manera que no quedaron más que dos sobrevivientes:  Byron dos hermanos varones, Ataotupangui y Cusicayo, que alcanzaron a subir a la cumbre de una montaña y guarecerse en una cueva que estaba en lo más alto.

Día y noche continuaban las lluvias, Mayra pero no alcanzaban la cumbre porque las montañas se elevaban sobre el nivel de las aguas. En su cabaña permanecían Ataotupangui y Cusicayo junto al fogón que parecía ser, visto desde lejos, un puntito sin el universo.

Faviola Al fin después de muchos días dejó de llover y un hermoso arcoíris apareció en el cielo. La presencia del arcoíris era un buen presagio que daba buena suerte, seguros de que ya no había peligro los dos hermanos salieron de la cueva, Victor se encontraron solos en un mundo totalmente despoblado y silencioso, tenían mucha hambre, pero no había nada para comer

Salieron a buscar alimento y después de mucho caminar regresaron a la cueva.

Sapallakuna shuk pachapi purunllakta upallapash Kan tuparka, achka yarkay charirka, shinapash mana tiyarka manimapak mikunkuna.  

 Mikuy mashkayta llukshirka kipapash achkapak purina machita tikramurka

 Fernanda Al entrar sus ojos se deslumbraron al encontrar deliciosos manjares servidos encima de una piedra. Disfrutaron de la comida y, recién cuando terminaron, se preguntaron, quien sería el amable que les atendía de esa manera.

Marcia Varios días ocurrió lo mismo, los hermanos ya no podían con la curiosidad de saber quién les traía tan ricos alimentos. Un día decidieron esconderse y esperar a ver quién era su bondadoso benefactor, asombrados descubrieron que dos hermosísimas Guacamayas,  Lupe aves de vistosos colores, con rostro de mujer, traían en sus alas los alimentos y preparaban la mesa.

Los hermanos atraparon a las guacamayas, las cuales se convirtieron en dos hermosas mujeres que aceptaron casarse con ellos. Amanda En una gran ceremonia sagrada contrajeron matrimonio, procrearon muchos hijos y así nace la descendencia de los Cañaris de Hatun Cañar: Altivos, honestos, orgullosos, luchadores y emprendedores.  

Desde entonces las Guacamayas son aves sagradas para los indígenas.

Propuesta del Plan de trabajo

Proyecto de pintura corporal

Galería fotográfica de pintura corporal amazónica de los estudiantes de 5to grado de EGBIB

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