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Libreto de doña Barbara

Estefania FodorInforme27 de Noviembre de 2018

10.529 Palabras (43 Páginas)281 Visitas

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Reparto

Doña Bárbara……………………………………………………… Andrea Camacho

Santos Luzardo…………………………………………………… Iván Parra

Marisela……………………………………………………….……. Valeria Rosales

Lorenzo Barquero...………………………………………….….. Alejandro Castillo

Guillermo Danger (Mister Danger) ...………………………. Marcos González

Melquiades Gamarra (La brujeadora) ……………………….. Cinthia castellano

Balbino Paiba…………………………………………………….. Juan Alaña

Antonia Sandoval……………………………………………….. Victoria Lam

Carmelito…………………………………………………………… Rodolfo Cantillana

Juan Palacios (Pajarote)..............………………………….. Carlos Atencio

Mujiquita……………………………………………………….….. Isabel Colmenares

Ño Pernalete……………………………………………………… Omar Cárdenas 

Genoveva…………………………………………………………… Ysabella Barboza

Juan Primito………………………………………………………  Raúl Soto

Narrador: Eduardo Mendoza

Extras:

Palanqueros/Abusadores de Doña Bárbara: Andrés Guerere y Sebastián Antonelli

Capitán del barco de doña Barbara: Francesco Triggiano

Asdrúbal: Diego Maldonado

Mensajero:

Otros Peones:

ACTO I

(Está el Abuelo En escena) (Está leyendo el periódico)

(Entra la nieta)

Nieta: ¡Hola abuelo!

(El abuelo deja de leer el periódico)

Abuelo: Hola mi niña, ¿Cómo estás?

Nieta: ¡Bien! … Oye… abuelo… ¿Me podrías ayudar para un proyecto del colegio?

Abuelo: Claro… ¿Sobre qué es?        

Nieta: Tengo que crear una historia…pero no tengo creatividad para crear una, y pensé que… tal vez tu me podrías ayudar contándome una…

Abuelo: Bueno…creo que conozco una que te podría servir… A ver…

(Comienza a narrar)

Abuelo: Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen derecha. A bordo va un joven de aspecto citadino, siendo este el patrón, junto a los palanqueros.

Palanquero 1: Dígame Patrón: ¿conoce usted a esa famosa Doña Bárbara, de quien tantas cosas se cuentan en Apure?

Santos Luzardo:  Voy a decirle, joven; yo vivo lejos. Pero he oído que es una mujer terrible, capitana de una pandilla de bandoleros encargados de asesinar a cuantos intenten oponerse a sus designios.

Narrador: Una pasajera de aspecto sospechoso que permanecía hermética baja en el momento que el bongo toca tierra.

Palanquero 1: ¿Conoce usted a esa mujer? -dice en cuanto esta se aleja

Santos Luzardo: Es la primera vez que me la topo, pero he escuchado a los llaneros que la llaman La Brujeadora.

Palanquero 2: Y no se equivoca usted, patrón, esa es la mujer

Santos Luzardo: Y esa Brujeadora, ¿qué especie de persona es?

Palanquero 1: Piense usted en lo peor que puede pensar de una persona y agréguele una miajita más, sin miedo…Según cuentan era una salteadora de la montaña de San Camilo hasta venir a parar en donde Doña Bárbara, que es donde ahora trabaja. Como dice el dicho, Dios los cría y el diablo los junta. Aseguran que su ocupación es brujear caballos, bestias y a las reses, siendo esta la preferida de Doña Barbara.

Palanquero 2: Tenga mucho cuidado con Doña Barbara. Es una mujer que ha fustaneado a muchos hombres, y también faculta brujerías. Esa mujer tiene su cementerio - advierte el palanquero. (Termina la escena)

Abuelo: En la parte más desierta del Arauca estaba situado el hato Altamira, fundada ya hace muchos años atrás por Don Evaristo Luzardo. El último de los dueños de Altamira fue don José De Los Santos, a su muerte, sus hijos José y Panchita- ésta ya casada con Sebastián Barquero- optaron por la partición, una parte propiedad de José, quien conservó el nombre original, y la otra parte tomó el nombre de “La Barraquera”, por el apellido de Sebastián. A partir de ahí surge la discordia entre Luzardos y Barqueros.

Abuelo: Santos Luzardo, heredero de la finca Altamira, volvía a esta luego de su vida en la ciudad de Caracas. La razón de esto son los problemas con Doña Bárbara, que fue adquiriendo leguas y leguas de sabanas altamireñas, a fuerza de arbitrarios deslindes ordenados por los tripulados del estado. Santos intentó ojear expedientes por si todavía fuese posible intentar acciones reivindicatorias, pero ya no lo era. Entonces intentó vender la finca, pero nadie quería tener de vecina a Doña Bárbara. Después de buscar mucho encontró uno, pero el comprador sugirió que antes ambos vieran la finca, así que Santos partió al día siguiente de la propuesta. Tuvo muchas ideas, sobre si luchar por sus derechos, pero lo que hacía Doña Bárbara pronto lo haría otro, así que la solución era poblar la finca. Pero recibidas las advertencias contra Doña Bárbara, solo le quedaba el impulso de la lucha. (Termina la escena)

(Pasado) (Entran en escena los palanqueros, joven doña Barbara, el capitán y Asdrúbal)

Abuelo: En los grandes ríos de la selva Oriqueña, se veía una piragua al que el capitán llamaba ‘’taita’’, con 6 hombres a bordo. Una tarde, después de zarpar, se acercó a la embarcación un joven con cara de hambre y ropas de mendigo, quien ya Barbarita había visto varias veces, contemplándolo con ojos que se le salían de las orbitas, mientras que ella preparaba la comida de los piratas. Dijo llamarse “Asdrúbal”.

Asdrúbal: Necesito ir a Manaos y no tengo para el pasaje, si me hace el favor de llevarme hasta Rio Negro, puedo corresponderle con trabajo, desde cocinero hasta contador; en algo puedo ser útil.

Abuelo: Simpático y con apariencia de vagabundo inteligente, le produjo buena impresión al capitán, y fue enrolado de cocinero, con el fin de que descansara Barbarita. Con el tiempo el capitán empezaba a arrepentirse de haber acoplado al joven, cuyo servicio es enseñar a leer y escribir a Barbarita, el cual no se le habían pedido. Una tarde, concluida las lecciones, Asdrúbal empezó a contarle su triste historia: La tiranía de su padrastro, el hambre y el desamparoDespués le habló de sus planes, ir a Manaos para renunciar a la vida errante y trabajadora. A los minutos de triste silencio, Asdrúbal la miro a los ojos y preguntó:

Asdrúbal: ¿Sabes lo que piensa hacer contigo el capitán?

Barbarita: Mi taita

Asdrúbal: No merece que lo llames así. Piensa venderte al turco

Narrador: Se refería a un sirio sádico y leproso que vivía en la selva.

Barbarita: ¡Sálvame! ¡llévame contigo!

(El capitán se les acerca con su rifle)

Capitán: Bueno, joven. Ya usted ha conversado bastante. Ahora vamos para que haga algo más productivo.

Abuelo: Asdrúbal meditó un instante: ¿había escuchado el capitán la conversación? En todo caso, había que afrontar la situación al ponerse en pie.

(Barbarita intenta detenerlo con una mirada de súplica, pero él le guiñó el ojo y abandonó el campamento)

Abuelo: Después de su partida, el capitán mando a los tripulantes a la selva con una excusa, pero estos, sabiendo las intenciones del capitán, se negaron. Esta era una revelación que venía desde hace tiempo, a causa de la belleza de Barbarita. Ella solo recordaba que había caído de bruces, derribada por una conmoción subitánea y lanzando un grito que le desgarro la garganta. Lo demás sucedió sin que ella se diese cuenta, y esto fue el estallido de la rebelión, la muerte del capitán y de Asdrúbal. De sus manos, más tarde, la rescato aquella noche Eustaquio -viejo indio cerca de la hija de aquella mujer de su tribu. -. Pero, ni el tiempo, ni la quieta existencia de la ranchería donde se refugiaron, ni el apacible fatalismo que son de los tristes yapururos, removía por instantes en su alma india, habían logrado asociar la sombría tormenta de su corazón: un ceño duro y tenaz le surcaba la frente, un fuego maligno le brillaba en los ojos. (Termina la escena)

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