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Manos Que Descucbren


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2013  •  384 Palabras (2 Páginas)  •  250 Visitas

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Hay manos que acarician, manos que abrazan, manos que sienten; hay manos grandes, manos pequeñas, fuertes, débiles, manos de manos, pero las de nuestra historia son manos que descubren.

Si… esas manos que descubren abren nuestra imaginación a un mundo de sorpresas increíbles.

Nuestra historia es un recorrido de esas manos inquietas que se convierten en los ojos de un genio investigador, cuya visión había perdido años atrás.

En una casa oscura y abandonada muchos objetos esperaban a ser reutilizados, hasta allí llego el genio, entro cuidadosamente y en el salón principal se acercó a un perchero, lo primero que tocaron sus manos fue un sombrerito de plumas, lo tomó, lo echó en una gran bolsa y siguió su recorrido.

En una habitación chocó con un baúl, lo abrió y de allí sacó un muñeco que le gusto por su textura suave y blanda. En el pasadizo al patio-jardín sus pies se enredaron en algo, al verificar con sus manos se dio cuenta que era un palillero y dentro del mismo una goma pequeña.

Se sentó un momento a descansar en una escala que daba al jardín, y allí empezó a imaginar de quien podrían haber sido esos objetos. El sombrerito tal vez pudo ser de un enano saltarín que llevaba en su mochila un muñeco de felpa como regalo para una niña triste; la niña escribía una y otra vez al enanito el cual también le había dado un borrador de goma con forma de animalito. El día esperado la niña se organizó para esperar la visita de su gran amigo, pero, al entrar encontró el palillero y como los palillos eran encantados hicieron visible al enanito y luego en un gran puerco espín que dormía escondido entre los matorrales del jardín abandonado. En ese momento, despertó el genio de su descanso y al bajar al jardín cayó entre los matorrales tocando con su mano el puerco espín.

Todos los objetos encontraron su historia y la niña sonrió feliz con su muñeco, el enanito pudo volver a lucir su sombrero, el palillero fue a la casita del borrador de goma y nuestro genio descubrió una vez más la magia de la imaginación.

Aquí finaliza nuestra historia de las manos mágicas, manos que juegan, manos que crean, manos que recrean…

Y como dijo Don Pepín este cuento llegó a su fin.

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