No Eres tú, Ni Soy Yo, Somos Todos

"La violencia acostumbra a engendrar violencia." (Esquilo de Eleusis)

A lo largo de la historia el ser humano ha demostrado una conducta que tiende a no aceptar las consecuencias de sus actos; solemos atribuir todo lo malo que ocurre a los demás, o a cosas que están fuera de nuestro alcance.

En México, en la actualidad se tienen serios problemas de violación a los derechos de los ciudadanos, ya sea por los corruptos, por los ladrones, asesinos, violadores, por enumerar a algunos de estos. Sin embargo, ¿cuántas veces no hemos escuchado o dicho nosotros mismos a nuestros infantes ciertas “mentiras blancas”? ¿Nos hemos puesto a considerar que esos hábitos los podrían estar aprendiendo desde el hogar? Pero, obviamente, eso no es algo que provoque directamente a que alguien se convierta en un asesino o un violador.

Les invito a reflexionar: Alguna vez le levantamos la mano al niño porque no hizo lo que queríamos a la primera? Hago la aclaración, no estoy tratando de decir que no está bien reprender a los pequeños cuando hacen algo indebido, pero, ¿por qué sólo nos acordamos de lo que hacen mal? ¿Por qué sólo pensamos en rayó las paredes y no vemos que esa mancha es un dibujo que hizo con cariño?

Especialistas afirman que el cerebro de un niño crece a mayor velocidad hasta los 9 años aproximadamente, en esta etapa del desarrollo neuronal es crucial que el niño tenga los estímulos correctos. Si nos detenemos a pensar, la violencia dentro del seno familiar es un abuso a los derechos de las personas equiparable con cualquier otro.

Claro, no es lo mismo decir que un niño que su madre siempre le consintió, le hizo pensar que era incapaz de hacer algo por cuenta propia, o que le dio cada cosa que el infante deseara; es igual que un niño que sufrió maltrato físico en casa, pero a fin de cuentas, son personas que están marcadas por ello y que tendrá un gran impacto en su vida.

Este ensayo no tiene el objetivo de educar a los padres sobre cómo criar a los hijos, el objetivo es, primordialmente, reflexionar sobre qué estamos haciendo para crear esta sociedad de la que tanto nos quejamos Solemos quejarnos de que la sociedad se está desmoronando y que los derechos se violan a diario, pero, ¿nos hemos detenido a pensar en lo que nosotros hacemos para fomentar esa misma violencia? ¿Esa niña que por tener anteojos la molestaban? ¿Ese niño que por comportarse de cierta forma se le llegó incluso a golpear? ¿Qué hemos hecho para merecer este infierno? Mejor piensa, qué no hemos hecho para impedir este infierno.

Llegado a este punto me gustaría hacer un poco de conciencia respecto a algunos datos respecto a la situación en México.

“México ocupa el segundo lugar de América Latina en cantidad de niños huérfanos con 1.6 millones, sólo después de Brasil que tiene 3.7 millones, según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).”

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