Practica de Literatura 1

Practica de Literatura #1

Capítulo 1

Yo… yo me llamo John, John Turner, la tierra se convirtió en un lugar lleno de caos, un planeta reinado por las constantes guerras en ella… pero estas guerras no se libran de humanos contra humanos, sino de humanos contra evolucionados… y quizás no sepas que son los evolucionados, no te preocupes te lo explicare en la siguiente historia que te voy a contar.

Todo comenzó en el año 2047, cuando la humanidad estaba en un conflicto mundial, casi una tercera guerra mundial, se odiaban todos los países y los que tenían tratados para comerciar estaban en una línea muy delgada para que esos tratos cayeran; entre todo el desorden, Estados Unidos, Brasil, México e Inglaterra estaban trabajando cada uno por su cuenta en desarrollar un arma biológica para tener ventaja en la guerra, aunque, cada arma biológica era diferente en objetivo.

Estados Unidos estaba trabajando en un arma que mejorara las capacidades humanas y que pudiera otorgarles habilidades que solo ellos poseerían, México se encontraba trabajando en un patógeno altamente contagioso, esto en base a una cepa del resfriado común, planeaban que esto tuviera los síntomas del SIDA y de la Peste Negra, Brasil estaba trabajando con un objetivo parecido al de México e Inglaterra trabajaba en una variante de la adrenalina para mejorar los reflejos de los soldados, mejores tiradores, más veloces y más fuertes.

Estados Unidos tenía superioridad tecnológica gracias a la ayuda de los japoneses, al parecer estos querían tener seguridad apoyándose en Estados Unidos por lo tanto podría decirse que estaban en una alianza secreta, esta alianza acelero las investigaciones, por lo tanto, tenían ya una ventaja asegurada en una posible guerra.

En 2052, cinco años después, Estados Unidos había terminado su arma y tenia planeado crear soldados; tomaron varios de los hombres de las filas armadas que tenían a su disposición, tomaron a doscientos soldados y les inyectaron este… “virus” que dieron por hecho que iba a funcionar… fue un error, ciento noventa y nueve soldados comenzaron a tener convulsiones, varias líneas negras y rojas comenzaron a recorrer su cuerpo para después inflar sus torsos y explotar levemente desparramando órganos por donde estaban ellos, uno aparentemente quedo en coma, pero al el no lo cubrieron esas líneas, solamente le dolió la cabeza unos instantes y después se apagó; no conozco mucho sobre el tema… solo lo que logro salir a la luz. Los científicos estaban desconcertados, no sabían que había pasado, uno de ellos llamado Erick Murphy tuvo la maravillosa idea de tomar a menores de edad, niños en un rango de cinco a catorce años, cuando se lo conto a sus superiores estos dudaron de la idea, pero uno de los científicos que ayudo en la creación de esta arma, Susano Hanamura, dio “buenas” razones para hacer esto y los logro convencer para hacerlo… allí es donde yo hago mi aparición, un chiquillo de seis años con deseos de salir adelante en un mundo donde la Xenofilia era muy común, no tenia padres y un sacerdote me cuidaba como si fuera su hijo, en estas épocas cualquier niño sabia más de lo que cualquier otro en épocas pasadas debería, era como si la edad a la que se llegaba la madurez disminuyera a tal punto que los niños de 10 años ya no se tomaban todo a juego como lo hacían antes… aunque eso no quería decir que estuvieran privados de jugar y vivir como se vivía antes, mi vida era hasta cierto punto feliz y no me preocupaba por muchas cosas, siempre dormía tranquilo en la noche… pero, una de esas noches justo después de que el sacerdote me diera las buenas noches y me acurrucara en mi cómoda cama, escuche un sonido que provenía de la ventana, cuando voltee a verla, esta estaba abierta, cuando me pare a cerrarla por el frio, un hombre que venia completamente de negro me tomo por detrás y me puso un pañuelo con cloroformo entre la nariz y la boca haciendo que me desmayara sin capacidad de pedir ayuda, solo logre ver que salió cargándome por la ventana y de allí no recuerdo nada.

Cuando desperté estaba acostado en una cama de una habitación completamente blanca, una chica me estaba viendo a un lado de la cama, lo más lógico que pude preguntar fue un “-¿Dónde estoy?-” pero la chica solo me contesto “-No lo sé, desperté aquí de la nada como tu-”. De alguna manera yo ya sabía que no podría preguntar más porque si no sabia esa pregunta no podría contestar más, fue de las cosas más inteligentes que pensé en esa edad, yo pensé en ese momento que el sacerdote me había traído aquí como si fuera una nueva habitación o algo asi, donde ya no tendríamos que vivir en esa vieja iglesia; a la cabeza me llego una pregunta muy casual “-¿Cuál es tu nombre?-“ le pregunte a la chica, a lo que ella me contesto “-Me llamo Jessica, Jessica Anderson, un gusto conocerte…-“ Luego de eso se quedó callada y tarde en reaccionar 5 segundos “-Oh si, me llamo John, John Turner-“ Le dije riendo un poco apenado por mi descortesía, ella rio y dijo “-Bueno, es un gusto conocerte John, espero que nos llevemos bien y seamos amigos-“ Yo solo moví mi cabeza afirmativamente y me recosté en la cama cerrando los ojos. Después de estar acostado un rato, una hora mas o menos una puerta se abrió y tomaron a Jessica inyectándole algo en el cuello, fueron demasiado rápidos y toscos, se la llevaron arrastrando, muy apenas alcance levantarme de la cama, en esos momentos me quede solo, esos momentos y mas rato aun, pasaron 4 horas mas o menos y la puerta se volvió a abrir, Jessica estaba dormida y ellos la recostaron en la cama, aparentemente no le había pasado nada, pero en seguida que la dejaron se acercaron a mi y de la misma manera que a ella, me inyectaron algo y me dormí… o casi, aun podía ver y oír algunas cosas que pasaban a mi alrededor, mientras estaba en ese estado vi que me recostaron en una camilla inclinada, me amarraron y con 5 jeringas enormes que se acercaron a la camilla me inyectaron una sustancia roja, parecía sangre, cuando se vaciaron los contenedores de esas jeringas me las quitaron y quede inconsciente completamente. No sentí que pasara nada de tiempo cuando abrí los ojos y Jessica me estaba mirando algo raro “-Te has quedado dormido mucho tiempo, ya pasaron 3 días-“ Me dijo ella, solo escuche eso y me sorprendí demasiado… también recordaba lo de las jeringas pero pensé que era un sueño.

Paso un día y me comencé a sentir mal, me dolía la cabeza pero el dolor era muy leve, aun asi, me sentía muy incómodo, se lo dije a Jessica y ella me dijo que también se sentía mal, tenia los mismo dolores que yo, 10 minutos después cerré mis ojos y comencé a escuchar un extraño ruido, los abrí y todo mi cuerpo

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