Resumen Del Libro "el Viejo Y El Mar" De Ernest Hemingway

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En un golfo Stream en Cuba había un pescador de nombre Santiago a quien le decían El Viejo , era un hombre solitario, que hacía muchos días no pescaba nada, tenía un ayudante que le llamaban El Muchacho, se aburrió de ayudar al viejo porque tenía mala suerte en la pesca.

El Viejo era un hombre falco, con arrugas, ojos color azul, su piel quemada por el sol. Algunos pescadores se burlaban de él, en cambio otros lo miraban con lastima.

Un día el Viejo salió con el muchacho a pescar, organizaron todo para ir de pesca; el Viejo era muy pobre, muchas veces no tenía que comer, y se iba de pesca sin comer y regresaba sin pescar nada.

El Muchacho quería mucho al Viejo, le daba comida, lo acompañaba a pescar a escondidas de sus padres. Los dos hablaban mucho del beisbol porque les gustaba mucho.

Uno de tantos días el Viejo y el Muchacho salieron de pesca, ellos se quedaban mirando todo lo que sucedía en el mar, paso el día y no pescaron nada; solo miraban las tortugas porque al Viejo le gustaban mucho unas tortugas verdes llamadas “Caguamas”, les tenia lástima, porque la gente las mataba de seguido. El Viejo comía los huevos de tortuga porque le daban fuerza. Todo el mes de mayo comía hasta septiembre para salir en busca de peces grandes, diariamente tomaba aceite de tiburón. El Viejo era una persona que hablaba solo en voz alta.

NUDO:

Un día el Viejo salió de pesca, tiro sus redes al agua, de repente sintió que sus redes eran jaladas por algo muy pesado; era un enorme pez que había picado el anzuelo, el Viejo estaba solo y pensaba en el Muchacho, él era el único que podía ayudarlo en esos momentos. El pez dio un tirón que al Viejo lo tiro de frente y le causó una herida en el ojo, así herido el Viejo continuaba sosteniendo la red con fuerza, porque el pez parecía ser muy grande.

Asi paso el dia y la noche esperando que amaneciera, estaba agotado y cansado llevaba muchas horas sosteniendo el gran pez en el sedal; se hbia alejado mucho de la playa; se le encalambro la mano tanto sostener el sedal pero allí seguía haciéndolo. El sedal se alzaba lenta y continuamente, hasta que el pez salio a la superficie, era enorme de color purpura oscuro, su espalda era tan grande como un palo de beisbol, era mas grande que el bote. El Viejo habia mirado muchos peces, pero nunca asi de grande y el pez aun estaba vivo, el Viejo se puso a rezar el Avemaría. Pasó otro día y otra noche sosteniendo el pez; estaba muy cansado y agotado eran ya dos días que estaba en el mar con aquel pez; mientras sostenia el pez, el Viejo pensaba en su juventud, porque era muy fuerte.

El bote avanzaba lentamente, el Viejo miraba un aeroplano que pasó y se perdió de vista; el Viejo no habia llevado comida, su comida era los peces dorados que él pescaba. El Viejo continuaba sosteniendo

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