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SELECCIÓN DE POEMAS

mmmmmmmmmmTesis26 de Mayo de 2013

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SELECCIÓN DE POEMAS

CÉSAR VALLEJOS

1. Hoy me gusta la vida mucho menos...

2. Me viene, hay días, una gana ubérrima, política...

3. Considerando en frío, imparcialmente...

4. Piedra negra sobre una piedra blanca

5. Intensidad y altura

ALFONSINA STORNI

1. YO EN EL FONDO DEL MAR

2. FRENTE AL MAR

3. paisaje de amor muerto

VICENTE HUIDOBRO

1. ALTAZOR

CANTO I

2. ARTE POÉTICA

ENRIQUE LIHN

1. PORQUE ESCRIBÍ

MIGUEL HERNÁNDEZ

1. EL NIÑO YUNTERO

2. NANAS DE LA CEBOLLA

3. LA BOCA

JORGE TEILLIER

1. sentados frente al fuego

2. un jinete nocturno en el paisaje

3. un hombre solo en una casa sola

HOY ME GUSTA LA VIDA MUCHO MENOS...

hoy me gusta la vida mucho menos,

pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.

casi toqué la parte de mi todo y me contuve

con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.

hoy me palpo el mentón en retirada

y en estos momentáneos pantalones yo me digo:

¡tánta vida y jamás!

¡tántos años y siempre mis semanas!...

mis padres enterrados con su piedra

y su triste estirón que no ha acabado;

de cuerpo entero hermanos, mis hermanos,

y, en fin, mi sér parado y en chaleco.

me gusta la vida enormemente

pero, desde luego,

con mi muerte querida y mi café

y viendo los castaños frondosos de parís

y diciendo:

es un ojo éste; una frente ésta, aquélla... y repitiendo:

¡tánta vida y jamás me falla la tonada!

¡tántos años y siempre, siempre, siempre!

dije chaleco, dije

todo, parte, ansia, dice casi, por no llorar.

que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado

y que está bien y está mal haber mirado

de abajo para arriba mi organismo.

me gustará vivir siempre, así fuese de barriga,

porque, como iba diciendo y lo repito,

¡tánta vida y jamás y jamás! ¡y tántos años,

y siempre, mucho siempre, siempre siempre!

ME VIENE, HAY DÍAS, UNA GANA UBÉRRIMA, POLÍTICA...

me viene, hay días, una gana ubérrima, política,

de querer, de besar al cariño en sus dos rostros,

y me viene de lejos un querer

demostrativo, otro querer amar, de grado o fuerza,

al que me odia, al que rasga su papel, al muchachito,

a la que llora por el que lloraba,

al rey del vino, al esclavo del agua,

al que ocultóse en su ira,

al que suda, al que pasa, al que sacude su persona en mi alma.

y quiero, por lo tanto, acomodarle

al que me habla, su trenza; sus cabellos, al soldado;

su luz, al grande; su grandeza, al chico.

quiero planchar directamente

un pañuelo al que no puede llorar

y, cuando estoy triste o me duele la dicha,

remendar a los niños y a los genios.

quiero ayudar al bueno a ser su poquillo de malo

y me urge estar sentado a la diestra del zurdo, y responder al mudo,

tratando de serle útil

en todo lo que puedo y también quiero muchísimo

lavarle al cojo el pie,

y ayudarle a dormir al tuerto próximo.

¡ah querer, éste, el mío, éste, el mundial,

interhumano y parroquial, provecto!

me viene a pelo,

desde el cimiento, desde la ingle pública,

y, viniendo de lejos, da ganas de besarle

la bufanda al cantor,

y al que sufre, besarle en su sartén,

al sordo, en su rumor craneano, impávido;

al que me da lo que olvidé en mi seno,

en su dante, en su chaplin, en sus hombros.

quiero, para terminar,

cuando estoy al borde célebre de la violencia

o lleno de pecho el corazón, querría

ayudar a reír al que sonríe,

ponerle un pajarillo al malvado en plena nuca,

cuidar a los enfermos enfadándolos,

comprarle al vendedor,

ayudarle a matar al matador –cosa terrible–

y quisiera yo ser bueno conmigo

en todo.

CONSIDERANDO EN FRÍO, IMPARCIALMENTE...

considerando en frío, imparcialmente,

que el hombre es triste, tose y, sin embargo,

se complace en su pecho colorado;

que lo único que hace es componerse

de días;

que es lóbrego mamífero y se peina...

considerando

que el hombre procede suavemente del trabajo

y repercute jefe, suena subordinado;

que el diagrama del tiempo

es constante diorama en sus medallas

y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,

desde lejanos tiempos,

su fórmula famélica de masa...

comprendiendo sin esfuerzo

que el hombre se queda, a veces, pensando,

como queriendo llorar,

y, sujeto a tenderse como objeto,

se hace buen carpintero, suda, mata

y luego canta, almuerza, se abotona...

considerando también

que el hombre es en verdad un animal

y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...

examinando, en fin,

sus encontradas piezas, su retrete,

su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...

comprendiendo

que él sabe que le quiero,

que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...

considerando sus documentos generales

y mirando con lentes aquel certificado

que prueba que nació muy pequeñito...

le hago una seña,

viene,

y le doy un abrazo, emocionado.

¡qué mas da! emocionado... emocionado...

PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA

me moriré en parís con aguacero,

un día del cual tengo ya el recuerdo.

me moriré en parís y no me corro

tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

jueves será, porque hoy, jueves, que proso

estos versos, los húmeros me he puesto

a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,

con todo mi camino, a verme solo.

césar vallejo ha muerto, le pegaban

todos sin que él les haga nada;

le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos

los días jueves y los huesos húmeros,

la soledad, la lluvia, los caminos...

INTENSIDAD Y ALTURA

quiero escribir, pero me sale espuma,

quiero decir muchísimo y me atollo;

no hay cifra hablada que no sea suma,

no hay pirámide escrita, sin cogollo.

quiero escribir, pero me siento puma;

quiero laurearme, pero me encebollo.

no hay toz hablada, que no llegue a bruma,

no hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo.

vámonos, pues, por eso, a comer yerba,

carne de llanto, fruta de gemido,

nuestra alma melancólica en conserva.

vámonos! vámonos! estoy herido;

vámonos a beber lo ya bebido,

vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.

YO EN EL FONDO DEL MAR

en el fondo del mar

hay una casa de cristal.

a una avenida

de madréporas

da.

un gran pez de oro,

a las cinco,

me viene a saludar.

me trae

un rojo ramo

de flores de coral.

duermo en una cama

un poco más azul

que el mar.

un pulpo

me hace guiños

a través del cristal.

en el bosque verde

que me circunda

—din don... din dan—

se balancean y cantan

las sirenas

de nácar verdemar.

y sobre mi cabeza

arden, en el crepúsculo,

las erizadas puntas del

mar.

alfonsina storni

FRENTE AL MAR

oh mar, enorme mar, corazón fiero

de ritmo desigual, corazón malo,

yo soy más blanda que ese pobre palo

que se pudre en tus ondas prisionero.

oh mar, dame tu cólera tremenda,

yo me pasé la vida perdonando,

porque entendía, mar, yo me fui dando:

«piedad, piedad para el que más ofenda».

vulgaridad, vulgaridad me acosa.

ah, me han comprado la ciudad y el hombre.

hazme tener tu cólera sin nombre:

ya me fatiga esta misión de rosa.

¿ves al vulgar? ese vulgar me apena,

me falta el aire y donde falta quedo,

quisiera no entender, pero no puedo:

es la vulgaridad que me envenena.

me empobrecí porque entender abruma,

me empobrecí porque entender sofoca,

¡bendecida la fuerza de la roca!

yo tengo el corazón como la espuma.

mar, yo soñaba ser como tú eres,

allá en las tardes que la vida mía

bajo las horas cálidas se abría...

ah, yo soñaba ser como tú eres.

mírame aquí, pequeña, miserable,

todo dolor me vence, todo sueño;

mar, dame, dame el inefable empeño

de tornarme soberbia, inalcanzable.

dame tu sal, tu yodo, tu fiereza.

¡aire de mar!... ¡oh, tempestad! ¡oh enojo!

desdichada de mí, soy un abrojo,

y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.

y el alma mía es como el mar, es eso,

ah, la ciudad la pudre

...

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