Sirenas, ruido de sirenas

Sirenas, ruido de sirenas. Luces parpadeantes resplandecían contra la pared del ropero. Un poco aturdida, logré salir del estupor del estruendo y me concentré en el show de luces en las paredes de mi habitación tratando de volver al mundo de los sueños. Miré la pantalla de mi celular, 2:38am, ¿Qué podría estar pasando? Realmente no me interesaba lo suficiente para levantarme de la cama e investigar, mi mente comenzó a divagar entre algunas teorías pero el cansancio hizo que abandonara cualquier tipo de especulación.  Cinco, diez, quince, veinte minutos pasaron y las luces y sonidos provenientes del exterior no cesaban, por el contrario, se sumó el barullo de docenas de personas curiosas que sí decidieron abandonar su descanso para ver qué sucedía.

Un poco molesta decidí levantarme y acercarme a la ventana aún sin abrir los ojos para cerrar la ventana y persiana, me arrepentiría unas horas más tarde, cuando el calor junto con el sol de verano azotaran en mi habitación, esperaba estar lo suficientemente dormida como para notar el cambio térmico.

En la mañana, tal como me había anticipado, desperté con las sabanas pegadas al cuerpo de una forma muy poco sensual, sumado a mi habitual y desagradable aspecto matutino. Revisé mi celular, 11:38am. Decidí que ya era hora de levantarme y darme una necesaria ducha de agua helada. Abrí la ventana, enrollé la persiana y el sol me impactó en los ojos haciendo que empiecen a lagrimear, con los ojos entrecerrados viendo manchas verdes por el resplandor, me dispuse a ir al baño.

Luego de 1 hora, mientras desayunaba y chequeaba las redes sociales y mensajes, recordé la conmoción de la noche anterior. ¿Qué había pasado? Salí por la puerta principal y traté de buscar algún indicio de lo que había sucedido pero todo parecía igual que siempre. Me acerqué a mi vecina de al lado, que casualmente se encontraba regando las plantas de su jardín, con la intención de preguntar si sabía lo que había pasado.

• Hola Dana- dije en tono casual
• Buen día Liz- contestó sin mirarme, muy concentrada en su labor
• Hey, ¿sabes lo que pasó anoche? Escuché ruido de sirenas

Levantó la vista y me contesto, dubitativa

• ¿Ruido de sirenas? No escuché nada anoche ¿Estás segura?
• Sí, parecía haber  gran conmoción y bastantes personas afuera.
• La verdad, no escuché nada, le preguntaré a Oscar si él escuchó algo

El gesto que hizo, me dio a entender que realmente no había escuchado nada y que su pregunta a su marido no iba a ser más que un comentario haciéndome quedar como una loca. Me despedí torpemente, sintiéndome extrañamente avergonzada por la situación y volví a mi casa.

Traté de ver en las noticias, redes y consulté con más vecinos si tenían idea de lo que había pasado pero nadie había visto o escuchado nada. Empecé a replantearme si no había sido un sueño muy real y pronto abandoné esa idea, cómo no iba a darme cuenta que estaba soñando.

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