ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Tu Y El Diablo

aniisitacordova4 de Noviembre de 2012

698 Palabras (3 Páginas)375 Visitas

Página 1 de 3

El símbolo de lo que ocurre con Satanás en la Modernidad está en el Fausto de Goethe. Allí, El Demonio que intenta corromper a Fausto se ha transformado totalmente con respecto al de las dos etapas anteriores. Primero que todo Satanás ha tenido que cambiarse el nombre por el de Mefistófeles, por que como él mismo reconoce de modo irónico, ya nadie le creería si se presentara con su verdadero nombre. Segundo, ya no es un ser vil, malvado e idiota, como se pensó en la Edad Media, sino un caballero sofisticado que sin embargo -por más que se esfuerza- sigue siendo incapaz de entender el significado del amor. Tercero -y esto es quizá lo más importante- Satán ya no es completamente maligno, sino un ser ambígüo como casi todos los grandes héroes de la novela moderna desde Don Quijote hasta Batman. Satán se torna más difícil de definir en tanto aparte de maldad, muestra también inteligencia, sentido del humor, encanto y hasta por momentos compasión del pobre destino humano.

A partir del Satán de Goethe, asistimos a una infinidad de interpretaciones modernas del "Símbolo Demonio" que alcanzan hasta nuestros días y que de modo muy somero pueden dividirse en tres clases: Los que juguetean con Satanás, los que adoran a Satanás, y los que intentan analizar a Satanás desde los puntos de vista filosóficos contemporáneos.

1) El Diablo es un ser que se autocanibaliza. El Diablo es un ser que entre El Ser y La Nada, elige La Nada; que entre La Felicidad y La Tristeza, elige La Tristeza; que entre Dios y él mismo, se elige a sí mismo ¿Cómo entender esto? Recordemos que el rasgo principal de Satán es la soberbia, el no admitir que es un ser dependiente de otro y que él -como todos los seres creados- es incapaz de llenarse a sí mismo. Por supuesto que hace tiempo Satán se dió cuenta de que estaba equivocado, pero su misma soberbia lo lleva a persistir en la equivocación. De allí que sea tan acertada la descripción que hace Dante de Satanás en La Divina Comedia, allí se dibuja al Demonio en el centro del Infierno con los ojos sellados y la visión vuelta hacia adentro. El Diablo es alguien que caprichosamente ha cerrado sus ojos para no ver la luz ¿Qué pensaríamos nosotros de un hombre que un día resolviera jamás volver a abrir los ojos, por que él sólo quiere alumbrarse con su propia luz y no deberle nada a la luz exterior? Pues esa es la absurda decisión de Satanás y de allí que sólo él, y nadie más, sea el causante de su propia desdicha. Satán es el masoquista por antonomasia, alguien que sólo por que sí, ha decidido autotorturarse por toda la eternidad. La mejor manera de imaginarse a Satán es la siguiente: Es alguien que un día se ha cortado a sí mismo un brazo, que al segundo día, se corta una pierna, que al tercer día se corta la otra pierna, que al cuarto día se corta el otro brazo, que al quinto día se corta el tronco, que al sexto día se quita un ojo, al séptimo día se quita la nariz, al octavo día una oreja, y así ad infinitum. De haber sido un ángel con un tamaño superior al de todos los universos conocidos, El Demonio ya va hoy en día en una cienmilmmillonésima de átomo. Lo peor de todo es que siendo hoy esa misérrima cienmilmillonésima de átomo, todavía El Demonio se mantiene fiel a su pecado: Todos los días Satanás madruga a amputarse otro pedacito de lo que aún le queda; todos los días hasta su anunciado fin, Satanás se autoamputará otro pedacito de sí, se autocanibalizará.

2) El Diablo es una paradoja. ¿Cómo entender entonces que siendo cada vez más insignificante, hoy El Demonio tenga más poder que nunca en el mundo? A este respecto abundan las respuestas pero me limitaré a hacer dos aserciones: El Diablo es una paradoja, un escándalo de la razón. Además, y esto lo repiten los cristianos todo el tiempo, El Diablo es un misterio, no es alguien que pueda ser comprendido entre los pequeños límites del

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (4 Kb)
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com