Vive Tu Muerte

es un libro que nos ayuda a pensar bien en lo vamos a hacer, todo nos trae consecuencias, y no siempre los caminos faciles y comodos son los utiles, todos venimos a la vida con el proposito de ser utiles.

La historia nos relata que en la vida hay mucho obstáculos, también nos dan a entender que la manera de hacer las cosas no es la más fácil ni la menos arriesgada si no que podría caracterizar como una mala elección no solo para el individuo también incluyendo terceras personas como en el caso de poncho no solo dejo la escuela para poder vender y obtener dinero a la mal pero él pensó que así lograría ser mejor que los demás. Poncho pensaba que lo tenía todo, un “buen trabajo” un carro, dinero y una novia con cuerpo de modelo, se había enterado que en un par de años cuando se supone que se graduaría, podría comprar su titulo, estaba a un par de días para que lo ascendieran.

Pero una noche que el tenia que entregar un paquete el destino lo sorprendió unos policías lo detuvieron y se llevaron a Mari, su novia, sus papas se enteraron de todo lo que su hijo hacia y la pena lo invadió se sentía miserable y eso aumento cuando se dio cuenta que sus papas estaban vendiendo una de sus casa y camionetas para pagarle a los encargados del cerezo para que el no estuviera en la misma celda de un asesino, o un violador. Le tocaba dormir con unos chicos fresas que al igual que sus padres pagaban al cerezo, para estar en una zona VIP, Poncho creyó que si el se ganaba el respeto de los chicos esos ganaría un lugar en el cerezo y no tendría problemas en sus tres años “viviendo” ahí, pensó que sembrando el miedo seria el jefe, se metió en líos cada vez mas hasta que los Pablos, sus compañeros de celda, hablaron con los jefes del cerezo e hicieron que lo mandaran con los perros, una banda muy peligrosa en el cerezo.

En los almuerzos el estaba solo, sentado en el piso, se sentía basura miradas de asco y odio caían sobre el, se sorprendió sentir una mirada diferente, provenía de un anciano sentado al final de las mesas solo y con una leve sonrisa, su mirada era de comprensión.

Un día se hizo una pelea entre los perros y los chinacos (otro grupo peligroso, cuyo jefe se le conocía como El Negro)

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