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USO DE LAS MAYUSCULAS

bvasquezb12 de Abril de 2015

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REGLAS PARA EL USO Y APLICACIÓN DE LAS MAYUSCULAS

25 EJEMPLOS POR REGLAS

1. Los nombres de organismos se escriben con mayúscula inicial.

• Los adjetivos y sustantivos que componen el nombre de instituciones, entidades, organismos, departamentos o divisiones administrativas, edificios públicos, partidos políticos, etc. se escriben con mayúscula. Ejemplos: el Gobierno, el Estado, Ayuntamiento de Madrid, Ministerio de Hacienda, Casa Blanca, Torre del Oro, Biblioteca Nacional, Museo Reina Sofía, Policía, etc.

• También se escribe con mayúscula el uso corriente abreviado de esos nombres. Así, El Instituto Geográfico, se suele sustituir en el habla corriente por el Geográfico, o el Instituto Cervantes por el Cervantes.

• Hay que diferenciar a la hora de usar la mayúscula inicial el significado de determinadas palabras. Así, Ejército se escribe con mayúscula si se refiere al organismo Ejército, pero con minúscula si se emplea como nombre común. Por ejemplo, el ejército medieval usaba catapultas. Lo mismo ocurre con palabras como Administración, Iglesia, etc.

• El plural de estos mismos usos también se escribe con mayúscula inicial. Por ejemplo, los Gobiernos español y francés han negociado un acuerdo.

2. Las formas de estado y de gobierno se escriben con minúsculas.

• Los sustantivos que definen forma de estado o de gobierno son nombres comunes que se escriben con minúscula. Así, la monarquía parlamentaria española, las dictaduras totalitarias, capital del reino, democracia parlamentaria, etc.

• Cuando forma parte de la definición oficial, los sustantivos que definen el tipo de gobierno sí van con mayúsculas. Es el caso del Reino de España, República Argentina, Principado de Andorra. Un ejemplo que cita “Ortografía de la lengua española” es muy ilustrativo. Se trata de república de Méjico, que va con minúscula porque el nombre oficial es Estados Unidos Mejicanos.

3. Los cargos con minúsculas y los poderes con mayúsculas.

• Se escribe con minúscula el título de la persona que ocupa un cargo, títulos, dignidades, empleos civiles o militares, etc. Es decir, alcalde, papa, princesa, infanta, rey, duque, embajador, general, almirante, ministro, subsecretario, presidente y jefe de negociado se escriben con minúsculas, tanto si van solos como si acompañan al nombre de la persona que ocupa el cargo.

• Es uno de los errores más frecuentes, quizá porque el funcionario no se atreve a escribir con minúscula inicial en un texto palabras como subsecretario, director general, ministro o alcalde.

• Las expresiones referidas a los diferentes poderes del Estado se escriben con minúscula cuando se refieren de modo genérico al poder en sí. Por ejemplo, el poder legislativo corresponde al Parlamento. Si se refiere a órganos del Estado, entonces va con mayúsculas. Así, el Poder Judicial nombró tres magistrados. Frecuente es usar la expresión el Ejecutivo español ha aprobado tres leyes, como sinónimo abreviado del Gobierno y, por tanto, con mayúscula.

• El “Manual de estilo de Chicago-Deusto”, que es muy dado a reconocer la realidad, comenta que “es frecuente, pero en absoluto obligatorio, que ciertos tratamientos o títulos de dignidad especialmente elevados lleven mayúscula inicial cuando aluden a un individuo concreto cuyo nombre propio no se menciona expresamente”. Sin embargo, hacerse eco de esta realidad no le impiden señalar tajante: “tanto los nombres de cargos como los tratamientos son nombres comunes y, por tanto, les corresponde la minúscula inicial. El uso de la mayúscula es una simple concesión a la costumbre y debe evitarse”.

• En la administración militar este mal uso es muy frecuente, quizá debido al acusado sentido de la disciplina y a una postura muy servil del escribano. Sin embargo, debe quedar claro que se escriben con minúscula inicial los nombres de armas como caballería, artillería, infantería, aviación, etc. Y también se escriben con minúscula inicial los nombres de unidades, ya se trate de una división, una brigada, un regimiento, una escuadra, una compañía, o la que sea.

• En la normativa (leyes, decretos, órdenes ministeriales, etc.) y documentos oficiales es habitual encontrar en mayúscula inicial las palabras que aluden a altas dignidades institucionales, como Rey de España, Presidente del Gobierno, Secretario de Estado de Ondas, etc. Pero es una aberración, por muy habitual que sea. Es gramaticalmente incorrecto escribirlo así.

4. Los tratamientos, con minúscula.

• Los tratamientos se escriben con minúscula. Es el caso de señor, don, excelencia, licenciado, doctor, fray, sor, su señoría, su majestad, su alteza, su excelencia, su santidad, monseñor, etc. Sólo cuando se usa la abreviatura se escribe con mayúscula. Ejemplo: D. Mauricio, etc.

• El “Manual de estilo de Chicago-Deusto”, que como he comentado antes es muy dado a reconocer la realidad, afirma que “es costumbre asignar una mayúscula solemne a los tratamientos don, doña aplicados a los miembros de una familia real, en particular la español: la infanta Doña Elena”. Pero constatar este hecho, no le impide aclara sin duda, como he recogido antes, que “tanto los nombres de cargos como los tratamientos son nombres comunes y, por tanto, les corresponde la minúscula inicial. El uso de la mayúscula es una simple concesión a la costumbre y debe evitarse”.

5. Leyes, decretos, normas.

• Los elementos significativos de un título legal se escriben con mayúscula inicial en todas las palabras que lo componen. Ejemplos: Ley de Propiedad Horizontal, Real Decreto 14/2002, Código Civil, Tratado de Versalles, Convención de Ginebra, etc.

• Cuando el título de la norma es excesivamente largo, sólo va con mayúscula la incial de la primera palabra. Ejemplo: Ley 1/2014, de 28 de febrero, para la protección de los trabajadores a tiempo parcial y otras medidas urgentes en el orden económico y social. Ejemplo: Ley 2/2009, de 31 de marzo, por la que se regula la contratación con los consumidores de préstamos o créditos hipotecarios y de servicios de intermediación para la celebración de contratos de préstamo o crédito.

• Cuando se usa un nombre que identifica a la ley, pero que no es su nombre oficial, se escribe con minúsculas. Ejemplos: ley antitabaco, ley antidesahucios, etc.

• Cuando el nombre de la norma se usa de forma genérica, va con minúscula inicial. Ejemplos: el presente real decreto entrará en vigor, el preámbulo de esta ley es muy extenso.

• El mismo trato se da a los nombres de documentos oficiales, legales e históricos. Ejemplos: Tratado de Versalles, Carta de Naciones Unidas, Declaraciones Universal de Derechos Humanos, Convención de Ginebra.

6. Palabras relevantes con minúsculas.

• Con frecuencia nos encontramos con palabras “relevantes” escritas con mayúscula inicial. Son palabras del tipo humanidad, historia, bandera, patria, estado, nación, cristianismo, honor, etc. Quien así lo escribe está intentando resaltar la relevancia de su significado, pero el uso de la mayúscula inicial para estos casos es incorrecto.

• Este tipo de mayúsculas de relevancia aparecen con criterios muy subjetivos, de manera que no hay consenso sobre ellas. Eso quiere decir que representan al mayor caos en el uso de las mayúsculas, porque el autor de cada texto usa unos criterios personales y diferentes. Razón de más para evitarlas a toda costa.

• En “Las 500 dudas más frecuentes del español” los autores lo dejan muy claro: “Este tipo de mayúsculas no está justificado lingüísticamente y tiene un carácter subjetivo, por lo cual se recomienda evitarlas”.

• El “Manual de estilo Chicago-Deusto” abunda también en la misma idea y señala tajante: “Las mayúsculas iniciales que se utilizan en algunas ocasiones para otorgar importancia a ciertas palabras (misa, presidente) no están justificadas en español”.

• Igualmente, los sustantivos que reflejan religiones y conjunto de fieles también se escriben con minúsculas. Ejemplos: catolicismo, budismo, protestantismo, islam, judaísmo, etc. Igualmente, las palabras que designan conceptos y entes religiosos se escriben con minúscula. Ejemplos: eucaristía, comunión, sacramento, misa, bautismo, cielo, purgatorio, sacrificio, ritos, etc.

7. Los accidentes geográficos, las calles y los puntos cardinales se escriben con minúscula.

• El topónimo o nombre con el que se designa un lugar es nombre propio. Por tanto, va con mayúscula siempre.

• Los nombres geográficos llevan mayúscula inicial, pero no el accidente geográfico que lo clasifica, que sólo es un sustantivo común genérico. Ejemplos: mar Mediterráneo, río Turia, cordillera de los Alpes, canal de Panamá, etc.

• Caso especial es el uso del clasificador como nombre propio al referirse a un accidente único y de gran relevancia en un colectivo específico. Ya he mencionado más arriba el ejemplo del canal de Panamá. Cuando en Panamá se refieren al Canal, está claro el uso de mayúscula, porque no hay otro. Como cuando en España nos referimos al estrecho de Gibraltar, o decimos simplemente el Estrecho. Aquí la “Ortografía de la lengua española” es clara cuando especifica que estas consideraciones de nombre propio son “solamente admisibles cuando, en el ámbito de la comunidad a la que va destinado el mensaje, no existe otra referencia posible”.

• Cuando el sustantivo genérico no actúa de clasificador, sino que forma un todo con el nombre propio, se escribe con mayúscula. Es el caso de Cabo Verde, que no refleja un cabo llamado Verde, sino

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