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Una carta parar dos


Enviado por   •  6 de Mayo de 2022  •  Trabajos  •  5.780 Palabras (24 Páginas)  •  71 Visitas

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Una Carga para Dos

- ¿Lo prometes? -. Preguntó la joven dudosa

-Lo juro. Ante dios como mi testigo-. Dijo decidido.

-Pero ante los ojos de dios lo que hacemos es un pecado-. Acarició su mejilla como si fuera lo más frágil del mundo, mientras la miraba a los ojos con ternura.

-Entonces ninguna promesa hará falta, si mi lugar contigo es el cielo u el infierno, no importa. Yo estoy dispuesto a darte mi vida si eso garantiza que te quedaras a mi lado para siempre.

Inglaterra. 1813

Era junio y se veía a leguas que la época de conquista entre la acomodada sociedad alta estaba por empezar, puesto que muchas familias estaban impacientes por el baile que se celebraría en una de las casas de los duques más codiciados de la comarca, pero entre esas familias había una que destacaba en especial, la familia Wright.

Estaba constituida de un padre y 2 hermosas hijas, la madre abandono el mundo cuando ambas niñas tenían 10 y 9 años, no son gemelas; se veía la diferencia en su manera de actuar de cada una. Iliah de 21 años era sensata, encantadora, amable, bondadosa y a veces rebelde cuando se trataba de mantener charlas con su padre, todo lo contrario de su hermana, Kayla 20 años, lo que tenia de hermosa lo tenía de terca, celosa si no recibía la atención necesaria y de vez en cuando manipuladora, no era tan mala, al menos no con su padre, ella no haría nada que perjudicara el nombre de su familia.

Su padre trataba de educarlas lo mejor que podía, ambas niñas recibieron la educación necesaria para distinguirse como señoritas, tocaban el piano, contaron con institutrices que les enseñaron sobre modales, bordar, leer y escribir de la mejor manera. Iliah aprendió a hablar francés a los 6 años y en secreto leía sobre técnicas del esgrima en cambio Kayla practicaba la pintura, convertía blancos lienzos en hermosas piezas que su padre gustoso vendía y presumía a sus amistades más cercanas.

En esta temporada de cortejo el padre se encargaba de proveer a sus hijas con hermosos vestidos, joyas y zapatos para la ocasión, toda mujer que conocía a aquella familia sabía muy bien que el padre de aquellas chicas sabía como dotar a ambas hermanas con excelentes piezas y eso era una envidia casi desbordante.

- ¿Crees que esta noche podamos encontrar un buen pretendiente? -. Dijo Iliah mientras su dama de compañía la ayudaba a abrocharse el vestido de ceda frente al espejo.

-Mi lady no tendrá problemas en ello, yo que usted no me preocuparía de nada-. Le respondió la muchacha con una sonrisa.

-Ella tiene razón Iliah, deberías dejar de hacer preguntas tontas y mejor preocuparte por mantener una buena apariencia frente a todos-. Su hermana Kayla irrumpió en la habitación con un vestido color crema, su dama de compañía iba tras ella con la caja de joyas en mano. -Padre me pidió que ambas usáramos las joyas de madre para una ocasión tan especial como esta-. Iliah dudó por unos momentos, pero su padre no tardó en aparecer en la habitación.

-No te preocupes Iliah, tu hermana lo sugirió y no me parece tan mala idea, aunque debo agregar que por la manera en que lo pidió no fue la más sutil que digamos-. Su padre vio a Kayla divertido, el no era estricto con sus hijas a pesar de haber sido ex capitán de los barcos de la reina, al contrario, era comprensivo, justo y amoroso con ambas.

-Pero ¿te agrado la idea o no padre? -. Kayla le sonrió.

-Me agradará aún más cuando por fin salgamos de la casa, llevan horas aquí y ni aún en mis años de servicio para la corona me había sentido tan viejo

-Señor el carruaje espera-. Uno de los sirvientes había llegado para ponerse a su lado.

-Claro gracias Richard, bueno jovencitas, ya escucharon, les doy 2 minutos para bajar, ni más ni menos.

Sin embargo, cuando se trataba de puntualidad el señor Wright no jugaba, puesto que para él era lo más primordial de todo, ante todo.

La casa donde se celebraría dicho baile era lo suficientemente grande para recibir a al menos a 200 personas, los jardines frontales de la edificación estaban preparados para recibir a todos los invitados con hermosas luces, cada cochero ayudaba a las doncellas a bajar de los carruajes, así como cada sirviente guiaba a cada familia a ingresar al gran salón en donde se celebraba el baile. Estaba de más mencionar que cada rincón de aquel lugar estaba perfectamente bien decorado y acomodado, así como espaciado para que todos disfrutaran de un buen baile.

Todo parecía felicidad y diversión, pero sabemos que las mujeres solo tienen un objetivo. Conocer a los sobrinos del duque Lennox. Tres varones guapos en sus veintes de padre americano y madre británica, el mayor de los tres se hacía llamar Gabriel de un buen atractivo, pero misterioso, nunca se le ha visto con una mujer y es bastante reservado en conversaciones donde involucren su vida privada, Aaron el segundo en la línea, despreocupado, hablador y se dice que coqueto con las mujeres, pero sin perder educación, por último, tenemos a Oswald, caballeroso y amable, aunque está más interesado al trabajo como su hermano Gabriel.

Estos caballeros no son presa fácil y todas las doncellas casamenteras lo sabían.

-Esto es ridículo, yo no vine a Londres para esto -. Gabriel y sus dos hermanos veían la fiesta desde uno de los balcones que daban al salón.

-De los tres, tú eres el que menos tiene que objetar y lo sabes-. Oswald miró serio a Gabriel. -Solo tienes que soportar tres meses, hasta entonces compórtate y no llames tanto la atención.

- ¿Por qué no son unos hermanos normales?, relájense por 2 o 6 horas, Londres no esta tan mal después de todo, hay muchas chicas hermosas-. Aaron sonreía a las chicas que alcanzaban a verlo desde su posición.

-Ustedes tonteen si quieren yo me largo-. Gabriel estaba por irse, de no ser porque Oswald sujeto su brazo para detenerlo.

-Sino quieres levantar sospechas vas a bajar con nosotros, bailar y fingir interés por al menos 1 hora. ¿Soy claro? -. Con esas últimas palabras los tres hermanos bajaron a disfrutar de la noche o al menos dos de ellos.

La familia Wright no pasó desapercibida cuando llegó, después de todo, las personas reunidas sabían quiénes eran, su reputación y la belleza que desbordaban ambas chicas, Kayla no tardó en aceptar un baile con un joven, Iliah prefirió saludar algunos conocidos con su padre.

Cada saludo y formalidad impresionaba a las amistades de su padre, algunas madres también presentaban a sus hijos ante ella, pero sabía bien que eran excusas para que las madres de dichos jóvenes se pudieran acercar a su padre quien lideró a un gran número de navegantes en nombre de la reina y cuando un hombre es así de apegado a la reina, significa una gran influencia en sociedad.

Cansada de todo eso se disculpó para tomar un respiro, su padre estaba por acompañarla de no ser porque chocó contra un joven alto y de buen porte.

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