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ANTROPOLOGÍA - FILOSOFÍA

pipe99_moralesApuntes22 de Junio de 2017

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Unidad Temática Nº2

ANTROPOLOGÍA FILOSOFÍA

1.- El hombre como Ser Corpóreo.

        a.- El Ente y sus Predicamentos.

        b.- Acto y Potencia.

        c.- El Movimiento.

2.- El Hombre como Ser Vivo Racional.

        a.- Noción y niveles de vida

        b.- Apetitos Sensibles versus Apetitos Racionales.

Como siempre, lo primero es definir:

Concepto de Antropología

Antropología viene de anthropos, que en griego significa hombre. Es la ciencia del hombre en sí mismo, o en cuanto hombre. Estudia lo que hace que el hombre sea hombre; lo esencial, sus propiedades fundamentales que lo diferencian de todo lo demás.

Se estudia porque es la realidad más inmediata a nosotros mismos, pero, a pesar de esta proximidad, no somos capaces de entendernos perfectamente a nosotros mismos. Es, simultáneamente, lo más urgente y lo más extraño y misterioso.

No somos ángeles, pero tampoco solamente bestias. Somos una bestia inteligente: lo más perfecto en el orden de la materia, pero el espíritu más imperfecto posible. De ahí nuestra simultánea grandeza y miseria.

Soy yo mismo, incluido mi cuerpo, pero la mayor parte de mis actos vitales no son realmente míos. O mejor, son míos, pero no son yo. Es decir, no soy perfectamente yo mismo; hay mucho de mí que no controlo y más aún que no entiendo. La materia implica imperfección, implica identidad imperfecta.

Uno de los problemas fundamentales, que muestra el misterio que somos, es el mal: cómo es posible que siendo tan grandes esencialmente, y pudiendo llegar a serlo realmente, seamos tan torpes como para hacer el mal que conocemos como malo. Y no sólo lo hacemos, sino que estamos naturalmente inclinados a cosas dañinas.

Según un autor inglés (¿Chesterton?), el dogma del pecado original es el único que, si bien no es demostrable, sí es mostrable. La filosofía no puede concluir que sea verdadero, porque es revelado, pero es la única explicación que tenemos para un problema absolutamente observable: somos el único animal que tiene en su misma naturaleza inclinaciones hacia cosas que le hacen daño, lo cual implica necesariamente un daño en la naturaleza. Pero ese daño sólo puede tener una causa sobrenatural. Podemos no creerlo (es Fe), pero es la única explicación a un problema que es imposible negar.

El hombre es, en primer lugar, algo real, una cosa que existe. De ahí que lo primero sea estudiarlo como ente material:

1.- El hombre como ente corpóreo

A.- La noción de ente y los predicamentos

El hombre es algo real, una cosa que existe materialmente. Lo primero es entonces estudiar su acto de ser.

El hombre es entonces en primer lugar un “ente”, algo que posee el acto de ser.

Pero las cosas pueden ser de muchas maneras (“el ser se dice de muchas maneras”, Aristóteles). Yo puedo decir que este plumón ES redondo, negro, circular, duro, artificial y malo. Y además es plumón. Uso el mismo verbo con muchos significados. Si digo “esto es azul” no estoy diciendo que es “un azul”; es más que eso, pero además es azul. Cada vez me refiero a algo distinto. Esto porque el verbo ser es análogo, significa algo distinto cada vez que lo uso.

Y hay dos modos fundamentales de ser. Plástico, rectangular, azul, en este momento, áspero, gastado y borrador designan cosas reales, pero que existen de modos completamente diversos: nadie se encuentra con el “azul” caminando por la calle; tampoco con el “gastado”. Son reales, existen, pero necesariamente “pegados” a algo. Son “en otro”. En cambio, el pedazo de plástico al que llamamos borrados si existe por su cuenta. Luego, dos modos:

Lo que es en sí mismo:         Sustancia

Lo que es en otro:                Accidente

Sustancia son las cosas concretas, los individuos reales. La palabra viene de sub stare, lo que está debajo de las apariencias, de los accidentes. Se refiere a la identidad de la cosa, la que se conserva a través de los cambios. La sustancia puede ser material o inmaterial; nos ocupamos sólo de la material porque es la que nos incumbe en primer lugar.

En este sentido, el accidente es absolutamente secundario. Se llama así porque es algo que “le sucede” a la sustancia, pero que no determina su identidad. Yo soy absolutamente distinto a cómo era cuando nací, pero soy el mismo sujeto, soy yo, al margen de las apariencias.

El accidente existe, pero no tiene el acto de ser como algo propio, sino que lo recibe de la sustancia: es, pero es en otro y por otro. Mi peso existe, como mi altura y mi personalidad; pero existen sólo porque yo existo: nadie se encuentra con mi peso en la calle, sino conmigo. Y si yo muero, ya no son MI peso ni MI altura, sino el peso y la altura de mi cadáver. Existen porque hay algo que los sostiene en el ser, lo que está debajo de esas apariencias: la sustancia.

Los accidentes son entonces los modos de ser de la sustancia, sus características. Aristóteles distingue nueve:

Lo que es en sí mismo:         Sustancia

Lo que es en otro:        Accidente        Cualidad

        Cantidad

        Lugar

        Situación (el modo de ocupar un lugar)

        Tiempo

        Acción (lo que hace)

        Pasión (el acto de otro que recibe)

        Hábito (no moral, la capacidad de ser tenido)

        Relación (lo que tiene en común con otro)

Junto a la sustancia son los 10 predicamentos o categoría, los 10 modos en que algo puede existir. Todo lo real cabe de algún modo allí.

CRÍTICA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN: ¿QUÉ ES EL ESLABÓN PERDIDO? ¿QUÉ SUSTANCIA TIENE? PROCESO? GRUPO O UNO?

B.- Acto y Potencia

Aristóteles hace una nueva distinción para explicar el cambio en las cosas materiales. La metafísica nació como ciencia cuando Parménides logró enunciar su principio básico:

EL SER         ES

EL NO SER         NO ES

El problema es que si lo dejamos hasta ahí, se puede entender mal, que fue lo que le sucedió a Parménides. Es cierto, el ser es; lo propio de lo que existe es ser. Y decir que el ser no es, es contradictorio, como decir que el no ser, no es. Es obvio, lo que existe, existe, y lo que no, no.

Pero el problema está en que si no hay “mezcla” posible, si no hay un término medio, me veo forzado a negar la realidad y su característica fundamental: el movimiento.

Si el ser es y no puede tener mezcla de no ser (sería contradictorio, sería decir que el ser no es), entonces debe existir un solo ente perfectísimo (si tiene defecto no es), eterno (si no, hubo un momento en que no era u otro momento en que no será), único (si son dos, cada uno tiene algo que el otro no). Pero la experiencia niega eso. Parménides simplemente desechó la experiencia, pero la metafísica no puede darse ese lujo.

La solución llegó con Aristóteles: hay un término medio, un “ser que no es” o un “no ser que es”; algo que existe, pero no todavía; o algo que no existe, pero podría existir: el ser en potencia, opuesto al ser en acto, que es real aquí y ahora. Pero ese “no ser” potencial es absolutamente real. Lo que podemos llegar a ser ya está de algún modo en nosotros, o si no, nunca podríamos llegar a serlo. Ni un gato ni un niño son ingenieros nucleares; pero el gato no lo es de ningún modo; el niño, en cierto sentido ya lo es. O sea

Ser en acto

Ser en potencia

No ser

El descubrimiento de Aristóteles es genial: se dio cuenta de que hay cosas que no existen de modo presente, pero son tan reales que incluso determinan al sujeto al punto que lo tratamos distinto. Por ejemplo: dos motes rinden el segundo Cooper del año y los dos hacen 2803 metros. A uno lo castigo y al otro lo felicito; ¿es justo? Puede serlo perfectamente, dependiendo de lo que cada uno puede hacer. Ninguno de los dos hace 2900, pero uno puede y el otro no; en el que puede, los 2900 metros del Cooper están realmente, son suyos, una característica real suya, aunque no todavía. Y por eso lo castigo.

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