Aristoteles

Horizonte filosófico:

El horizonte filosófico de Aristóteles, según la tradición filosófica, es el realismo.

El realismo, en la filosofía, es un término que se aplica a corrientes filosóficas muy diferentes entre sí; la razón de esto, es la naturaleza del objeto. Puede ser material, pero también un objeto espiritual, una creación matemática, una idea, una teoría científica, etc.

En el realismo aristotélico las cosas están ahí, ante nosotros, y nosotros somos una de esas múltiples cosas que existen y que constituyen la realidad. Cada una de esas cosas es lo que es, además de su existir, por la esencia que cada una de ellas contiene y expresa.

Aristóteles, trató de explicar la realidad desde la observación y la experiencia, definiendo que las ideas o conceptos universales no deben separarse de las cosas, intentó explicar los principios, causas y atributos de los objetos, es decir, qué es lo que hace que una entidad sea lo que es.

Es así como Aristóteles distingue tres elementos en la cosa real, tal como la vemos:

• Sustancia: es el sujeto, lo individual.

• Esencia: es el predicado, lo que hace que sea lo que es.

• Accidente: los predicados que no afectan lo que es.

La materia es aquello con que algo está hecho.

La forma es la figura de los cuerpos, es lo que a algo le da una finalidad, aquello para lo que sirve.

Por lo tanto, el origen de las cosas se explicaría diciendo que la cosa es lo que es porque su materia ha recibido una forma y una forma que le da sentido y finalidad.

Cada cosa es lo que es porque ha sido hecha inteligentemente, como el escultor hace una estatua, como el carpintero hace una mesa. Todas las realidades existenciales han tenido que ser hechas por una causa inteligente.

Esta magnífica arquitectura del universo concuerda perfectamente con el impulso del hombre natural, espontáneo. Aristóteles logro dar al realismo espontaneo de todo ser humano una forma filosófica magnifica. El realismo es la actitud de todo ser humano espontáneamente ante la pregunta que hacemos: ¿quién existe? A esa pregunta la respuesta espontánea del hombre es decir existe este vaso, esta lámpara, este señor, esta mesa, el sol, todo existe.

A esa respuesta espontánea que a la pregunta metafísica da el ser humano, Aristóteles concede la forma más perfecta, más completa, y más satisfactoria que conoce la historia del pensamiento. Pudiéndose afirmar que

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