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“BARTLEBY, EL ESCRIBIENTE”


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2016  •  Reseñas  •  2.087 Palabras (9 Páginas)  •  615 Visitas

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“BARTLEBY, EL ESCRIBIENTE”

Bartleby el escribiente es un peculiar cuento, escrito por Herman  Melville,  sin bien la obra más famosa de este escritor es Moby Dick, Bartleby es una obra trascendental, en la cual, un peculiar abogado de edad avanzada (más de setenta años) es el narrador de tal suceso. La intención de este documento es discutir el problema de la acción  moral responsable,  que contiene este cuento, de forma implícita así como el criticar de forma general y constructiva el cuento. Comenzare por discutir la obra y dar un resumen general de dicha, para luego entrar en  la materia de los pasajes que llamaron  mi atención, tratare de entender aquella compasión que el Abogado muestra a Bartleby, de explicar las razones,  para luego ejemplificar y tratar de explicar el problema. Buscare cerrar de forma breve y clara.

Por tanto, la historia abre, con un abogado de edad  avanzada con  una larga trayectoria en las artes del derecho, se muestra  alegre y honrado de su labor, describe que  su oficina reside en cierto número de  Wall Street  a mediados del siglo XIX, y que a lo largo de su trayectoria ha tenido diversos ayudantes, con diversas cualidades, prosigue después por describir los sucesos que prepararon la llegada de aquel extraño  hombre a su vida.

Habla de aquel entonces y de los dos escribientes que tenía a su servicio; Turkey y Nippers, si bien estos tenían sus altibajos, explica que le era muy útil y que gustaba de tenerlos a sus servicios del mismo modo que a su joven aprendiz apodado Ginger Nuts. Explica que en cierta ocasión, al verse tan atareado en su despacho, se vio obligado a contratar a un tercer escribiente; “Ahora había una buena cantidad de trabajo para los escribientes. Además de hacer rendir al máximo a mis empleados, debía encontrar ayuda extra”[1], fue ahí cuando aquella singular historia comienza a tener forma.

Es así como nuestro personaje principal entra en cuadro con un aire de pureza y compasión. La impresión de Bartleby en el abogado es muy fuerte, mueve en él algo que sus antepasados copistas no habían movido, a lado de Bartleby, el abogado se siente en paz, tranquilo, está admirado por la eficacia de su trabajo, por el silencio que habita en él escribiente, etc.

Pero el nudo de la trama comienza con una peculiar frase; “Preferiría no hacerlo”[2], esta frase la enuncia el peculiar escribiente cuando el abogado le pide leer unas copias hechas por él. Al principio el abogado ofuscado, lucha por hacer que Bartleby lea las copias, pero frente a la renuencia pacifica del escriba, termina aceptando su decisión, esta frase se repite en  múltiples ocasiones,  donde el problema es  el mismo.  Llega un punto donde hay incluso un tácito acuerdo entre el jefe y el empleado,  donde hay un respeto por parte del abogado frente a la negativa de Bartleby nunca cambiar su decisión, y solo dedicarse a escribir,   e incluso llega un momento en el que anuncia que ha decidido abandonar el oficio  de escribir, y el abogado paciente e ignorante de la comprensión de la decisión de Bartleby acepta. Al abogado le sorprende la audacia de este, trata de todas las formas justificables,  hallar una lógica a su comportamiento,  recurre a la moral, la ética,  textos de  Edwards y Priestley  que tratan de la  voluntad  y  necesidad,  sin embargo pese a la paciencia que muestra el abogado, llega un punto en el que éste decide alejarse de él.  Después de tratar por todos los medios, de ayudar a desarrollar en su trabajo,  tratando de mantenerlo ocupado;  sugiriendo que vaya a los correos, que haga  tal  mandado,  en vista de su negativa a leer, etc., siempre argumentando “Preferiría no hacerlo […]. Preferiría no dejarle”[3]  pese al cariño y la compasión que le guarda, a sabiendas que lo ha tomado como su misión en la vida, el darle al desamparado Bartleby un hogar, decide el abogado despedirlo, y más aún; abandonarle. El abogado decide mudarse a otra oficina, dejando a Bartleby en la antigua, y los primeros días se siente aterrado de hallar a Bartleby en su nueva oficina, llega al grado de salir a pasear a fin de no tener que recibirlo. El tiempo pasa y cuando cree haber dejado a tras al singular escribiente, las quejas de los vecinos con respecto a las incomodidades que padecen ,  por tener  a tan extraño hombre recorriendo los pasillos del antiguo edifico al que llamo alguna vez oficina,  lo asechan, obligándolo a buscar a Bartleby.  El trata de evitar que los vecinos hagan cargos en su contra y lo recluyan en la cárcel, y lucha contra eso, sintiendo aun aquella obligación moral con Bartleby de protegerle. Pero es nulo su esfuerzo, y Bartleby eminentemente termina en la cárcel. Y aun estando en la cárcel Bartleby, aquel anciano abogado asume su papel de protector, y defensor de los afligidos,  pagando para que el extraño copista sea bien tratado dentro de la cárcel. Desafortunadamente la muerte llega pronto a Bartleby dentro de la cárcel. Y tiempo más tarde, el abogado logra saber un poco más de Bartleby “Bartleby había trabajado de subalterno en la oficina de Cartas muertas de Washington, de donde fue despedido por un cambio de administración.”[4]

Bartleby, el escribiente, es un cuento claro,  preciso y de ágil lectura que envuelve al lector al  punto de suponer y cuestionarse cosas como: ¿Que  haría yo?, ¿Qué pasara?, conlleva sentir, aquella necesidad de saber  más con respecto a la vida del escribiente,  de entender de una forma más profunda a los dos personajes centrales,  de opinar y jugar a hacer juicios, opinar, es un cuento extremadamente dinámico, y aplicable a la vida cotidiana del hombre.  En sí, es el pasaje de una  memoria la cual, el abogado siente que tiene que expresar, puesto que el impacto en él, es abrumador. La cuestión moral, en Bartleby es intensa, y aún más asombro; común.  Lo que propicia el acercamiento a la obra al punto de sentir que somos nosotros; el lector, quien narrada el suceso, es  el hecho, de que en determinada situación de nuestra vida,  hemos tenido,  un acercamiento respecto a la necesidad de proteger a alguien, de forma moral.  Esto es lo que  hace la obra tan común como  sorpréndete. Considero admirable la facilidad  con la que el autor envuelve al  lector, con un suceso de la vida cotidiana; la necesidad de proteger al prójimo.  El abogado muestra acción moral responsable, porque al procurar del bien de Bartleby y preocuparse por este,  está aplicando el modelo de hombre, y  apoya en el juzgar de uno mismo a tal grado que hace que el lector considere sus acciones.

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