Depsues Empezara La Marugada

Análisis literario

El libro “después empezara la madrugada” del escritor colombiano Fernando Soto Aparicio, nos da a conocer desde otra perspectiva la dura pero aun viva realidad, que Colombia ha tenido que soportar desde los años 50, cuando en 1948 perdió al único líder político que se atrevió a levantarse contra los abusos del gobierno y propone principios de igualdad y oportunidades para todos, lo que desato la furia del pueblo que tenía todas sus esperanzas de cambio puestas en el, Jorge Eliecer Gaitán. Desde ese entonces comenzaron a surgir los grupos al margen de la ley que trataban de responder a las injusticias cometidas por la fuerza pública, que inicialmente era un grupo de campesinos que buscaban una solución pacifica pero al ver que sus intentos por acabar la violencia eran en vano optaron por agredir al pueblo violentamente, desplazándolos de sus tierras y haciendo horrorosas masacres como es el caso de clara Vicenta y su familia quienes fueron sacados a la fuerza de sus tierras y después separados de sus seres queridos.

Fernando Soto Aparicio nació en 1933 en Santa Rosa (Boyacá), es catalogado como uno de los pocos que se atreven a decir lo que en verdad se está viviendo, haciendo las veces del pueblo en un mundo donde las mentiras predominan. A lo largo de su carrera a escrito más de 55 libros publicados, varios artículos en periódicos y revistas, además de hacer libretos para televisión y dar conferencias dentro y fuera del país dirigidas principalmente a los jóvenes sobre de la violencia y la importancia de una sociedad tolerante y solidaria. Sus obras están basadas en verdades que los medios de comunicación nunca se atreven a revelar cuando en sus noticias s e habla de violencia, acerca de quién tiene la culpa en realidad. También por siempre exaltar lo fuertes e inteligentes que pueden llegar a ser las mujeres.

Lo anterior se muestra claramente en su obra “Después empezara la madrugada”, pues se puede observar el desplazamiento forzoso, la guerra, los conflictos entre los partidos liberales y conservadores y el enfrentamiento entre las fuerzas del estado y las guerrillas campesinas de la época.

Clara Vicenta, una mujer fuerte que desde muy pequeña tuvo que enfrentarse al régimen de crueldad que el gobierno ejercía en ese entonces. La violencia arrasó con todo lo que ella tenía, con todo su mundo, todo lo que ella conocía. Ella veía la guerra como una realidad tan lejana que cuando llego hasta ella, no supo afrontarlo debido a sus menos de 15 años de edad. Pero una mañana en Playa Blanca su vida cambio drásticamente y paso a ser un calvario, rápidamente paso de ser cambiar la niña noble, amable, amorosa y siempre alegre como en los años pasados cuando ella y su familia llevaban una vida tranquila, sin apuros, y sin armas. Sin tener otra opción término convirtiéndose en lo que ella más repugnaba, una prostituta que se vendía a los hombres solo por dinero, cuando en contra de su voluntad dejándose llevar por el rechazo social, económico y político y por los malos consejos de Juana, que aunque jamás tuvo ni una pizca de malas intenciones guio a Clara Vicenta hasta la casa de Doña Ninfa haciéndole pensar que aunque ella no quisiera era su única salida.

El padre de Clara Vicenta, Fabio, un hombre trabajador, perseverante, muy buen padre y muy decidido a los pocos se habían salvado del asalto sorpresa en Playa Blanca y que lo habían elegido a él. Siempre demostró una gran valentía, primero en la huida, después durante toda la persecución y la ultima pero no menos importante cuando por proteger a su hija pierde sus brazos y por consiguiente la vida. Que a Clara Vicenta la hubieran sacado de su casa y separado de su madre no fue tan importante como cuando el capitán Diógenes Morales la violo y después mato a su padre, este es el punto de tensión más importante de toda la historia ya que de ella parte el sentimiento de venganza que de ahí en adelante impulsaría cada uno de los pensamientos y movimientos de Clara Vicenta.

Juana había sido amiga de infancia de Clara Vicenta pero hacia bastante tiempo no la veía, Clara Vicenta se sintió sorprendida al ver que su amiga estaba viviendo en aquel barrio, a las afueras de Bogotá, el hogar de los vagos y vendedores ambulantes, de prostitutas y de miles de drogadictos, Barrio Alto. Por las calles de aquel barrio se respiraba tristeza y suciedad, un lugar siempre invadido por la oscuridad. Juana trabajaba como prostituta y por eso conocía a Doña Ninfa, la dueña de un reconocido prostíbulo.

Durante todo el tiempo que Clara Vicenta estuvo viviendo en Barrio Alto su rabia, su rencor, su sed de venganza y su dolor crecían cada vez más. Su situación empeoro cuando mataron a su pequeño hermano Gustavo, niño de una inocencia única que termino dejándose llevar por la corriente y mezclándose entre sus nuevos amigos

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