El Capitalismo: Una Ruta Hacia La Legitimación

Tanto la política, así como la economía constituyen sistemas, los cuales, tienden a modificarse. Por un lado, la ingobernabilidad significa una alteración al sistema; por otro, el mismo se somete a una adaptación que procura alcanzar la vigencia de poder para así tener función operativa y comenzar una nueva etapa en el nuevo proceso derivado de los cambios. Esto permite enmarcar a los sistemas dentro de una naturaleza voluble, sujeta constantemente a las adaptaciones.

En el texto “Problemas de legitimación del capitalismo tardío”, del filósofo Jürgen Habermas, se expone la praxis común como un factor determinante para el cambio dentro de un sistema. El objetivo, una vez expuesta su exigüidad, promover el cambio que se necesita, no sin antes socializar las prácticas con la comunidad. Precisamente, Andrés Oppenheimer plantea esa materialización de la praxis en el gobierno de Fox, el cual, dicho sea de paso, tuvo que enfrentar una nueva mentalidad: hacer la gestión gubernamental de una distinta forma a la del PRI, partido antecesor. Se trataba, pues, de generar una nueva praxis en aras de la legitimidad: “Sus iniciativas legales más importantes eran sistemáticamente aniquiladas”.

Habermas expone: “Basta invocar la legalidad con que se adoptó una decisión”, es decir, se pretende no solo legitimar, sino ir más allá: legalizar. Si se aplica esta teoría al caso de México, en tiempos de Fox, puede notarse que el gobierno, a través de la ley de transparencia, ejerció el proceso de permitir que el pueblo accediera a la intimidad del gobierno, convirtiendo esto en una praxis y confiando que por inercia, éste pudiera conseguir su legitimidad. Esto implicaba permitir que la comunidad mexicana saliera finalmente de la opacidad de información, para así entrar en una ruta de trasparencia que llevaría hacia la legalidad.

En cuanto a la racionalidad, dentro de un sistema, puede admitirse que cada pacto que se requiera, en dirección a buscar un cambio, debe surgir de un compromiso o pacto expresado o materializado en la voluntad popular, es decir, de aquí se deduce que solo de esa manera existe un pacto motivado racionalmente (Habermas, 1999). Si se aplica esta analogía a la situación citada de México, se aprecia que Fox encabezó una política exterior defensora de los derechos humanos, esto es, el sistema mutó hacia una nueva imagen, pero manteniendo su base que significaba conservar las relaciones con Cuba sin necesidad de increparlas.

Habermas plantea la conciencia de conflictos, pero no como un estancamiento del sistema, sino como una apertura: “La conciencia de los conflictos de intereses es, por regla general, un motivo suficiente para que se reemplace el actuar orientado hacia los valores por un actuar orientado hacia los intereses”. Significa entonces que México tuvo que ceder los intereses a cambio de los valores, de tal manera que, las remesas representaron un cambio notable en tiempos de Fox, eliminando las ideas peyorativas de acto de emigrar y realizar labores menores en Estado Unidos y abriendo paso a la avidez de la captación de dinero del exterior.

Los conceptos planteados en la obra de Habermas, efectivamente, marcan la pauta a las críticas del capitalismo tardío, en aras de contemplar no a un sistema inmutable, sino permutable, que se materializa en los fenómenos tanto políticos como económicos. Lógicamente, la adaptación requiere una estrategia planeada sistemáticamente, para así poder preservar la normalidad del mismo, es decir, su lozanía y, en comunión con el ser humano que, a fin de cuentas, es el verdadero legitimador. Es así como el gobierno de Fox es el ejemplo de un sistema que atraviesa por procesos complejos y propios de su misma naturaleza.

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