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El Libertinismo Erudito


Enviado por   •  12 de Febrero de 2014  •  3.493 Palabras (14 Páginas)  •  373 Visitas

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EL LIBERTINISMO ERUDITO

Libertinage érudit

Desde comienzos del siglo XVII, en los ambientes religiosos de Francia se advertía una seria preocupación por la expansión de lo que dió en llamarse más tarde el libertinismo erudito. es bien sabido que se trata de un proceso muy largo, que tiene sus raíces en el Renacimiento y aún antes, al menos en algunos de sus temas. La difusión de escritos materialistas o escépticos clandestinos, la discusión de tesis audaces en círculos que gozaban de una velada protección de algunos nobles, crearon poco a poco un clima de heterodoxia que alertó a los pensadores cristianos de la época. Ateos, libertinos, espíritus fuertes, llamaban cada vez más la atención en ciertos ciírculos de estudiosos y de hombres de mundo. A ellos se dirige claramente Pascal, y en respuesta a algunas de sus posturas hay que entender también la situación de la obra de Descartes (la subestimación cartesiana de la experiencia sensible y también del saber histórico), motivo por el que éste gozó también de la estima de Bérulle, fundador del Oratorio. Malebranche, contemporáneo de Bossuet y discípulo de Bérulle, acorde con él en hacer un usage chrétien del cartesianismo, no fue ajeno a estas inquietudes, tanto más que en su generación la expansión del libertinismo erudito era mayor. La intención de remover las raíces filosóficas del libertinismo erudito es una de las características que más aparece en la Recherche de la verité.

Es problemático precisar los contornos del libertinage érudit en la historia de la filosofía y su papel real en la preparación inmediata del movimiento iluminista. Además de los estudios de Naudé, Saint Evremond, La Mothe le Vayer, Cirano de Bergérac y otros espíritus fuertes, quedan todavía por analizar una serie de obras antilibertinas cuyo enfoque resulta inidpensable para completar y apreciar la importancia histórico-filosófica de este movimiento.

Componentes del libertinismo

Uno de los caracteres que distinguen al movimiento libertino de su heredero el Iluminismo, es la carencia de un ideario suficientemente unificado y consciente de su protagonismo. En el Iluminismo ( a pesar de su oposición al esprit de système ) hay un cierto consenso sobre algunas tesis fundamentales introducidas en el debate filosófico a partir de las obras de Locke. El libertinismo, por el contrario, se mueve en forma no del todo clarificada, como una suerte de sincretismo más o menos oculto, mostrando eventualemente facetas que provenían de fuentes muy remotas. No obstante, las tesis compartidas tenían a menudo una cierta afinidad y mutua atracción que producían una cierta unidad, no basada en un estricto rigor especulativo, pero que cuajaban en una nueva situación cultural. Los adversarios veían a menudo esta co-implicación de las diversas tesis y de las diversas fuentes del libertinismo, con lo que tal vez ayudaron contra su intención a la mayor autoconciencia alcanzada más tarde por los iluministas..

Tal es el caso de Malebranche, el cual no ataca el libertinismo, no podía hacerlo, como una unidad sistemática. recorre más bien las diversas fuentes de que se alimenta, y lo hace ocasionalmente, a medida que los temas de su propia meditación iban ofreciendo oportunidades para ello.

Elementos de fuente averroísta

Hay una cierta divulgación del aristotelismo heterodoxo (como por ejemplo el pensamiento de Pomponazzi) en los ambientes culturales europeos, tanto académicos como extracadémicos. Las doctrinas que genéricamente se ubicaban en esa orientación habían tenido importantes centros de difusión en universidades de la era renacentista; por ejemplo, en Padua. En París había sido condenado Vanini y se conocía la penetración de elementos averroístas entre los libertinos.

El agustinismo postcartesiano reacciona contra el naturalismo de la era del Renacimiento, que en algunos autores, como Bruno y Pomponazzi, tenía trazos de lo que Bloch denominó izquierda aristotélica. El mecanicismo cartesiano ofrecía, entre otras cosas, un instrumento para oponerse a toda tesis que magnificara en exceso la naturaleza física, o que debilitara el sentido de la espiritualidad del alma individual. Esta oposición derivaba luego a un rechazo de la filosofía de Aristóteles, que volvía a caer nuevamente en la sospecha de ser incompatible con la fe cristiana y acrecentaba la distancia de esta nueva filosofía (la del agustinismo postcartesiano) respecto a la escolástica.

Lo que se ataca al averroísmo es su tendencia a independizar al hombre de su referencia directa a la verdad y a Dios como espíritu trascendente. Esta postura hacía contacto con las consecuencias naturalistas y epicúreas de la moral.

Epicureísmo

Es cosa bien sabida que a lo largo de los siglos XVI y XVII se produjo en Europa un interés creciente por las filosofías de la época helenista, en particular por el epicureísmo, el escepticismo, el estoicismo, tanto por la amplia difusión de los textos griegos como latinos. Los grupos y cenáculos que debatían cuestiones naturales, morales y religiosas con orientación heterodoxa se nutrían de autores como Séneca, Cicerón, Lucrecio, Sexto Empírico, como también de autores modernos, como Montaigne, Valla o Gassendi, que habían acercado a la cultura del siglo muchos temas de aquellas escuelas. No todas ellas ejercieron la misma influencia, pero todas tuvieron alguna relación con la formación del clima propicio al libertinismo erudito. Y no sólo en los aspectos morales, sino también en las teorías gnoseológicas, en su actitud de rechazo hacia la metafísica, y su inconformismo en cuanto a las ideas religiosas.

Exagerando tal vez, un amigo de Descartes, el P. Mersenne, lamentaba ya en en su tiempo que hubiera tantos ateos en París (según él unos 50.000). A pesar de las exageraciones de Mersenne, puede verse una confirmación de esta preocupación en los textos de Pascal, de Bossuet y de Malebranche. Este, que demuestra una antipatía notable por la erudición como un fin en sí misma, depara una atención muy llamativa a autores como Séneca, Lucrecio, Epicteto y, entre los modernos, a Montaigne.

El epicureísmo, en particular, se había asomado oficialmente a la historia filosófica del Renacimiento a través de algunos temas que se inspiraban también en otras fuentes, como el De voluptate de Lorenzo Valla, los admiradores de Lucrecio, y más recientemente en el enfoque dado a los temas naturales por Gassendi. Éste representó en la Francia de la era cartesiana la instancia empirista, de una manera preparó la resonancia que habría de alcanzar más tarde Locke.

El punto de encuentro entre el averroísmo, o mejor, el aristotelismo heterodoxo con el epicureísmo

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