El Suicidio

Algunos investigadores definen el suicidio como un acto por el que una persona repentinamente, decide darle fin a su vida.

Muchas personas manifiestan distintas actitudes, de estas derivan los pensamientos suicidas. Se debe de prestar mucha atención en este tipo de manifiestos emocionales, ya que en algunos casos a algunos jóvenes les cuesta trabajo hacer notar algunas acciones, actitudes, etc. Principalmente las que más se ponen de manifiesto en ese tipo de personas son:

• Trastorno bipolar

• Trastorno límite de la personalidad

• Depresión

• Dependencia del alcohol y de las drogas

• Esquizofrenia

• Cuestiones de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o en las relaciones interpersonales

Las personas que intentan cometer suicidio necesitan un tratamiento, se necesita hospitalización y una terapia, ya que ambas son muy importantes en su recuperación, ya que este tipo de personas corren el riesgo de intentarlo nuevamente y en casos extremos lograrlo.

Los comportamientos suicidas se pueden dar por diferentes motivos, como algunas situaciones, las que les resultan ser agobiantes o les pueden preocupar de una manera significativa. Algunas de las tantas situaciones pueden ser:

• El envejecimiento (los ancianos tienen la tasa más alta de suicidio).

• La muerte de un ser querido.

• La dependencia de las drogas o del alcohol.

• Un trauma emocional.

• Enfermedades físicas graves.

• El desempleo o los problemas financieros.

La salud mental abarca más que solo la ausencia de trastornos mentales. La salud mental es definida como el bienestar, en donde la persona sabe lo que hace, trabaja de forma productiva, es capaz de hacer contribuciones a su comunidad, puede hacerse cargo de sus problemas laborales y sobrellevarlos.

En personas que presenten señales de trastornos mentales se pueden tomar algunas medidas de prevención para evitar o reducir el riesgo de suicidio o daño:

• Reducir el acceso a los medios para suicidarse (pesticidas, medicamentos, armas de fuego, etc.);

• Tratar a las personas con trastornos mentales, y en particular a quienes padecen depresión, alcoholismo o esquizofrenia;

• Seguimiento de los pacientes que han cometido intentos de suicidio;

• Fomentar un tratamiento responsable

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