El programa resumen de ética
kaiporeEnsayo28 de Noviembre de 2013
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Resumen del programa.
Un hecho innegable en la educación de nuestros días es la evidente
preocupación por el tema de los valores, por la dimensión ética de la
educación, que repentinamente ha cobrado una relevancia hasta ahora
desconocida. A cualquier observador, por más desaprensivo que sea, le llama
la atención esta singular preocupación actual, pues, diera la impresión que
antes, en el siglo recién pasado y en épocas más pretéritas aun, la educación
de los ciudadanos no consideraba la formación ética como un punto relevante
de la tarea educativa. Incluso más, pareciera que el modelo actual que impera
en el planeta, surgido al amparo del proceso globalizador, salvo honrosas
excepciones, careciera de una escala de valores que lo determina y configura.
Si la inquietud por la ética se hace manifiesta es debido a una carencia que es
demasiado elocuente por su silencio. ¿Es esta una afirmación legítima?
Con una mirada superficial, y en una primera aproximación, el seminario Ética y
Educación puede parecer una paradoja, una redundancia innecesaria, casi un
pleonasmo. Abordar el tema de la educación con una perspectiva ética luce
como un ejercicio superfluo si se considera que es, por antonomasia, una
práctica y manifestación ética, pues, lo que está juego en la actividad
educativa, en cualquiera de sus expresiones, es un conjunto de valores
socialmente aceptados, científicamente respaldados y académicamente
difundidos. Los contenidos de enseñanza son tales porque se consideran que
son valiosos para el desarrollo de la infancia, para la formación profesional,
para el estímulo y crecimiento de la personalidad, en suma, se aprecian como
la substancia cardinal donde deben abrevar las nuevas generaciones. Sin
embargo somos testigos de un hecho singular: los espacios educativos
perdieron su inocencia, dejaron de ser el “templo del saber y la formación” para
transformarse en lugares de encuentros y encontronazos, de conflictos y luchas
de poder, de confluencias de docentes, estudiantes, familias, y cada uno con
identidades y culturas propias, de intereses públicos-privados que pujan por
sesgar la educación hacia nortes que no coinciden con las restricciones y
penurias de importantes sectores postergados de la población, que sin voz,
padecen las consecuencias de una educación que les resulta extraña, que en
sus artificiosas expresiones lingüísticas, levanta muros infranqueables. Así, los
estudiantes sienten el aula extraña, distinta y distante, un lugar donde sus
modos de pensar, sentir y creer no tienen cabida, un espacio que formalmente
los incluye pero que culturalmente los excluye, un lugar que según la expresión
de Marc Augé, tiene mucho de no-lugar. Por su parte, los profesores también
se sienten extraños frente a unos jóvenes que se manejan con códigos propios,
con claves indescifrables, con modos de asumir la vida que les resulta
extraños. Se quejan por la incomprensión del lenguaje juvenil, por sus modos y
dichos, por sus conductas desafiantes, a veces, y por el desparpajo con que
suelen manifestarse. El conflicto está en la agenda. ¿Cómo asumirlo
educativamente?, ¿cómo disolverlo en una teoría crítica pedagógica?; ¿será
necesario instalar un diálogo intercultural?; ¿qué voces hay que escuchar?; ¿la
de los que no tienen voz?; ¿con qué semánticas y gramáticas haremos la
hermenéutica juvenil?, ¿cómo integrar al universo de jóvenes insatisfechos por
lo que hace la institución escolar y en respuesta crean su micro cultura?
Asistimos,
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