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Ensallo Bella Durmiente


Enviado por   •  14 de Julio de 2014  •  1.664 Palabras (7 Páginas)  •  273 Visitas

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Príncipe

Las hadas Fauna y Flora

La Bella Durmiente

Un Grillo

Una Araña

Una Perdiz Enfrascada

Tras una larga esterilidad un rey y su reina tienen una hija. A su bautismo invitan a varias hadas, que otorgan a la niña dones positivos. Sin embargo, en el festejo irrumpe una bruja que olvidaron invitar y furiosa, sentencia que al crecer la niña se pinchará con un huso y morirá. Pero una de las hadas invitadas mitiga la maldición: la princesa se pinchará con un huso, pero en vez de morir dormirá durante un siglo.

En vano el rey prohíbe los husos en su reino: al cumplir 15 (o 16) años la princesa, curioseando en una torre del castillo, encuentra una viejecita que hila con huso, la muchacha lo toma, se pincha y cae dormida. El sueño se expande a todos los habitantes del castillo, y este es ocultado por una espesa vegetación.

Cien años después un príncipe escucha la historia de la bella durmiente y se dirige al castillo con intención de despertarla.

(Una habitación en penumbras. El Príncipe se choca con el hada Fauna.)

PRÍNCIPE: Perdón, señora.

FAUNA: Señorita.

PRÍNCIPE: No, no. Yo soy un Príncipe.

FAUNA: ¿Alguien le preguntó algo?

PRÍNCIPE: No, disculpe, es que yo...

FAUNA: Ni siquiera por la edad le permito que me diga señora.

PRÍNCIPE: No, si la edad no se le nota.

FAUNA: Uso una pócima antiedad de uso nocturno. Es efectiva.

PRÍNCIPE: Es que en la oscuridad yo no veo casi nada, por eso le digo. Si era usted una señora o un elefante patito me da lo mismo.

FAUNA: Qué galante, joven.

PRÍNCIPE: Su Majestad, dígame mejor.

FAUNA: No, yo no le digo nada. Después que me llamó elefante patito yo no le digo ni hola.

PRÍNCIPE: Es que estoy muy confundido, esta oscuridad...

FAUNA: ¡Qué fácil que es echarle a la oscuridad la culpa de todo!

PRÍNCIPE: Ando en busca de la Bella... ¿cómo era? (Se mira la palma de la mano.) Es que me lo anoté acá y no leo... ¿No tendrá un fósforo para alumbrarme?

FAUNA: No fumo, joven.

PRÍNCIPE: Su Majestad tiene que decirme. O Príncipe.

FAUNA: No, si ya le dije que yo decir a usted no le digo nada. (Fauna ve a Flora.) ¡Querida, querida! (Al Príncipe.) Ahí está mi hermana. ¿Por qué no le pregunta a ella? ¡Flora, preciosa! No oye bien, la pobre. Ayúdeme a llamarla.

PRÍNCIPE: ¿Yo?

FAUNA: No, el elefante patito.

PRÍNCIPE: Ah.

FAUNA: Vamos, no sea flojo, grite Flora. A la una, a las dos, a las tres: (gritan) ¡Flora!

FLORA: Sí. Parece que me llaman. Oh, dioses del Cielo, que me interrogáis, aquí está vuestra fiel súbdita...

FAUNA: Aquí, aquí, Flora. No somos los dioses del Cielo.

FLORA: (Ajustándose las gafas.) ¿Ah, no? Ah... sois vosotros, duendes del subsuelo...

FAUNA: Esas gafas ya no te sirven; tenés que ir al oculista a que te recete unas nuevas, Flora. (Larga pausa) Flora. ¡ Flora! ¿Podés atenderme y dejar de hablarle al aire?

FLORA: ¿Sois los espíritus aéreos acaso quienes...?

FAUNA: (Al Príncipe.) Cuando se pone así, le juro... Hágame un favor, querido. Vaya y háblele usted a ver si le hace caso.

PRÍNCIPE: ¿A mí?

FAUNA: ¡No, al elefante patito!

PRÍNCIPE: Señora Flora, acá su hermana...

FAUNA: ¡Señorita, llámela!

PRÍNCIPE: Señorita Flora, acá su hermana la señorita... uf, la señorita... ¿cómo se llama usted?

FAUNA: Fauna.

PRÍNCIPE: Fauna...

FLORA: (Al aire, desconcertada.) ¿Sí, Fauna?

FAUNA: ¡Al fin, querida! Hace como una hora que te estoy hablando. Necesito que me digas bien la dirección de la Clínica de Varitas Mágicas porque ésta que tengo ¿ves? (La sacude.), no anda nada bien.

(De pronto, un grillo se transforma en mayordomo y se inclina reverente.)

GRILLO: A su servicio, venerable hada...

FAUNA: ¡Pero qué hice!

GRILLO: Anciana venerable...

FAUNA: ¡Pero si uso una pócima antiarrugas! ¡Qué mala costumbre tienen estos bichos de llamarme vieja! ¡Ahora lo electrocuto a éste!

(Fauna sacude la varita con frenesí; una araña se convierte en una directora de colegio.)

ARAÑA: ¡Formen fila, vamos, formen fila! Insecto Gómez escupa el chicle. Tomen distancia. Insecto Moreno deje de hablar con el compañero. ¡Al frente, a la red! ¿Qué hay de gracioso Insecto Cavalcanti que habla con Insecto María Luisa? ¿Por qué no nos lo cuenta así nos reímos todos?

FAUNA: ¡Hoy no pego una!

ARAÑA: (Mirando en torno.) ¿Dónde...? Oh... (A Fauna.) Abuelita... ¿puede indicarme adonde estoy...?

FAUNA: Te hablan, Flora.

ARAÑA: No, a usted, abuelita. ¿Me podría decir...?

FAUNA: (Frenética.) ¡Yo no soy su abuelita!

...

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