Ensayo Anillo De Giges

Este mito refleja claramente el afán que tiene Giges por apoderarse de aquellos privilegios, que únicamente, pertenecen a la persona del soberano. No me ha entusiasmado demasiado su final, porque como se suele decir "la codicia rompe el saco" y en este caso, podría haber sido éste el ajusticiado y no el causante de tal desgracia.

En fin...pienso que la justicia sería en sí misma un bien absoluto si se ajustase a una imparcialidad desinteresada, por parte del máximo poder hacia la sociedad.

Pero realmente, ¿Existe una "justicia imparcial" en todo su ámbito? Porque aquello que para mí es "justo", para otro puede ser un atropello. Sin ir más lejos, observamos el dilema de la "Ley antitabaco".

Sin duda, la autoridad es necesaria, (porque sino se darían muchos casos como los de 'Giges y su anillo invisible') pero ello, no implica que sea equitativa. De hecho, jamás podría llegar a serlo.

Hola Marta, estoy contigo y creo que hoy en día somos más sofistas que platónicos, ¿seremos más pesimistas?

Platón se negaba a aceptar que las injusticias sean congénitas a las relaciones sociales. Era optimista. Glaucón, el interlocutor de Sócrates en la República, aprovecha este mito como ejemplo para una tesis provocadora que no sé si estaréis de acuerdo con ella: dice que practicando la injusticia se vive mejor que acatando la justicia. Todo hombre, es la tesis de Glaucón, es comparable con Giges. Nadie en su corazón ama la justicia, ni siquiera la persona considerada honesta. Si nos abstenemos de cometer actos injustos, no lo hacemos por amor a la justicia, sino por miedo a ser descubiertos y castigados por la ley. Además, cualquier persona por naturaleza tiende a cometer injusticia antes que a sufrirla. Y eso ocurre porque la justicia, no es un bien absoluto sino un pacto convencional, que obliga a respetar la igualdad, contrariamente al instinto natural de los hombres de avasallarse mutuamente.

¿Tiene razón Glaucón al pensar de esta forma? Llega incluso a sostener que el que utiliza todos los medios para cometer injusticia a menudo resulta favorecido por la fortuna, mientras que quien se comporta honestamente a menudo es víctima del infortunio.

Parece que es un dilema destinado a perdurar a través de los siglos.

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