Ensayo Filosofico Sobre El Amor

Ultimamente tengo una gran inquietud. Se trata sobre el amor. Las relaciones con el sexo opuesto. Porque hablar de amor es muy abarcativo.

Amo dormir, por ejemplo, y eso sin embargo no resiste el menor análisis.

Empero, en cuanto a las relaciones de pareja, me pregunto ¿qué es el amor?

Porque una cosa es el deseo, la atracción por alguien que nos resulta precisamente atractivo.

Pero otra cosa es el amor como construcción de un vínculo que, incluso, puede encontrar sus raíces en lo cultural, en la fantasía, en la ficción.

Porque sentir deseo por alguien que nos resulta lindo responde más bien a una cuestión fisiológica. ¿Y el amor?, ¿qué onda con él?

Yo encuentro dos culpables en este litigio del amor y el deseo que muchas veces se confunden y nos confunden. Uno de ellos son los famosos cuentos de los hermanos Grimm. Aún estoy esperando al príncipe que me calce el zapatito de cristal. Todos los días limpio la casa de mi madre y no pasa nada, eh!

El segundo culpable son las telenovelas mexicanas ¡Simplemente no las soporto! Las vemos desde que somos niñas y nos venden la idea del rico que se enamora de la chica pobre e ingenua. Pero la historia no termina ahí. Detrás de todo está la madre del ricachón que se niega a aceptar que su hijo haya puesto sus ojos en una pobre, en una muchacha que está muy lejos de “los inmortales” de la alta sociedad. ¡Y la historia -de nuevo- no termina ahí! porque el apuesto galán -que de hecho no siempre es apuesto- tiene ya su prometida, supuestamente de la misma posición social, pero que en realidad es más pobre que la otra pobre y lo que le interesa es solo el dinero de “Luis Fernando”. Eso sí tengo que reconocer, me causan mucha gracia los nombres de los personajes “José Miguel” “Luis Alberto”…

En fin, en eso desistí. No ha llegado a mi vida y conforme pasan los años no creo que llegue ese tal “Luis Fernando” y se enamore de mi ingenuidad. Que me quiera por lo soy como persona y no por lo que tengo.

¡Ay! A veces creo que hasta el amor es cuantificable.

Pero retomando mi fastidio por las novelas mexicanas y el “vivieron felices para siempre”, pregunto: ¿Será por ello que nos decepcionamos tanto ante una frustrada relación amorosa? Porque nos venden el verso idílico de la felicidad eterna, que el amor vence los prejuicios sociales, cuando en realidad estamos pensando -sobre todo las mujeres- si los hombres cumplen con nuestras expectativas… expectativas económicas, claro.

Tenemos que reconocer que a ninguna de nosotras nos gustaría salir con un hombre que no tiene un peso en el bolsillo. Que te lleva caminado veinte mil cuadras a conversar en un parque. ¡Por Dios señores… media pila!

Mientras el deseo está más vinculado con el sexo y, por ende, es más instintivo, el amor es una construcción que va cambiando de diseño conforme pasan los

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